Después de pasarse casi ocho meses en Libia, los soldados ingleses del destructor HMS Ocean vuelven, como el turrón, a casa por Navidad. Y lo hacen cantando. No es exactamente un libdub, pero es lo más parecido que se puede hacer en la cubierta de un barco.
Hasta Mariah Carey se ha enterado y los ha publicitado en Twitter. Divertido.
Oxímoron. (Del griego ὀξύμωρον). Combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido.
Vivir en Hanoi, tener moto o coche y morir de viejo es realmente una hazaña. Motos, coches, bicicletas, tuck-tucks, mujeres con su mercancía a cuestas y simples peatones se juntan todos en el mismo sitio y al mismo tiempo. En sitios como éste, lo de la impenetrabilidad de los cuerpos no está muy claro. Debe existir una dimensión oculta y desconocida para evitar que se maten esos chalados con sus locos cacharros.
El vídeo lo grabé en el cruce de las calles Guia Ngur y Dinh Liet, en el casco antiguo de la capital, a eso de la 1 de la tarde, vamos que no era una hora punta. Supongo que no deja de ser uno más de los vídeos que circulan por la red del caótico tráfico de esta capital. Como no podía ser de otra manera, en Vietnam está prohibido a los extranjeros conducir un coche.
Entrañable documental, realizado en 1947 por la Enciclopaedia Britannica, sobre el proceso de fabricación de un libro. Antes ser editor significaba saber de papel, gramajes, tintas, plegadoras, tipos… Ahora es solo un cargo en una tarjeta.
El documental está en inglés, pero con un poquito que se sepa de este idioma se entiende más bien que mal. De todas formas, las imágenes hablan por sí solas.
Excepto para los salidos-mente-sucia, esta foto representa algo más que unos pechos femeninos: es un anuncio de la Associação da Luta Contra o Cáncer (o en «Cristiano Ronaldo», la Asociación de Lucha Contra el Cáncer) que espera concienciar sobre la necesidad de revisiones preventivas para luchar contra el cáncer de mama. El mensaje de la campaña no puede ser más claro: “Más del 80% de los nódulos son benignos. No tengas miedo. Hazte una auto exploración de pecho».
Por su mensaje directo, muy parecido a aquél de la lucha contra la droga que presentaba un gusano entrando por un orificio nasal, lo elegí para ChiquiAds.
Pues bien, los señores de Google han considerado la imagen libidinosa, y ahí donde solo hay una campaña de prevención y concienciación ciudadana, ellos ven dos enormes tetas coronadas por turgentes pezones invitando a todo aquel que lo vea a la lascivia más incontrolada.
Por si fuera poco, me manda el texto que sigue a continuación y me retira su publicidad hasta que no quite esa imagen: «Contenido para adultos/pornografía: según se especifica en las políticas del programa, los editores de AdSense no pueden insertar anuncios Google en páginas que presenten contenido pornográfico, por ejemplo, fotografías o vídeos que incluyan desnudos integrales o escenas de sexo».
Que no vengan diciéndonos que si son sus máquinas, que si prestan servicios en Irán donde las tetas (y hasta las rodillas) son una fuente de concupiscencia para los sufridos varones. De nuevo Google confunde su concepto de la moral y nos la impone por la vía de los hechos.
Llamaría a mis 300 abogados para que les metiera una demanda o algo, pero tendría que explicarles a esta tropa la diferencia entre pornografía y una campaña contra el cáncer y me da que no lo van a pillar.
No pienso retirarla. Que inviertan los puñeteros dólares que se ahorran de publicidad en mi sitio en mejores filtros para sus puritanas máquinas y lecciones de moralidad a sus mojigatos e insensibles censores (humanos).
Cualquier periodista con un mínimo de experiencia en una redacción sabe que las relaciones con los informáticos no son, en líneas generales, idílicas. Todos somos muy educados, pero los periodistas no entienden el trabajo de los informáticos , ni éstos el de los periodistas.
Esta serie, Periodistas (1998), ya reflejaba en un tono pastel, tirando a vomitivo, la bonita relación amor/odio de unos y otros.
[audio:http://www.ivoox.com/chiquibso_md_589677_1.mp3]
A veces, me quedo maravillado cuando algún concursante de la tele o de la radio adivina el nombre de una canción con tan solo oír las primeras notas.
El otro día en el coche iba buscando una canción que me apetecía oír. Fui pasando temas hasta que llegué hasta la que me quería. Me di cuenta que podía identificar muchas más canciones en un segundo de las que yo creía.
Y de ahí ha nacido esto. Se trata de una recopilación de algunas de las canciones que han conformado la banda sonora original de mi vida. Pero no la canción entera, si no los primeros segundos. No tienen ninguna clase de orden, están en «random mode». Son ciento treinta y tantas pero podían haber sido 50 o 200.
Hay de todo. Desde la canción más petarda hasta la más intensa. Lógicamente, no está el ni «Capitán de madera» de La Pandilla, que fue el primer recuerdo musical que guardo, ni ninguna de las maravillosas piezas clásicas de Bach que comparto con Tormento y que también forman parte de mis memorias musicales.
Para los que ya hayan cumplido los veinte, también los treinta y… seguro que reconocen muchas, la mayoría de estas mini- canciones. Están en la memoria colectiva de nuestra generación. Vamos, algo así como un trailer casero de la banda sonora de mi vida.