Archivos de la categoría ‘Patatas a lo pobre’

Publicado por Chiqui el 10 de agosto de 2010

El arte de Banksy ya lo podemos encontrar en la red. Ha abierto tienda virtual y está a un golpe de clic. Lo que diferencia este sitio de otros es que el controvertido autor no vende sus creaciones, las regala.

Según él, no crea ni tarjetas de felicitación ni álbumes de fotos ni pinta a comisión  ni vende pan recién hecho.  Añade que se puede copiar cualquier cosa de este sitio y hacer uso de ello,  pero únicamente para fines no comerciales.

Dos apuntes finales: El primero es que a Banksy no les podemos encontrar ni en Facebook, ni en Twitter ni en Myspace y el segundo es que para cualquier devolución, queja o consulta nos podemos dirigir a la siguiente dirección de correo electrónico: pestcontroldept@googlemail.com (leer la dirección dos veces).

Publicado por Tormento el 11 de febrero de 2009

Patatas a lo pobrePresupuesto: 0 euros (¡que paga la Comunidad de Madrid!)

Ingredientes: un metrobús y un día entre semana para no escuchar chorradas de los visitantes domingueros.

Salía yo de una reunión en la que un avezado empresario español me introducía en el concepto de salario emocional (consistente en poner un microondas industrial y «pagar» a sus chicas con comida precocinada, con un importante ahorro en cheques de idem), cuando me topé con una expo con un título tan sugerente como adecuado: The missing peace. Díjeme yo: voy a pagarme un salario emocional y voy a entrar a ver si supero tanta tontería y recupero la paz interior (y la nariz de paso, perdida en medio de Plaza de Castilla convertida en el Everest).

Según entras un lejano «ohm» te pone los chacras a punto de nieve. La calefacción de la sala hace el resto para que vuelvas en tí. Hay mucho concepto y mucho arte conceptual y mucho rollo macabeo, pero sólo por ver el proceso de convertir chatarra hip-hopera en un cuenco de oraciones budista ya vale la pena el paseo (encima ahora que ya leo hiragana, le saco el doble de gracia a las cosas).

Mi otra ¿obra? favorita: un mándala musical de Ryūichi Sakamoto. Si no te gusta este mozo, al menos la combinación ruido, ruido de arena y movimiento tiene su gracia.

Todo muy zen.

Pd. Para los que no podáis verla en directo, aquí está el vídeo de la exposición

Publicado por Tormento el 26 de enero de 2009

Patatas a lo pobrePresupuesto: 0 euros (que la conexión ADSL ya la tenéis más que amortizada con los torrents)

Ingredientes: un navegador, a poder ser el de la «mozilla» y el zorrón, que  suena la mar de ruri, y el acrobat reader, que también es por la patilla.

A mi me pasa, y me consta que no soy la única, que si un libro no me engancha desde el principio puede acabar criando ácaros en una estantería con el marcapáginas colgando tristón a la altura de la número 10. ¿Cuántos libros hemos comprado así y cuanta pasta nos habríamos ahorrado si hubiéramos leído esas primeras páginas antes de pasar por caja?

En cualquier FNAC, por ejemplo, hay una sala donde la gente, con la excusa de oir la música y descansar el pinrel, va a leerse libros enteros o, como yo, a leer el principio de los seleccionados para dejar de hacer el canelo y no comprarme tostones. Esa sala siempre, vayas el día que vayas a la hora que vayas, siempre está petada.

Por eso hace tiempo que descubrí que casi todas las editoriales publican en su web las primeras páginas de los libros de su catálogo. Desde entonces leo por la patilla y sólo compro o pido prestado ese libro que me da mono.

Ejemplo (no de libro que me dé mono, aclaro): el primer capítulo de «La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina«, segunda parte de la exitosa trilogía Millenium (también conocido por la segunda parte de «El libro que aburría a las ovejas«). 43 paginillas, by the face, que te ahorrarán mucha pasta. Yo ya me he cargado el pdf en la ipaq pa los ratos tontos del metro.

Publicado por Tormento el 15 de enero de 2009

Patatas a lo pobre

Presupuesto: 5 euros del libro (menos, si lo compras en la FNAC)
Ingredientes: Un sillón cómodo, mantita del IKEA, tele de tipo «tele» (no hace falta que sea plana o algo raro), mando a distancia, una conexión ADSL y cursillos CCC de inglés para aprendices de vampiros.

La temporada de caza (booket 2198) es uno de los libros de Andrea Camilleri sin Montalbano y, para mi gusto, el mejor que he leído de este autor. Hay una Sicilia de cornudos, marqueses y lutos surrealista y ésa aparece en esta novela. Se lee de un tirón y no se puede parar.

Y cuando terminas nada mejor que los 12 capitulos de la primera temporada de True Blood, serie que, si no tienes paciencia ni Digital +, hay que verla en inglés con acento Cajún. Los vampiros pasan a ser vampiroamericanos, tienen partido y hasta una ley de no discriminación. Entre tanto friki de Louisiana, estos dráculas modernos son de lo más normalito. Soberbia serie que hará adictos.

Publicado por Tormento el 6 de enero de 2009

Patatas a lo pobrePresupuesto: 0  euros por 6 exposiciones en el Reina Sofía, los sábados por la tarde y el domingo por la mañana.  Si sois corredores de fondo museistico y del sector ¡no aguanto a las multitudes! os sale la exposición a 1 euro (5 temporales y la colección permanente por 6 euros la entrada); la visita a la terraza y la librería (si vaís a mirar ná más) por 0 euros, y si no os importa que la gente os moleste mientras veís una bolsa de sangre de conejo colgada de una puerta de coche usado, 0 euros todo.

Ingredientes: gafas de pasta (imprecindibles), ropa negra, cierta mirada de desprecio y zapato cómodo, que los muy cabrones han quitado los bancos de las galerías.

Me hacen gracia estos libros y artículos sobre cómo prepararse psicológicamente para enfrentarte al despido, en donde te recomiendan que hay que hacer como los enanitos de Blancanieves ¡silbando al INEEEMMM!!… así que no seré yo quien os de la  brasa con consejos, pero sí os diré que, en la anterior crisis, salí adelante porque dejé de quejarme pronto.

Un vez que superé los años (en plural) de vivir, no con lo justo sino con lo imprescindible, me hice filantropa de alpargata dándome de alta como «Amiga del MNCARS«, el Museo Reina Sofía de toda la vida. Una de las cosas que aprendí en las inauguraciones del Reina, es que hay mucho de lo que tiro a la basura que se puede convertir en arte y que la gente fina persigue los canapés igual que las marujas que en las bodas se llevan el champagne «pa’l perro». Con el tiempo me aburrí, me di de baja y aprovechaba los domingos al sol de su patio interior que ahora está cerrado a la concurrencia (también era gratis).

El plan de hoy requiere no que os guste el arte pero si que aceptéis la máxima de que para ver una cosa interesante en arte contemporáneo hay que ver 100 mierdas. Así que mente abierta y bolsillo cerrado y caminito del Reina Sofía en metro que no hay donde dejar el coche.

  • De donde no se vuelve, retrospectiva de todos los amigos de Alberto García Alix que acabaron sus vidas con una jeringa colgada del brazo. Este hombre es un tío tristísimo pero un fotógrafo, más bien un retratista, extraordinario. Imprescindible tragarse el vídeo que ha montando, aunque pronuncia tan mal el castellano, que para entenderle hay que tirar de los subtítulos en inglés. Hasta el 16 de febrero de 2009.
  • Zoe Leonard: fotógrafa americana que haría las delicias de Rosa J.C. y Moeh. Una sorpresa agradable. Hasta el 16 de febrero de 2009.
  • The unanimous life de Deimantas Narkevicius: esto pasa cuando se tiene tanto espacio en un museo, que proyectas super8 de un triste. Si os duelen los pies, esta es la expo para tirarse un rato y descansar los ojos. El vídeo de la estatua de Lenin volando como Superman tiene su gracia. Hasta el 16 de febrero de 2009.
  • La invención del Siglo XX: Carl Einstein y las vanguardias. Mucho Grosz (a mí es que me gusta mucho), su Picasso, su Miró y demás cubistas. Si no sabes mucho de la época, es un barniz estupendo. Mi sala favorita: la de piezas africanas. Hasta el 16 de febrero de 2009.
  • Nancy Spero. Disidazas. Estilo Beuys en clase feminista y pobre. Si hace frío en la calle se puede hacer tiempo aquí. Hasta el 5 de enero de 2009 (menos mal).
  • La colección: para verla junto con las temporales hay que echar el día. Muy recomendable pero se puede ver a poquitines entre vermuts dominicales y a 0 euracos.
Publicado por Tormento el 2 de enero de 2009

Patatas a lo pobrePresupuesto: 0 euros y un caramelo de menta para la guía.
Ingredientes: Un metrobús, ya que intentar entrar en el centro en estas fiestas es una macarrada.

En unos tiempos en que el Monte de Piedad resurge en forma de pseudolocutorios llamados «prestamitos» y «dinerosya», una visita a su sede original, la Casa de las Alhajas de Caja Madrid, es un «must».

Para el que no lo recuerde por culpa de los «empresarios de la constru» conchabados con sus altos ejecutivos (vease Martinsa y olé), las cajas de ahorros y montes de piedad en España vinieron a quitar el hambre a mucha gente, que podía obtener dinero empeñando sus objetos de valor sin tener que caer en las manos de los usureros.

La cuasidesaparición del «monte»  (resurgido ahora incluso en la propia Caja Madrid), permitió la aparición de esta sala de exposiciones, en donde se puede ver la continuación de la que comienza en el Thyseen «borreguisa» (como se le llama en familia al Barón). Como prometí no volver a la Thyssen y me mantengo en mis trece, sólo veo la mitad de la exposición, la que dan gratis en la Fundación Caja Madrid. Y esta vez, además, reserva mediante, con guía de excepción y pinganillo íntimo, que permite que la guía no se desgañite y que no se pegue el que no se ha apuntao, lo que te hace sentir exclusivo siendo pobre y poder mirar por encima del hombro a la concurrencia como si fueras patrono de la Fundación.

La exposición «¡1914! La vanguardia y la gran guerra» hará las delicias de  los amantes del expresionismo alemán, (Kirchner) y de los cínicos cubistas-futuristas, tipo Grosz y  Otto Dix. A los que no les vaya este rollo artístico les vendrá bien repasar un episodio de la historia que se creyó que no se iba a repetir, hasta que a Churchill le tocó animar al personal con su promesa de sudor y sangre al cabo de pocos años.

Hay versión virtual de la expo para los que no puedan venir a Madrid o se hayan hecho hikkikomoris: te ahorras el caramelo de menta pero te pierdes la explicación.

Publicado por Tormento el 30 de diciembre de 2008

Patatas a lo pobrePresupuesto: 11’40 euros, en Atrápalo, con código descuento de  Privalia. Sin él, 12 euros. Entrada de anfiteatro que se ve  estupendamente y no te tienes que llevar una guadaña para cortar  cabezas.
Ingredientes: Unas piernas retráctiles, llegar con tiempo porque  no hay reserva de asiento y algo de consideración con el vecindario.

Comprendo que éste es uno de esos planes caros porque 12 euros ya es dinero, sobre todo si te empeñas en hacer las actividades en «comunidad de propietarios» y pagar tú. Para esto el estilo escandinavo de las cuentas separadas viene muy bien y el de Atrápalo de no reservar asientos concretos también.

A pesar de mi recomendación, llegué al Teatro Bellas Artes con 20 minutos de adelanto y no me tocó una entrada mala. La verdad es que el teatro no tiene palcos laterales, lo que te evita que te vendan como «entrada de visibilidad reducida» un palo para que cuelges el pico.

Todo el mundo habla maravillas de este Enrique IV de Pirandello representado por Don Pablo, o sea, por Pepe Sancho. Y digo por él, porque el resto de los actores son de vengüenza ajena, afectados y cursis como ellos solos. Hay una joven actriz que no se explica como la han dejado subirse al escenario, aunque los demás no le van a la zaga. Si embargo, el texto bien dicho por Sancho bien vale la entrada si superas el sopor de los 20 primeros minutos de fárrago histórico y engolamiento fuenteovejunero.

Nota: este es el plan más caro e iba el tercero, pero es que la obra se acaba ya y no iba a tirar el post.

Publicado por Tormento el 29 de diciembre de 2008

Patatas a lo pobreAunque llego ya un poquito tarde para esa pagana costumbre de San Nicolás (es que me gusta más que Papá Noel y sus renos de pega), aún hay tiempo de pasar frío en el Cortylandia hasta el día en que  lleguen sus majestades republicanas de Oriente Medio. ¿Para qué  hay tiempo? Para daros la chapa con el rollo ese de lo bonica que es la vida por dos perrucas, lolailolalololailoaaaa.

En mi línea cebolleta os contaré una historia basada en hechos reales (los míos) y en una crisis real (la de después de la Expo y los Juegos Olímpicos de Barcelona. (Nota: las olimpiadas son muy perniciosas para la economía de un país que intenta sacar pecho. Miradnos a nosotros y mirad a los pobres chinos y su canto del cisne de este mes de agosto).

Era joven (yo), bella y muy bien pagá; volaba en primera y pasaba las horas en las salas vips; iba a helipuertos privados y me vestía de fiesta en Bruselas para ir a Londres de farra y cenar al día siguiente en Amsterdam. Mucho de glamú y mucho de creerme la reina del mambo. Vino la crisis y a mi me vino en toda la peineta. A mí, las crisis generales y personales me dan por limpiar armarios, así que tras  dejarme la vida como la coronilla de un bonzo, me puse a ver que  se podía hacer en Madrid por 0 pesetuquis. Y había mucho y bueno.

Y por primera vez en años disfruté de verdad de la vida.

Después de este momento ¡qué bello es vivir! os pienso endilgar  unos bonitos momentos low cost, bajo la seccioncica Patatas A Lo Pobre o PALP Fiction.  Experiencias para gente con hueco en los armarios y agujeros en los bolsillos.

 

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