Archivos de la categoría ‘Las miniguías de Albert’

Publicado por Chiqui el 20 de julio de 2007

Viene de Las miniguías de Albert. San Petersburgo I

San Petersburgo

Nosotros estuvimos allí tres días. Aquí os dejo un pequeño resumen de nuestras andanzas por si os puede servir de ayuda.

El primer día y a eso de las nueve y media, iniciamos la ruta en la espectacular Plaza del Palacio (Dvortsovaya Ploshchad), donde en el centro se encuentra la Columna de Alejandro de 47 metros y medio y que conmemora la victoria sobre Napoleón en 1812. Es digno de admiración los dos edificios en curva unidos por un arco que en la parte superior descansa un carro de la victoria. El Palacio de Invierno es el edificio principal. Con una decoración algo rococó (verde, blanco y dorado), alberga el Museo del Hermitage. Antes de acceder al museo se puede visitar la puerta principal (portico) del Gran Hermitage que se encuentra en la calle Milloinnaya Ul, tiene unas impresionantes columnas de granito negro que representan a unos atlantes.

A las diez y media, el Museo del Hermitage abre sus puertas. Seguro que vais a encontrar centenares de personas. Por eso, os recomiendo comprar las entradas anticipadamente por internet. También es importante llevar programadas las salas que queréis visitar. Nosotros estuvimos menos de tres horas y logramos ver casi todo lo que nos interesaba. Desde la web del propio Hermitage, por cierto magnífica, podréis programar vuestra visita.

A la salida del museo por la puerta que da al río Neva, tienes una magnífica vista de la Fortaleza de Pedro y Pablo, de los puentes Troitski y Dvortsovi, de las columnas rostales y de los Palacios Museo de la isla Vasilevski. Seguimos ruta siguiendo el Neva hasta la Plaza del Palacio y continuamos por un largo paseo arbolado hasta llegar al Almirantazgo, edificio singular por su afilado capitel dorado. Al final, llegamos a la plaza Dekabristov donde encontramos la estatua (jinete de bronce) más famosa de Pedro el Grande.

A eso de las dos, y cruzando los jardines de la plaza, nos encontramos con la imponente Catedral de San Isaac que tiene una de las bóvedas más grande del mundo. Ésta es una buena zona para comer algo y seguir ruta. Después de llenar el estómago, cruzamos la plaza Isaakievskya y el canal Moika y seguimos por la zona Kazanski hasta llegar a la plaza Teatralnaya (Teatro Mariinsky). Desde este punto iniciamos el regreso por pequeñas calles. Cerca encontramos uno de los puentes más destacados el Lvini most en el canal Griboedova. Se puede seguir este canal hasta llegar a otro puente espectacular: el Bankovski most. Desde este punto hasta la imponente Catedral de Nuestra Señora de Kazán es un paseo (acabamos a aproximadamente a las cuatro). El puente Kazanski tiene una magnífica vista de la Iglesia de la Sangre Derramada. En esta esquina con la Nevski pr. encontramos el edificio Singer (ahora un tienda de recuerdos y libros).

El segundo día y también a las nueve, salimos de la Plaza del Palacio y fuimos hacia el Río Neva, cruzamos por el puente Dvortsovi hasta llegar a la isla Vasilevski. En la plaza Birzhevaya está el Museo Naval, el de Zoología y las dos columnas rostrales. Seguimos por el puente Birzhevoi hasta llegar a la Fortaleza de Pedro y Pablo (en una hora aproximadamente). En la Catedral de San Pedro y San Pablo están las tumbas de los Zares. Salimos de la fortaleza por el puente Lannovski. Si os gusta el tema militar no hay que perderse el Museo de Artillería (en el interior hay una curiosa tienda de miniaturas).

Al cruzar el puente veremos la Mezquita con azulejos azules, y siguiendo por el dique nos encontraremos con la casita de Pedro, considerada la primera construcción de la ciudad. La ruta continúa cruzando el puente Troitski hasta el Campo de Marte y los Jardines de Verano, desde donde se llega a la Iglesia de la Sangre Derramada.

Después de visitarla, seguimos hasta la plaza Iskusstv en dónde se puede visitar el Museo Ruso con su impresionante colección de iconos. A la salida, a eso de la una, podemos aprovechar para comer alguna cosa y seguir nuestra ruta por la Nevski pr. Allí, no hay que pasar de largo por el edificio del antiguo supermercado Yeliseyevskey, ahora cerrado, y las numerosas tiendas. Por fin se cruza el puente Anichkov y se llega a la estación de Moscú. En ese momento, los pies se merecen un descanso.

El tercer día ya es algo más tranquilo. Se puede empezar la ruta a las diez y media, frente a la puerta del Museo del Hermitage que da al río Neva, donde se encuentra un embarcadero desde donde salen unos barcos rápidos que nos llevarán, por el golfo de Finlandia, a Petrodvorets en unos 30 minutos. Es el Palacio Imperial más impactante cerca de San Petersburgo. Hasta llegar a la impresionante Gran Cascada y al Gran Palacio paseas por un parque exuberante de vegetación y agua.

Por último, reseñar que San Petersburgo es una ciudad cara, muy cara para el turista. En todos los museos, palacios o iglesias se paga. Los restaurantes también son caros, sobre todo los que están cerca de lugares turísticos. Os recomiendo el Matrosskaya Tishina, un estupendo lugar para comer pescado fresco del golfo de Finlandia.

Petrovorets

Viaje realizado en junio 2007

Publicado por Chiqui el 11 de julio de 2007

San PetersburgoEn sólo 300 años desde su fundación por Pedro el Grande, San Petersburgo ha logrado aportar a la cultura mundial un sinfín de artistas de la talla de Mendeleev, Malevich, Kandinsky, Stravinski, entre otros muchos. Pasear por sus calles y avenidas es como una lección de historia viva, edificios barrocos, neoclásicos, disfrutar de la colección de iconos del Museo Ruso, la escalinata del Jordán y las salas dedicadas a la pintura francesa de los siglos XIX y XX con obras de Monet, Degás, Picasso, Gauguin… del Museo del Hermitage, y como no, las fuentes del palacio de verano de Petrodvorets. Esto es solamente un aperitivo de una de las ciudades mas majestuosas del mundo.

Para poder viajar a la Federación Rusa es indispensable un visado que emite la Embajada de la Federación de Rusia en España (Madrid) o en el Consulado General de la Federación de Rusia en Barcelona. Si viajas organizado, la misma agencia os tramitará los visados, si viajas de forma individual deberás reservar un hotel y que te manden el “voucher” y la confirmación de recepción de turista extranjero (confirmation letter), este documento debe estar en ruso. Deberás rellenar un impreso y pegar una foto, además de ser imprescindible disponer de un seguro de viaje de unas compañías concretas. Con toda esta documentación y el pasaporte en vigor (debes tener dos páginas seguidas libres) se debe ir a la Embajada o Consulado de Rusia y tramitar el visado previo pago correspondiente. En unos días se debe ir a recoger el pasaporte. Tormento ya sabe lo que es eso…

Arreglado esto, llegamos al aeropuerto de San Petersburgo (Pulkovo-2) alrededor de las 22:30 a pleno sol, como si fueran las seis de la tarde en España. Durante estos meses se hace de noche entre la 1 y las 4 de la madrugada (noches blancas). En cuanto a sus gentes,lo que se dice simpáticos los rusos no lo son, más bien al contrario, beben cerveza y vodka a litros y cogen unas cogorzas de mucho cuidado. Por todos los rincones de la ciudad encuentras botellas vacías de cerveza.

Ya instalados, asistimos a un concierto de la London Symphony Orchestra bajo la dirección de Valery Gergiev con motivo del Festival Estrellas de las Noches Blancas en el moderno Mariinsky Theatre Concert Hall. Interpretaron obras de Igor Stravinsky, Sergei Prokofiev y de Claude Debussy. Vadim Repin fue el solista de una velada inolvidable de buena música. Si sois amantes de la ópera o el ballet no debéis perderos el Teatro Mariinsky, uno de los recintos míticos del mundo.

Pasear por San Petersburgo es todo un espectáculo. Aunque eso sí, prepararos para andar mucho, la ciudad es inmensa. Hay poca gente que hable en inglés, todo está en alfabeto cirílico y coger el transporte público es una epopeya. Por ejemplo, el metro. En las estaciones que hay varias líneas, y dependiendo de la línea, cada estación tiene un nombre diferente.

San Petersburgo

Continuará…

Publicado por Chiqui el 29 de junio de 2007

Viene de  Las miniguías de Albert. Namibia I

Namibia

Decidimos ir al corazón de Kaokoland (cerca de la frontera con Angola) para conocer in situ la tribu de los Himba. Aunque la mayoría de turistas visitan el cercano parque nacional Etosha, nosotros no fuimos ya que nuestro viaje continuaba hacia el Delta del Okawango y el parque nacional Chobe en Botsuana, dos de las zonas más espectaculares del mundo para ver fauna africana en su verdadero habitat.

Después de un buen almuerzo, iniciamos una larga ruta hasta llegar Opuwo, capital de Kaokoland en dónde es fácil ver a mujeres Himba comprar en el supermercado. Todas ellas se recubren el cuerpo con una mezcla de arcilla rojiza, manteca y yerbas para de esta forma protegerse del sol. Llevan mini falda de cuero y adornos hechos de conchas, metal y cuero. Sus peinados son muy curiosos, se hacen unas trenzas con la mezcla de arcilla y manteca y con adornos de cuero. Nosotros pudimos visitarlas en sus poblados.

Es un pueblo semi-nómada que vive de sus rebaños, pero su habitat y costumbres están cambiando. Desde la independencia de Namibia en 1990, se ha incrementado la afluencia de turistas, y con el dinero “fácil” que obtienen por las fotos que les hacen, los hombres compran alcohol. Así que es acosejable adquirir alimentos en la ciudad y ofrecerlos en lugar de dinero. Nosotros lo hicimos así y conseguimos un buen reportaje.

Cuando hicimos el viaje no era posible visitar la zona del Caprivi Este. Se trata de una zona espectacular y poco visitada, aunque muy peligrosa según nos comentaron. Además es un punto de acceso a Botsuana (Parque Nacional Chobe) y a Zimbabue (Cataratas Victoria).

Desde allí, iniciamos ya el regreso hacia Windhoek. El primer día llegamos a Twyfelfontein donde encontramos un gran galería de arte al aire libre de grabados en la roca. En esta zona habitan los Damaras y los Hereros. Tuvimos la oportunidad de visitar una escuela y a nuestro regreso a Barcelona les enviamos varias cajas con libros y material escolar que nunca llegamos a saber si lo han recibido.

La última noche la pasamos en Omaruru en un lodge de una antigua reserva de caza. Allí hicimos un pequeño safari fotográfico algo penoso ya que los animales parecía que eran de un asilo. En todos los viajes hay un día chungo y éste fue el nuestro.

Se trata de un viaje seguro, con buenos alojamientos y que recomiendo hacer de manera individual. Nosotros contactamos por Internet con Sense of Africa, una empresa local que nos organizó nuestra ruta. Un consejo final: si alquiláis un vehículo tened cuidado, ya que hay muchos accidentes en las pistas. Tienen rectas interminables donde no circula ni un alma pero están repletas de baches.

Namibia II

Viaje realizado en julio/agosto 2002

Publicado por Chiqui el 22 de junio de 2007

Namibia ILlegamos al aeropuerto internacional de Windhoek procedentes de la vecina  Johannesburgo. Nos vino a recoger Nina Lampe, una joven de descendientes alemanes. Ella era nuestra guía y chofer. Una mujer que nos hacía sentir como tres enanitos ya que media casi dos metros.

Una de las cosas que a un europeo le sorprende al llegar a Namibia es que las grandes ciudades, como la capital Windhoek o Swakopmund, son como si uno estuviera en Munich. Calles, tiendas, bares, restaurantes y la mayoría de población de raza blanca.

Nada más llegar, nos dirigimos hacía la región del sur para visitar las dunas de Sossusvlei en Sesriem. Después de unas seis horas de viaje llegamos al lodge. Después de un dia agotador pudimos recuperarnos con una ducha y una cena bajo la luz de la luna. Probamos carne de cocodrilo, gacela y todo bicho raro viviente, o por lo menos esto era lo que decía el cocinero.

A la mañana siguiente fuimos a visitar las famosas dunas de Sossusvlei en el parque Nacional Nanib Mauklu.

Todo un espectáculo de colores y sombras. La duna más famosa es la número 45. No hay que perderse la experiencia de subir a una de estas montañas de unos 300 metros de altura y luego realizar un vertiginoso descenso. Tampoco hay que dejar de ver el Cañón Sesriem de un kilómetro de longitud, situado a la entrada del parque.

La mañana siguiente dejamos el lodge e iniciamos el viaje hacia la costa norte. Después de horas de viaje por el más puro desierto llegamos a Walvis Way, una población costera repleta de chalets. Es famosa por la industria pesquera, por su puerto y por los miles de pelícanos que se encuentran en sus aguas.

Seguimos ruta hasta llegar a Swakopmund, ciudad sin ningún encanto y con una apariencia 100% europea. Si queréis tomaros una buena cerveza alemana y salchichas es el lugar ideal. Aunque ya allí, no dejar de visitar la tienda Beter’s Antiques, un paraíso de piezas de calidad. A la mañana siguiente, seguimos la costa norte hasta llegar Henties Bay, una población costera que la verdad tampoco es ninguna maravilla. A pocos kilómetros se encuentra el Cape Cross (Reserva de focas). Hay entre 80.000 y 100.000 de estos animales, pero el olor es realmente nauseabundo.

Después de esta experiencia olfativa, pusimos rumbo al norte y entramos en el parque Costa de los esqueletos. El acceso al parque es algo tenebroso y si viajas por tu cuenta no olvides por nada del mundo llevar combustible suficiente y algo de provisiones. La carretera es una pista de sal totalmente recta en la que se pueden alcanzar velocidades altísimas. Por toda la costa se encuentran antiguos barcos embarrancados. Por fin, llegamos a nuestro lodge en Damaraland a última hora de la tarde.

Namibia II

Continuará…

Publicado por Chiqui el 10 de junio de 2007

ChiapasEl nombre de Chiapas ha estado relacionado durante muchos años con revolución y con el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.

Nuestro viaje se inició en Ciudad de México. Después de pasar unos días en esta encantadora ciudad y visitar a unos amigos, volamos a Tuxtla Gutiérrez. Allí nos esperaba Alex, un joven guía con el que habíamos contactado por Internet desde España.

Antes de llegar a San Cristóbal de las Casas, visitamos el cañón del Sumidero, un espectacular recorrido por el río Grijalva y la histórica población de Chiapa de Corzo en la que no hay que irse sin visitar La Pila, Santo Domingo de Guzmán y el Museo de la Laca. Allí a mediados de enero se celebra la Fiesta Grande o de los Parachicos.

San Cristóbal de las Casas está situada a 2.100 metros de altitud y es una de las más bellas poblaciones de estilo colonial de Chiapas. En la actualidad, sigue manteniendo algunas costumbres como si no hubieran pasado los años, como es el caso del mercado en el que los indígenas de las comunidades cercanas van a vender sus productos ataviados con sus coloridos vestidos tradicionales. Visitamos y disfrutamos la plaza 31 de marzo, el Convento de Santo Domingo, el Mercado Municipal y el Museo del Ámbar. Es una población con mucha animación en su calles, hay numerosos restaurantes y bares con música para pasar una agradable velada.

A la mañana siguiente, fuimos a conocer las comunidades indígenas de San Juan Chamula y San Lorenzo de Zinacantan. La primera es un centro ceremonial tzotzil donde hay que visitar el cementerio, la plaza central con su abigarrado mercado y la Iglesia de San Juan. A reseñar que no son muy bien vistas las fotografías, por lo que os sugiero el máximo respeto a las personas.

A la mañana siguiente, seguimos viaje hacia Palenque. Antes de llegar visitamos las cascadas de Agua Azul. La antigua ciudad maya de Palenque está situada en medio de la selva. Aunque no nos acompañó la meteorología, pues llovió durante todo el día, es un lugar espectacular en el que destaca el templo de las inscripciones, el palacio, el juego de pelota, el templo de la cruz, etc…

Al día siguiente, salimos de Palenque dirección al río Usumacinta, frontera natural entre México y Guatemala. Embarcamos en frontera Corozal en una lancha y seguimos la caudalosa corriente del Usumacinta durante una hora hasta llegar a las ruinas de Yaxchilan. Esta ciudad maya está en medio de la selva Lacandona, rodeada de una vegetación exuberante, donde continuamente se escuchan a los monos aulladores, todo un espectáculo. Mezcla perfecta de arqueología y naturaleza.

Regresamos con la lancha hasta frontera Corozal para ir a visitar las ruinas de Bonampak también en la selva Lacandona. Llegamos a la comunidad Lacanjá, y saludamos a alguno de sus miembros, que lucen espectaculares túnicas blancas. Bonampak , otra antigua ciudad maya, tiene unas pinturas interesantes.

El último día en México fue todo una aventura, volvimos a frontera Corozal para tomar una lancha y siguiendo el curso del bravo Usumancinta llegar a la otra orilla que es Guatemala (Bethel). Pero eso ya es otra historia que comentaré en una próxima “miniguía” de Guatemala.

Es un viaje seguro, con buenos alojamientos y sitios para comer, que recomiendo hacer de forma individual y fuera de la temporada de vacaciones para evitar en lo posible la masificación y poder así visitar sin prisas estas maravillas arqueológicas escondidas en la selva.

Chiapas

Quiero dedicar esta mini guía a Teresa Gómez, una joven que conocimos en San Juan Chamula y con la que seguimos manteniendo contacto.

Viaje realizado en diciembre/enero 2002-2003

Publicado por Chiqui el 31 de mayo de 2007

 Viene de Las miniguías de Albert. Uganda I

Gorilas en UgandaNos alojamos en el único campamento que está en el interior del parque, el Gorilla Forest Camp. A primera hora de la tarde realizamos una visita a las tribus de la zona. Los pigmeos Batwa pueden considerarse descendientes de los primeros pobladores de la zona. Habitan en medio de la selva, en pequeños núcleos de chozas en la misma frontera del parque nacional. En este paseo, fuimos acompañados por un guía y dos fornidos militares ugandeses armados. En marzo de 1999 fueron secuestrados y asesinados ocho turistas alemanes en esta zona, parece ser por los furtivos. Es muy curioso ver que la fisonomía y sonidos de los Batwa es muy parecida a la de los gorilas.

Al llegar al campamento nos encontramos a un grupo de personas que parecía que venían de la “guerra”. Lo cierto es que llegaban del trekking para ver los gorilas de montaña y francamente estaban destrozados. Aunque eso sí, descubrieron que tres curvas antes de llegar a Buhoma se podía utilizar el teléfono móvil.

Nos quedamos como los únicos turistas en el campamento, y después de descansar en nuestra tienda nos fuimos a cenar. Nuestra sorpresa fue que la dirección nos organizó una cena sorpresa para nosotros dos, algo inimaginable en estos lugares inhóspitos del mundo, un cocinero, dos camareros, velas… Todo una bacanal de comida que francamente agradecimos ya que durante los días anteriores la alimentación fue bastante escasa. No precisamos música, por que la teníamos en los ruidos de la selva. Parecía la última cena… Lo cierto que fue de gran ayuda para la epopeya que nos esperaba el día siguiente.

Por cierto, me gustaría dedicar este pequeño relato a Caesar Opoo, Philemon Tumwbaze y Kule Zaliphonse por la velada inolvidable que nos hicieron pasar.

Para poder acceder al parque y hacer el trekking de los gorilas es imprescindible obtener con muchos meses de antelación un permiso personal e intransferible y para un día concreto. Podéis informaros en la página específica de la web de la UWA. Por cierto, y como es costumbre, previo pago de 20 dólares americanos. Se puede obtener el permiso para uno, dos o tres días ya que no es seguro divisarlos. Solamente dan 16 permisos diarios por lo que es importante si se quiere hacer este trekking, conseguir primero el permiso y luego organizar el resto del viaje.

Os recomiendo ir bien equipados: camisa de manga larga a poder ser de algodón, pantalón largo, botas de trekking de media caña, una pequeña mochila con algo de alimento y líquido y no dejaros una cámara fotográfica, aunque por lo que os comentaré más adelante, es mejor una cámara de video.

GorlasMuy alegres y animados desayunamos y nos preparamos para la aventura. Llegamos al punto de encuentro a la hora y allí nos solicitaron el permiso y el pasaporte (debe coincidir nombre y número). Nos explicaron el trekking y lo que se debía hacer cuando te encuentras con los gorilas. Nos dividieron en grupos ya que cada uno visita una zona diferente del parque y por consiguiente a un grupo o familia de gorilas. Nosotros fuimos al encuentro de la familia de Rushegura. El grupo estaba formado por una pareja holandesa, otra americana y nosotros. Te recomiendan coger un bastón y antes de salir se te ofrecen porteadores. Si vas con un equipo pesado de cámaras y ya tienes unos años, como es mi caso, ninguna de las dos cosas sobra.

Acompañados por un guarda del parque y por los dos militares armados de rigor, nos adentramos a buen ritmo en una inmensa masa de vegetación. Tuvimos que andar más de cuatro horas, subiendo montañas, bajando, cruzando ríos, etc. Aunque me considero que estoy bien preparado físicamente, y que hago caminatas por la montaña, en algunos momentos parecía un “saco de patatas”. Me caí en varias ocasiones por la alta vegetación, supongo por el cansancio y por la alta humedad y reconozco que en algún momento estuve hasta el “gorro” de aquello. Mi cara era un drama.

Una parada y después de reponer las fuerzas, seguimos la excursión… y finalmente nos encontramos con el grupo de gorilas de montaña.

CertificadoNo me considero un apasionado de los animales, pero ese momento es único, increíble… Todas las expresiones son pocas. Encontrarse a menos de cinco metros de estos espléndidos animales y en su propio habitat es algo indescriptible. Es difícil fotografiarlos ya que ellos se mueven entre la densa vegetación, y aunque “casi los tocas”, se mueven mucho y francamente es difícil obtener una buena imagen. El video es más sencillo en estos casos. Nosotros pudimos divisar un gran grupo con el macho dominante “espalda plateada”. Durante una hora estás junto a ellos, en silencio, y sin hacer movimientos bruscos. A pesar del esfuerzo físico que me significó, realmente vale la pena.

Como en todos estos casos al finalizar el tracking te entregan el certificado acreditativo. Cumplido el propósito del viaje, iniciamos el viaje de regreso a Kampala y de allí, vuelta a la jungla de asfalto.

Viaje realizado en diciembre/enero 2004-2005

Publicado por Chiqui el 25 de mayo de 2007

Uganda

Cuando escuchas el nombre de Uganda te pasan por la cabeza muchas noticias periodísticas, la mayoría desagradables. El sanguinario presidente-dictador Idi Amin, el asalto al aeropuerto de Entebbe por el ejército de Israel en 1976, la guerra con Tanzania en 1978…

Pero Uganda es uno de los países más bonitos de África, con una naturaleza exuberante y grandes parques naturales. Hoy en día es un país seguro, aunque hay que evitar la zona norte controlada por la guerrilla del LRA, que recientemente ha reanudado las conversaciones de paz con el Gobierno Ugandés y las regiones fronterizas con el Congo. Aunque nuestro viaje fue exclusivamente para visitar los gorilas de montaña en su hábitat natural, Uganda tiene mucho que ver. Como por ejemplo Queen Elizabeth, las fuentes del Nilo, Bujagali Falls, el parque nacional Murchison Falls; los lagos Victoria, Alberto y Eduardo, el parque nacional Bwindi Impenetrable Forest, el lago Mburo o las Islas Ssese. Otro sitio para divisar los gorilas de montaña es el Parque nacional de los Volcanes en Ruanda, muy cerca de la frontera con Uganda.

Dian Fossey (The Dian Fossey Gorilla Fund) relató sus experiencias de los trece años que pasó trabajando con los gorilas en su obra “Gorilas en la niebla” que publicó en 1983. En 1988, la vida y obra de Fossey fue llevada al cine en la película «Gorilas en la niebla» (Gorillas in the mist), dirigida por Michael Apted y protagonizada por Sigourney Weaver. Desde entonces muchos viajeros han tenido la necesidad de pasar por esta experiencia.

UgandaLlegamos a Entebbe desde Adís Abeba en un vuelo algo movido a causa de las numerosas tormentas que habitualmente te encuentras en esta zona de África (grandes lagos). Era muy temprano, pero nuestro guía-conductor, Joseph, nos esperaba. Nosotros contactamos con la empresa Volcanoes Safaris, que también organizan viajes en Ruanda. El vehículo con el que realizamos la ruta estaba en bastante mal estado.

Aunque la terminal del aeropuerto actual no es la misma, cuando pisas sus pasillos te entran escalofríos solamente al pensar en las personas que dejaron su vida en el secuestro del avión y posterior asalto del ejercito israelí. A un lado todavía se divisan los antiguos edificios.  Después de desayunar en una cafetería de Kampala fuimos a comprar sellos a la oficina central de Correos. No soy un gran coleccionista, pero es mi costumbre adquirir algunas colecciones de los países que visito.

Empezamos el viaje en las tumbas reales Kasubi. En este recinto encontramos edificios tradicionales y las tumbas de los reyes de los Buganda. Seguimos hacia el sur del país, pasando por Entebbe y bordeando el lago Victoria seguimos hacia Masaka, antes de llegar cruzamos la línea del ecuador. Nuestro viaje continuó hasta Mbarara.

Tras un desayuno con “compañía” (los ratones se ponían morados pasando por las bandejas de los panecillos y los cereales), seguimos ruta hasta el lago Bunyoni, pasando por Kabale, puerta de entrada a Ruanda. Nos alojamos en el Bushara Island Camp. Este proyecto de eco-turismo está regentado por las mujeres de los pescadores del lago. Aprovechamos la tarde para navegar por el lago y visitar los pueblos que se encuentran en sus orillas.

Por la mañana seguimos viaje hacia nuestro deseado destino: el Bwindi Impenetrable National Park. Buhoma es el punto final de la carretera. El pueblo consiste en una única calle con algunas chozas y los diferentes campamentos para alojarse. Al final encuentras el puesto de control de la UWA (Uganda Wildlife Authority). Desde este punto no se puede acceder al parque sin disponer de la autorización pertinente.

Continuará…

Publicado por Chiqui el 18 de mayo de 2007

Viene de Las miniguías de Albert. Bután I

Bután

Nuestro viaje empezó en el aeropuerto. Después de todo el trámite de visados, nos encontramos con Nima, la persona que nos iba a acompañar a lo largo de nuestro viaje. Se trataba de una persona joven con la que pasamos momentos muy divertidos, especialmente cuando intentaba comprender mis discursos en mi penoso inglés. La primera sorpresa es que usaba Gho, el traje típico de los hombres. Por su parte, las mujeres utilizan la Kira.

Nuestra primera etapa fue en Paro, una pequeña población. En ella, hay que visitar el Paro Dzong con su tradicional puente de madera cubierto (Nyamai Zam), que es uno de los más espectaculares de Bhutan. No hay que dejar de ver el Museo Nacional (Ta Dzong). Ya por los alrededores, podemos encontrar Drukgyal Dzong y en especial el Monasterio Taktsang Dzong o Tiger’s Nest (destruido por el fuego en 1998 y ahora reconstruido). Está situado a 3.300 metros de altura y tiene un desnivel de 900 metros que en unas dos horas se puede ascender. Los turistas no pueden acceder al interior del monasterio, pero las vistas de todo el valle son inigualables.

En Timbu, que es la capital administrativa de Bhutan, se puede empezar por el Mercado, el Trashi Chhoe Dzong (que actualmente es la Asamblea Nacional y las oficinas reales), el templo de la Memoria (construido en 1974 en memoria del Rey Jigme Dorji Wangchuck). Después, hay que perderse por la Escuela de Artes y Oficios, el Instituto Nacional de Medicina tradicional o el estadio Changlimithang en donde podréis contemplar las demostraciones de tiro con arco (deporte nacional).

Camino a Punakha, a 77 kms de Timbu (unas tres horas en coche), se llega al puerto Dochu La, situado a 3.150 metros. Desde este punto se pueden divisar algunas de las montañas más altas del Himalaya. Antes de llegar allí, podemos detenernos en el monasterio Chimi Lhakhang, al que se accede atravesando arrozales y pequeños grupos de casas. También hay que hacer un alto en el Punakha Dzong, situado en la confluencia de los rios Pochu and Mochu, un grandioso edificio muy decorado pero para mi gusto demasiado restaurado.

Más allá, Wangdue Phodrang es una pequeña población situada en un promontorio sobre el rio Punak, y se la reconoce por las casas tienda que hay en el centro. Allí también es destacable el Dzong local.

Trongsa es visita obligada, aunque el viaje es algo pesado desde Wangdue (aproximadamente 4 horas aunque estaban realizando obras de mejora). Por el camino se ha de pasar el collado de La Pele situado a 3.400 metros de altura. La llegada a Trongsa es espectacular, esta pequeña población y su Dzong se encuentran situados en medio de la naturaleza. El Trongsa Dzong es el más espectacular de Bhutan. Destaca por los magníficos trabajos de arquitectura, los elaborados decorados y las esculturas de madera. Se inició su construcción en 1644. Realmente, vale la pena dedicar dos días del viaje para visitar esta zona del centro de Bhutan.

Nuestro viaje terminó regresando a Timbu, y el día siguiente, por una serpenteante carretera (aproximadamente durante 5 horas), descender hasta Phuentsholing (frontera con la India).

Bután es uno de los pocos rincones que he visitado en el mundo en que puedes tocar la felicidad y solamente pido a los viajeros que hagamos un esfuerzo para mantener intactos estos lugares.

Os recomiendo que contactéis con la agencia local, Himalayan Adventures, que en el año 2003 era una empresa muy joven que estaba empezando y tenían un gran ilusión, muchas ideas y hasta querían adquirir motos KTM para organizar travesías por el Himalaya. Hoy es una realidad. Por ello, quiero felicitar a Kinley Tshering por haberlo logrado.  

Ya por último y como curiosidad, Bután es considerado un paraíso para los amantes de la filatelia. No dejar de visitar la Post Office de Timbu.
 
Más información en la web Kingdom of Bhutan.

Viaje realizado en julio/agosto de 2003

Bután

Esta “mini guía” está dedicada a mi amigo Chiqui, alma de este magnífico blog, que permite publicar a una persona como yo sus experiencias viajeras. Casi siempre que nos vemos me recuerda este viaje, espero que cuando lea estas líneas entienda mi pasión por este diminuto país del Himalaya, y que si puedo volveré a visitar para pasar una larga temporada.

Publicado por Chiqui el 11 de mayo de 2007

ButánSi alguna vez ha existido Shangri-La, con toda seguridad estaría situada en este remoto país enclavado en medio del Himalaya.

Bután es un pequeño reino de 47.000 km² y una población aproximada de 750.000 habitantes. Desde finales de 2006, Jigme Khesar Namgyal Wangchuck ostenta el trono. En la parte norte, que hace frontera con el Tibet (China), podemos encontrar montañas de más de 7.300 metros de altura. Es un viaje ideal para realizar caminatas (trekking) por los valles centrales con montañas entre los 1.500 y 3.000 metros de altura. Toda la zona sur del país hace frontera con la India. Al finalizar el viaje por Bután, y ya en India, podemos visitar Sikkim, Darjeeling o Kalimpong.

En Bután se organizan numerosos festivales (Tshechus and Dromchoes) que se celebran durante todo el año en los Dzong (fortalezas) y monasterios. Son acontecimientos espirituales basados en danzas muy antiguas, música y máscaras que en algunos casos son auténticas antigüedades.

Organizarse un viaje a Bután no es nada sencillo. El “Royal Government of Bhutan” es muy restrictivo y no permite fácilmente la entrada a viajeros individuales. En el año 2006, se autorizaron solamente 18.000 visados. Para mayor información, podéis contactar mediante correo electrónico con el Departamento de Turismo en Timbu. Os recomiendo que contactéis con una empresa local, (al final de esta mini guía os indico una dirección de total garantía). Por cierto, es imposible viajar sin disponer del documento de invitación que os debe enviar el Gobierno de Bután, ya que este documento es imprescindible para obtener el visado de entrada (20 dólares USA), que se deberá tramitar a la llegada en el aeropuerto de Paro.

Se puede llegar hasta allí por carretera o por el aire. Si se hace por vía terrestre, lo más habitual es entrar a Bután desde la India (Phuentsholing). Por avión, la única compañía aérea que vuela a Paro (único aeropuerto en Bután) es  Druk Air (Royal Bhutan Airlines). En el año 2003 hicimos el viaje desde Calcuta en un pequeño avión, pero creo que hoy ya han mejorado las comunicaciones.

La llegada a Paro en avión es espectacular ya que se sobrevuelan altas montañas hasta aterrizar en el aeropuerto situado a unos 2.200 metros de altura. Es como si llegaras al fin del mundo. El aire puro y fresco, el cielo azul intenso, los arrozales verdes brillantes, casi no hay vehículos, todo es limpio, la naturaleza en su máxima expresión… Además, la población es muy amable y hospitalaria, siempre están dispuestos a atender al extranjero.

En cuanto a la alimentación no tendréis problemas, aunque para algunos es algo picante. Arroz rojo, lentejas, vegetales, sopas o una gran variedad de setas son algunos de los productos que se utilizan habitualmente. El alojamiento es sencillo pero limpio. En las ciudades hay algunos hoteles, pero lo habitual son los Guest House o Cottages. Cuando durmáis en  Timbu, estaros preparados: hay miles de perros vagabundos que durante la noche se dedican a dar “serenatas”.

Bután y su gente

Continuará…

Publicado por Chiqui el 20 de abril de 2007

KashgarSituada en la región autónoma de Xinjiang (China), Kashgar es un lugar mítico para cualquier viajero. Está situado en el extremo más occidental de China haciendo frontera con Pakistán, India, Tayikistán, Kirguistán, Kazajistán y Mongolia. Adentrarse en la parte antigua de Kashgar es como remontarse a algunos siglos atrás, es un laberinto de casas de barro y madera. Sus habitantes, los Uighur, son musulmanes. Gente muy hospitalaria que con suma facilidad te invitan a sus casas a tomar té y dulces. Destaca en los hombres sus pobladas barbas y los gorros con los que cubren sus cabezas.

Esta ciudad, que fue uno de los puntos clave de la ruta de la seda, en especial por el famoso mercado de los domingos, ha perdido lamentablemente gran parte de su encanto por la nueva ubicación. La ciudad moderna china va poco a poco invadiendo el casco antiguo y los edificios impersonales de cemento van sustituyendo las antiguas casas de barro.

Y a pesar de ello, todavía se sigue vendiendo todo lo inimaginable, desde camellos bactrianos hasta serpientes secas. Pasear por sus calles es como si te encontraras en un gran bazar medieval, con todos los artesanos ofreciendo sus productos.

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