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Archivos de la categoría ‘Futuro’
Publicado por Chiqui el 15 de octubre de 2009
Publicado por Chiqui el 29 de septiembre de 2009

El próximo viernes se decide la ciudad organizadora de los JJ. OO. de 2016. Río, Tokyo y la capital de España pugnarán por ver quien verá a Usain Bolt ganar sus próximas medallas de oro olímpicas.
Anticipándose a cualquier contingencia negativa y según ha podido saber Chiquiworld, el pleno del Ayuntamiento ha decidido que si el mes que viene no consigue que Madrid albergue los próximos Juegos Olímpicos de 2016, se presentará un poco más adelante, en el bicentenario, en 2216.
El alcalde ha declarado: «Teniendo rigor cumpliendo los plazos, seguro que en los próximos 200 años nos da tiempo a dejarlo todo terminado. Si acaso podría faltar alguna obra por rematar pero, vamos, sería menor»
Pero hete aquí que éramos pocos y parió la comadrona. Para esa fecha ya tenemos rivales. Como se puede apreciar en la fotografía, Puerto Príncipe ha comenzado a andar. La competencia será dura y como no empecemos a prepararnos ya…
Vía | Palomallaneza
Publicado por Chiqui el 9 de enero de 2008
Google Maps es una estupendisíma aplicación que no sólo sirve para pasarse horas y horas delante del monitor paseando alrededor del mundo descubriendo miles de curiosidades. También es la base para desarrollar infinidad de utilidades, ya sean lúdicas, comerciales o educativas.
Y una de estas aplicaciones, que he descubierto gracias a Eduardo, es la que se puede ver en Flood Maps. En ella se muestra como quedarían conformadas las costas de nuestro planeta si a causa del cambio climático se produjera una subida del nivel del mar. Basta con seleccionar el número de metros y automáticamente muestra los resultados.
Con tan solo un metro que se elevaran las aguas, buena parte de Holanda, incluida Amsterdam y parte de la costa francesa, belga y danesa serían lugar de peregrinación para los submarinistas. Tampoco la costa levantina saldría muy bien parada.
En el otro extremo, el más catastrófico, si se elevase 14 metros, Cádiz se convertiría en una soleada isla y Sevilla sería uno de los principales puertos marítimos de Europa. Además, miles de islas en todo el mundo pasarían a ser un bonito recuerdo en los álbumes de fotos de millones de turistas.
Entre estos dos supuestos, un abanico de posibilidades. Probad y ya veréis los resultados.
En definitiva, una muy didáctica herramienta para políticos con primos ilustrados…
Publicado por Chiqui el 31 de octubre de 2007
ALICIA RIVERA
Con personajes climáticos tan peculiares vociferando estos días (Rajoy y su primo, además de peculiares, se hacen un lío entre clima y meteorología, y Gore se forra en su papel de profeta climático ahora que ya no manda), vuelve la búsqueda con lupa de contrarios al cambio climático para las polémicas y tertulias sobre el calentamiento global. Contrario es una traducción demasiado fácil de lo que en inglés se llama contrarian, pero creo que funciona. Opiniones, posturas e intereses variados aparecen, por supuesto, sobre cualquier cosa que se discuta. El problema, me parece, es cuando se quiere enfrentar una postura, una opinión, con los resultados científicos. La cosa chirría.
Los científicos de todo el mundo especializados en cambio climático, miden, investigan, hacen hipótesis, las confirman o rechazan según las observaciones y los experimentos… en fin, hacen ciencia. A la vista de los resultados en los últimos años, los expertos, aunados en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, concluyen que el calentamiento es una realidad, que está provocado por las actividades humanas y que ya se pueden distinguir síntomas inequívocos. Mediante la modelización de procesos (el clima en este caso), pueden también hacer proyecciones de futuro, con incertidumbres delimitadas y cuantificadas.
Entonces llegan los opinadores y dicen que no están de acuerdo, que el cambio climático no existe y que, por tanto, no hay problema que valga. Perfecto, la opinión es libre, por supuesto, representen las propias ideas o los intereses de quien sea. Pero la polémica que se monta así me parece viciada o viciosa, o absurda: por un lado los resultados de la ciencia, las medidas de la temperatura en aumento, etcétera; por el otro, la opinión de quienes dicen que no están de acuerdo.
El debate en ciencia es demostrar que los datos que se presentan son incorrectos o que el experimento no está bien hecho… y eso es lo que no hacen, o no pueden hacer, los contrarios del clima: no demuestran que las temperaturas medidas por los científicos sean incorrectas, o que la fusión de glaciares sea mentira. Ellos que no y que no y ya está. Poco hay que discutir así, entre resultados científicos y opinadores.
Hace 11 años, cuando los científicos preparaban el segundo informe de evaluación del IPCC, los indicios del cambio climático y la responsabilidad humana eran más débiles que ahora y hubo notables y adinerados grupos de presión (sobre todo en EE. UU.), que financiaron investigaciones de científicos para que demostrasen que la variabilidad natural del clima era suficiente para explicar lo que se iba observando y que no había cambio climático. Pero no se logró demostrar que los resultados que obtenía y defendía la mayoría de la comunidad científica fueran falsos. Así que se abandonó ese frente y se mantuvo el único que sigue abierto, aunque muy desmejorado: el de las campañas de opinión infundada.
No hay ya debate científico acerca de si hay o no cambio climático. A lo mejor se trata de un caso de alucinación colectiva de miles de los investigadores en todo el mundo, pero si es así hay que demostrarlo con resultados y datos. Precisamente para evitar malentendidos, y dado que no todos los resultados tienen el mismo nivel de fiabilidad, los científicos del IPCC especifican la fiabilidad de cada una de sus conclusiones, con márgenes de error cuantificados. Los contrarios cada vez tienen más trabajo si quieren demostrar que todo esto es falso. Mientras no tengan los resultados científicos en que basar sus afirmaciones no tienen nada que debatir con el IPCC.
Por cierto, y volviendo a los Rajoy: la predicción del tiempo (que no es clima) para 24 horas es muy buena, también en Sevilla, e incluso a tres días lo es, a cinco días vista es más difícil y tal vez sea algo menos precisa.
Publicado por Chiqui el 28 de febrero de 2007
ALICIA RIVERA
En el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra, están hoy bajando a su sala experimental subterránea (a 90 metros de profundidad), el segmento central de uno de los gigantescos detectores del futuro acelerador de partículas LHC, instalado en un túnel circular subterráneo de 27 kms. de circunferencia. El detector (CMS), cuando esté acabado, medirá 21 metros de longitud y 16 de diámetro, con un peso de 12.500 toneladas. La pieza que se está moviendo hoy pesa 1.400 toneladas. La operación se puede ver el directo desde su web.
El segmento, una de las siete grandes rodajas que lo forman, se ve en el techo de la sala experimental. Cada segmento se monta en una nave en superficie y se baja con grúas para montarlo en la sala. Por el orificio central pasará el acelerador de partículas LHC, cuyos haces acelerados casi a la velocidad de la luz chocarán en el centro de los detectores para que éstos registren los efectos de las interacciones de las partículas a altísima energía. Además de CMS, hay otro gran detector (ATLAS) en el LHC y dos más específicos (Alice y LHCb). Hoy es el día de CMS. El conjunto del acelerador y los detectores entrará en operación el próximo de noviembre para iniciar el período de pruebas. El CERN se dedica a la investigación fundamental del microcosmos, para desvelar las leyes básicas que rigen el universo.
Comentarios (13) Archivado en Futuro
Publicado por Chiqui el 9 de febrero de 2007

ALICIA RIVERA
¿Por qué Al Gore pide ahora un Protocolo de Kioto “más fuerte” y cuando era vicepresidente de EEUU, sus representantes negociaban duramente para que ese acuerdo internacional fuera lo menos fuerte posible?
¿Por qué en 1997, en la cumbre de Kioto (a la que el vicepresidente Gore asistió como uno de los invitados estelares), EEUU sólo aceptó reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero un 7%, mientras que la Unión Europea se comprometió con un 8%?
¿Por qué EEUU era “el malo” y “el duro” durante todas las cumbres del clima mientras Gore era vicepresidente (y Clinton presidente)?
¿Por qué la delegación estadounidense era el foco de las críticas de los grupos medioambientales, hasta el punto de que en la cumbre de La Haya, en 2000, unos ecologistas estamparon una tarta a la cara a Frank Loy, representante de la Administración Clinton (y Gore)?
¿Por qué EEUU firmó el Protocolo de Kioto en 1998, pero no emprendió el trámite de ratificación del mismo?
¿Por qué se convierte Al Gore en defensor de la acción contra el cambio climático ahora que no tiene el poder de la vicepresidencia?
Es verdad, Gore ha mostrado siempre más interés por las cuestiones medioambientales que otros políticos. Además, George Bush, en el asunto del cambio climático como en tantos otros, ha hecho buenos a Clinton y a Gore. ¡Pero tan, tan, tan bueno como se le quiere presentar! En fin, que ahora que no manda es un santo: San Al Gore. Toda esta cruzada suya es bastante hollywoodense… en el mal sentido de la palabra.
Por cierto, si se quiere dar este año el Premio Príncipe de Asturias por destacar en la lucha contra el cambio climático, yo creo que hay muchos buenos candidatos con mayor compromiso constante y coherencia que Gore.
Publicado por Chiqui el 26 de octubre de 2006
ALICIA RIVERA
Más libros de astronautas: además de Riding Rockets, también he leído últimamente la biografía autorizada de Neil A. Armstrong: First man, escrita por el historiador James R. Hansen. Éste no explota en absoluto la vena humorística de la astronáutica, pero hace un relato bastante exhaustivo (750 páginas) de la vida del primer hombre que pisó la Luna. El libro es muy interesante porque logra, por una parte, crear un perfil consistente del individuo (para mi siempre enigmático pese a lo mucho que se ha hablado de él), desde su infancia hasta mucho tiempo después de convertirse en un héroe, y, por otra, cuenta cosas del programa Apollo y de aquel viaje histórico a la Luna poco conocidas, al menos para los no especialistas.
Un ejemplo curioso son las frases que un periodista había preparado como opciones para que las leyera el Presidente Richard Nixon en caso de que el Apolo 11 acabara mal (“El destino ha dispuesto que los hombres que fueron a la Luna para explorarla en paz permanezcan allí para descansar en paz”, era una de ellas). Tampoco había leído nunca algo acerca de lo incómodos que durmieron Armstrong y Aldrin en el módulo Eagle justo después de su paseo por la superficie lunar y antes de despegar para unirse a Collins en el módulo en órbita, o las tensiones antes de la partida para decidir quién sería el primero en poner el pie en la Luna. Dice el libro que la famosa frase, “Un pequeño paso para un hombre….”, fue invención de Armstrong y que prácticamente nadie la conocía hasta que la pronunció allí. Esto no me lo acabo de creer.
El tercer libro de astronautas que he leído recientemente es una pesadez. Story: the way of water. Me llamó la atención porque es también una especie de biografía autorizada de Story Musgrave, uno de los astronautas más emblemáticos de la NASA, sobre todo de los transbordadores. Tres décadas de trabajo en la agencia espacial y seis vuelos espaciales le acreditan, en principio como un tipo interesante (para los que no les suene: es el astronauta completamente calvo que dirigió la dificilísima misión del telescopio espacial Hubble, en 1993, a bordo del Endeavour).
La biografía resulta una pesadísima alabanza constante de Musgrave por parte de la autora: una rendida y fascinada periodista (Anne E. Lenehan), que idolatra al personaje hasta el punto de lograr que el libro resulte artificial e insufrible.
James R. Hansen | First man. ISBN: 0-7432-5631-X
Anne E. Lenehan | Story: the way of water. ISBN: 0 9752286 0 9
Publicado por Chiqui el 22 de octubre de 2006
ALICIA RIVERA
Uno de los tipos más divertidos y sinceros de la NASA (al menos en público) debe ser Mike Mullane. Desde 1978 hasta 1990 perteneció al cuerpo de astronautas estadounidenses y voló tres veces en los transbordadores espaciales; cuando lo dejó, se convirtió en conferenciante profesional. Nunca he tenido ocasión de escucharle en directo, pero he leído dos libros suyos sobre la gente del espacio y son de los que se devoran de un tirón y encima se lo cuentas por trozos a los amigos en la hora del café. El último es su autobiografía, se titula Riding Rockets y salió en EEUU este verano.
La historia de Mullane es la otra cara de la deslumbrante y glorificada vida de los astronautas que a menudo se pretende dar oficialmente, es como mirar dentro del destacamento de la NASA al margen de los focos, de los escenarios y de las entrevistas organizadas por la oficina de prensa de la agencia y casi siempre mortalmente aburridas.
Riding Rockets habla de lo bicho que es el jefe del destacamento y de las tensiones que provoca en el grupo, del miedo de los hombres y mujeres del espacio, de la competitividad por que le asignen a uno un vuelo espacial, de lo tremendamente peligrosos que son los transbordadores, de la fascinación de estar en órbita, de los bromazos que se hacen los astronautas, de las cervezas que se toman en su garito favorito en Houston o de los choques de los muy machos astronautas de hace 30 años con las primeras mujeres que entraron en el destacamento. El tono irónico en casi cualquier circunstancia y el sincero dolor cuando las cosas se ponen realmente feas, como los accidentes del Challenger y del Columbia, muestran a un Mullane humano e inteligente.
Mullane tiene un sentido del humor y un sentido crítico hacia la NASA muy poco corriente, y su biografía (que, como es normal, arranca en su infancia) se convierte en una visión fresca, divertida, triste cuando hace falta, llena de detalles y anécdotas sobre esos personajes que se ven siempre con el mono azul o el traje espacial blanco y reluciente, pero que debajo, por ejemplo, llevan una especie de preservativo para recoger la orina durante el lanzamiento (la otra opción son unos pañales) y que causa no pocas situaciones embarazosas.
No dudé en comprar el libro de Mullane en cuanto lo vi, recordando con gusto uno anterior suyo. Salió en 1997 y tampoco tiene desperdicio: Do your ears pop in space? An 500 other surprising questions about space travel (¿Hacen pop los oidos en el espacio? Y otras 500 sorprendentes preguntas sobre los viajes espaciales). Son las contestaciones que a lo largo de los años dio en sus charlas a las preguntas más interesantes o más comunes que le hicieron sobre su profesión.
Mike Mullane | Riding Rockets. ISBN: 13 978-0-7432-7682-5
Mike mullane | Do your ears pop in space? ISBN 0-471-15404-0
Publicado por Chiqui el 17 de julio de 2006
ALICIA RIVERA
El transbordador espacial Discovery aterriza hoy a las 15.14, (GMT +2), en el Centro Espacial Kennedy, Cabo Cañaveral (Florida), según tiene previsto la NASA.
La NASATV lo transmitirá por Internet. La predicción meterorológica no es todo lo buena que seria deseable, por la probabilidad de chubascos por la mañana en esa zona. En caso de que la cosa se complicase, los responsables del vuelo pueden indicar al Discovery que dé una vuelta más a la Tierra y que intente el descenso, por tanto, aproximadamente una hora y media más tarde. Si fuera imposible el aterrizaje en Florida, el transbordador puede aterrizar en el desierto de Mojave (California) en la base Edwards. En ese caso, luego se coloca en la grupa de un Boeing 747 (Jumbo) especial y se lleva a Cabo Cañaveral.
A bordo del Discovery, tras una misión de 13 días, regresan seis astronautas de los siete que partieron el 4 de julio. Uno de ellos, el alemán Thomas Reiter, de la Agencia Europea del Espacio (ESA) se queda en la ISS para una misión prolongada de seis meses. La ISS está en órbita a casi 400 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre.
ACTUALIZACIÓN: Tal como estaba previsto, el Discovery aterrizó con éxito a la hora prevista y sin complicaciones. Todo felices.
Publicado por Chiqui el 10 de julio de 2006
ALICIA RIVERA
Los astronautas del transbordador espacial Discovery Piers Sellers y Michael Fossum están esta tarde trabajando fuera de la Estación Espacial Internacional (ISS) a la que está atracada la nave (en órbita a 395 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre). Han comenzado el paseo espacial a las 14.14, hora peninsular y estarán unas siete horas trabajando fuera.
La tarea en este segundo paseo espacial (actividad extravehicular, o EVA en sus siglas inglesas) de la misión, es sustituir un cable que se cortó inadvertidamente durante un paseo espacial hace unos meses y que es necesario para utilizar una estructura de transporte en la estación útil para hacer montajes en órbita. A Seller y Fossum se les ha encargado también instalar una bomba del sistema de control térmico en el exterior de la ISS.
En la televisión de la NASA se puede seguir en directo (imagen y sonido) el paseo espacial, que están en este momento transmitiendo los astronautas desde el Discovery y las conversaciones entre los dos astronautas que están fuera, las responsables de manejar el brazo robótico de la estación (Lisa Nowak y Stephanie Wilson) que sirve como plataforma de trabajo, y el centro de control. Como la ISS da una vuelta completa a la Tierra cada hora y media (orbitan a unos 28.000 kilómetros por hora), anochece y amanece más de una vez a lo largo del paseo espacial, de manera que a ratos se ve a los astronautas trabajando de noche, pero uno despega la vista del ordenador un rato y cuando vuelve al paseo espacial es de día. La NASA combina su transmisión con esquemas explicativos de lo que sus astronautas están haciendo.Para que los responsables de control de la operación puedan distinguir a los astronautas durante las EVAs, cada uno lleva un distintivo o ausencia de él en su escafandra. En esta ocasión, Sellers lleva rayas rojas y Fossum no lleva distintivo.
NASATV | Emisión en directo
El próximo viernes se decide la ciudad organizadora de los JJ. OO. de 2016. Río, Tokyo y la capital de España pugnarán por ver quien verá a Usain Bolt ganar sus próximas medallas de oro olímpicas.
Anticipándose a cualquier contingencia negativa y según ha podido saber Chiquiworld, el pleno del Ayuntamiento ha decidido que si el mes que viene no consigue que Madrid albergue los próximos Juegos Olímpicos de 2016, se presentará un poco más adelante, en el bicentenario, en 2216.
El alcalde ha declarado: «Teniendo rigor cumpliendo los plazos, seguro que en los próximos 200 años nos da tiempo a dejarlo todo terminado. Si acaso podría faltar alguna obra por rematar pero, vamos, sería menor»
Pero hete aquí que éramos pocos y parió la comadrona. Para esa fecha ya tenemos rivales. Como se puede apreciar en la fotografía, Puerto Príncipe ha comenzado a andar. La competencia será dura y como no empecemos a prepararnos ya…
Vía | Palomallaneza
Google Maps es una estupendisíma aplicación que no sólo sirve para pasarse horas y horas delante del monitor paseando alrededor del mundo descubriendo miles de curiosidades. También es la base para desarrollar infinidad de utilidades, ya sean lúdicas, comerciales o educativas.
Y una de estas aplicaciones, que he descubierto gracias a Eduardo, es la que se puede ver en Flood Maps. En ella se muestra como quedarían conformadas las costas de nuestro planeta si a causa del cambio climático se produjera una subida del nivel del mar. Basta con seleccionar el número de metros y automáticamente muestra los resultados.
Con tan solo un metro que se elevaran las aguas, buena parte de Holanda, incluida Amsterdam y parte de la costa francesa, belga y danesa serían lugar de peregrinación para los submarinistas. Tampoco la costa levantina saldría muy bien parada.
En el otro extremo, el más catastrófico, si se elevase 14 metros, Cádiz se convertiría en una soleada isla y Sevilla sería uno de los principales puertos marítimos de Europa. Además, miles de islas en todo el mundo pasarían a ser un bonito recuerdo en los álbumes de fotos de millones de turistas.
Entre estos dos supuestos, un abanico de posibilidades. Probad y ya veréis los resultados.
En definitiva, una muy didáctica herramienta para políticos con primos ilustrados…
ALICIA RIVERA
Con personajes climáticos tan peculiares vociferando estos días (Rajoy y su primo, además de peculiares, se hacen un lío entre clima y meteorología, y Gore se forra en su papel de profeta climático ahora que ya no manda), vuelve la búsqueda con lupa de contrarios al cambio climático para las polémicas y tertulias sobre el calentamiento global. Contrario es una traducción demasiado fácil de lo que en inglés se llama contrarian, pero creo que funciona. Opiniones, posturas e intereses variados aparecen, por supuesto, sobre cualquier cosa que se discuta. El problema, me parece, es cuando se quiere enfrentar una postura, una opinión, con los resultados científicos. La cosa chirría.
Los científicos de todo el mundo especializados en cambio climático, miden, investigan, hacen hipótesis, las confirman o rechazan según las observaciones y los experimentos… en fin, hacen ciencia. A la vista de los resultados en los últimos años, los expertos, aunados en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, concluyen que el calentamiento es una realidad, que está provocado por las actividades humanas y que ya se pueden distinguir síntomas inequívocos. Mediante la modelización de procesos (el clima en este caso), pueden también hacer proyecciones de futuro, con incertidumbres delimitadas y cuantificadas.
Entonces llegan los opinadores y dicen que no están de acuerdo, que el cambio climático no existe y que, por tanto, no hay problema que valga. Perfecto, la opinión es libre, por supuesto, representen las propias ideas o los intereses de quien sea. Pero la polémica que se monta así me parece viciada o viciosa, o absurda: por un lado los resultados de la ciencia, las medidas de la temperatura en aumento, etcétera; por el otro, la opinión de quienes dicen que no están de acuerdo.
El debate en ciencia es demostrar que los datos que se presentan son incorrectos o que el experimento no está bien hecho… y eso es lo que no hacen, o no pueden hacer, los contrarios del clima: no demuestran que las temperaturas medidas por los científicos sean incorrectas, o que la fusión de glaciares sea mentira. Ellos que no y que no y ya está. Poco hay que discutir así, entre resultados científicos y opinadores.
Hace 11 años, cuando los científicos preparaban el segundo informe de evaluación del IPCC, los indicios del cambio climático y la responsabilidad humana eran más débiles que ahora y hubo notables y adinerados grupos de presión (sobre todo en EE. UU.), que financiaron investigaciones de científicos para que demostrasen que la variabilidad natural del clima era suficiente para explicar lo que se iba observando y que no había cambio climático. Pero no se logró demostrar que los resultados que obtenía y defendía la mayoría de la comunidad científica fueran falsos. Así que se abandonó ese frente y se mantuvo el único que sigue abierto, aunque muy desmejorado: el de las campañas de opinión infundada.
No hay ya debate científico acerca de si hay o no cambio climático. A lo mejor se trata de un caso de alucinación colectiva de miles de los investigadores en todo el mundo, pero si es así hay que demostrarlo con resultados y datos. Precisamente para evitar malentendidos, y dado que no todos los resultados tienen el mismo nivel de fiabilidad, los científicos del IPCC especifican la fiabilidad de cada una de sus conclusiones, con márgenes de error cuantificados. Los contrarios cada vez tienen más trabajo si quieren demostrar que todo esto es falso. Mientras no tengan los resultados científicos en que basar sus afirmaciones no tienen nada que debatir con el IPCC.
Por cierto, y volviendo a los Rajoy: la predicción del tiempo (que no es clima) para 24 horas es muy buena, también en Sevilla, e incluso a tres días lo es, a cinco días vista es más difícil y tal vez sea algo menos precisa.
ALICIA RIVERA
En el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra, están hoy bajando a su sala experimental subterránea (a 90 metros de profundidad), el segmento central de uno de los gigantescos detectores del futuro acelerador de partículas LHC, instalado en un túnel circular subterráneo de 27 kms. de circunferencia. El detector (CMS), cuando esté acabado, medirá 21 metros de longitud y 16 de diámetro, con un peso de 12.500 toneladas. La pieza que se está moviendo hoy pesa 1.400 toneladas. La operación se puede ver el directo desde su web.
El segmento, una de las siete grandes rodajas que lo forman, se ve en el techo de la sala experimental. Cada segmento se monta en una nave en superficie y se baja con grúas para montarlo en la sala. Por el orificio central pasará el acelerador de partículas LHC, cuyos haces acelerados casi a la velocidad de la luz chocarán en el centro de los detectores para que éstos registren los efectos de las interacciones de las partículas a altísima energía. Además de CMS, hay otro gran detector (ATLAS) en el LHC y dos más específicos (Alice y LHCb). Hoy es el día de CMS. El conjunto del acelerador y los detectores entrará en operación el próximo de noviembre para iniciar el período de pruebas. El CERN se dedica a la investigación fundamental del microcosmos, para desvelar las leyes básicas que rigen el universo.
ALICIA RIVERA
¿Por qué Al Gore pide ahora un Protocolo de Kioto “más fuerte” y cuando era vicepresidente de EEUU, sus representantes negociaban duramente para que ese acuerdo internacional fuera lo menos fuerte posible?
¿Por qué en 1997, en la cumbre de Kioto (a la que el vicepresidente Gore asistió como uno de los invitados estelares), EEUU sólo aceptó reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero un 7%, mientras que la Unión Europea se comprometió con un 8%?
¿Por qué EEUU era “el malo” y “el duro” durante todas las cumbres del clima mientras Gore era vicepresidente (y Clinton presidente)?
¿Por qué la delegación estadounidense era el foco de las críticas de los grupos medioambientales, hasta el punto de que en la cumbre de La Haya, en 2000, unos ecologistas estamparon una tarta a la cara a Frank Loy, representante de la Administración Clinton (y Gore)?
¿Por qué EEUU firmó el Protocolo de Kioto en 1998, pero no emprendió el trámite de ratificación del mismo?
¿Por qué se convierte Al Gore en defensor de la acción contra el cambio climático ahora que no tiene el poder de la vicepresidencia?
Es verdad, Gore ha mostrado siempre más interés por las cuestiones medioambientales que otros políticos. Además, George Bush, en el asunto del cambio climático como en tantos otros, ha hecho buenos a Clinton y a Gore. ¡Pero tan, tan, tan bueno como se le quiere presentar! En fin, que ahora que no manda es un santo: San Al Gore. Toda esta cruzada suya es bastante hollywoodense… en el mal sentido de la palabra.
Por cierto, si se quiere dar este año el Premio Príncipe de Asturias por destacar en la lucha contra el cambio climático, yo creo que hay muchos buenos candidatos con mayor compromiso constante y coherencia que Gore.
ALICIA RIVERA
Más libros de astronautas: además de Riding Rockets, también he leído últimamente la biografía autorizada de Neil A. Armstrong: First man, escrita por el historiador James R. Hansen. Éste no explota en absoluto la vena humorística de la astronáutica, pero hace un relato bastante exhaustivo (750 páginas) de la vida del primer hombre que pisó la Luna. El libro es muy interesante porque logra, por una parte, crear un perfil consistente del individuo (para mi siempre enigmático pese a lo mucho que se ha hablado de él), desde su infancia hasta mucho tiempo después de convertirse en un héroe, y, por otra, cuenta cosas del programa Apollo y de aquel viaje histórico a la Luna poco conocidas, al menos para los no especialistas.
Un ejemplo curioso son las frases que un periodista había preparado como opciones para que las leyera el Presidente Richard Nixon en caso de que el Apolo 11 acabara mal (“El destino ha dispuesto que los hombres que fueron a la Luna para explorarla en paz permanezcan allí para descansar en paz”, era una de ellas). Tampoco había leído nunca algo acerca de lo incómodos que durmieron Armstrong y Aldrin en el módulo Eagle justo después de su paseo por la superficie lunar y antes de despegar para unirse a Collins en el módulo en órbita, o las tensiones antes de la partida para decidir quién sería el primero en poner el pie en la Luna. Dice el libro que la famosa frase, “Un pequeño paso para un hombre….”, fue invención de Armstrong y que prácticamente nadie la conocía hasta que la pronunció allí. Esto no me lo acabo de creer.
El tercer libro de astronautas que he leído recientemente es una pesadez. Story: the way of water. Me llamó la atención porque es también una especie de biografía autorizada de Story Musgrave, uno de los astronautas más emblemáticos de la NASA, sobre todo de los transbordadores. Tres décadas de trabajo en la agencia espacial y seis vuelos espaciales le acreditan, en principio como un tipo interesante (para los que no les suene: es el astronauta completamente calvo que dirigió la dificilísima misión del telescopio espacial Hubble, en 1993, a bordo del Endeavour).
La biografía resulta una pesadísima alabanza constante de Musgrave por parte de la autora: una rendida y fascinada periodista (Anne E. Lenehan), que idolatra al personaje hasta el punto de lograr que el libro resulte artificial e insufrible.
James R. Hansen | First man. ISBN: 0-7432-5631-X
Anne E. Lenehan | Story: the way of water. ISBN: 0 9752286 0 9
ALICIA RIVERA
Uno de los tipos más divertidos y sinceros de la NASA (al menos en público) debe ser Mike Mullane. Desde 1978 hasta 1990 perteneció al cuerpo de astronautas estadounidenses y voló tres veces en los transbordadores espaciales; cuando lo dejó, se convirtió en conferenciante profesional. Nunca he tenido ocasión de escucharle en directo, pero he leído dos libros suyos sobre la gente del espacio y son de los que se devoran de un tirón y encima se lo cuentas por trozos a los amigos en la hora del café. El último es su autobiografía, se titula Riding Rockets y salió en EEUU este verano.
La historia de Mullane es la otra cara de la deslumbrante y glorificada vida de los astronautas que a menudo se pretende dar oficialmente, es como mirar dentro del destacamento de la NASA al margen de los focos, de los escenarios y de las entrevistas organizadas por la oficina de prensa de la agencia y casi siempre mortalmente aburridas.
Riding Rockets habla de lo bicho que es el jefe del destacamento y de las tensiones que provoca en el grupo, del miedo de los hombres y mujeres del espacio, de la competitividad por que le asignen a uno un vuelo espacial, de lo tremendamente peligrosos que son los transbordadores, de la fascinación de estar en órbita, de los bromazos que se hacen los astronautas, de las cervezas que se toman en su garito favorito en Houston o de los choques de los muy machos astronautas de hace 30 años con las primeras mujeres que entraron en el destacamento. El tono irónico en casi cualquier circunstancia y el sincero dolor cuando las cosas se ponen realmente feas, como los accidentes del Challenger y del Columbia, muestran a un Mullane humano e inteligente.
Mullane tiene un sentido del humor y un sentido crítico hacia la NASA muy poco corriente, y su biografía (que, como es normal, arranca en su infancia) se convierte en una visión fresca, divertida, triste cuando hace falta, llena de detalles y anécdotas sobre esos personajes que se ven siempre con el mono azul o el traje espacial blanco y reluciente, pero que debajo, por ejemplo, llevan una especie de preservativo para recoger la orina durante el lanzamiento (la otra opción son unos pañales) y que causa no pocas situaciones embarazosas.
No dudé en comprar el libro de Mullane en cuanto lo vi, recordando con gusto uno anterior suyo. Salió en 1997 y tampoco tiene desperdicio: Do your ears pop in space? An 500 other surprising questions about space travel (¿Hacen pop los oidos en el espacio? Y otras 500 sorprendentes preguntas sobre los viajes espaciales). Son las contestaciones que a lo largo de los años dio en sus charlas a las preguntas más interesantes o más comunes que le hicieron sobre su profesión.
Mike Mullane | Riding Rockets. ISBN: 13 978-0-7432-7682-5
Mike mullane | Do your ears pop in space? ISBN 0-471-15404-0
ALICIA RIVERA
El transbordador espacial Discovery aterriza hoy a las 15.14, (GMT +2), en el Centro Espacial Kennedy, Cabo Cañaveral (Florida), según tiene previsto la NASA.
La NASATV lo transmitirá por Internet. La predicción meterorológica no es todo lo buena que seria deseable, por la probabilidad de chubascos por la mañana en esa zona. En caso de que la cosa se complicase, los responsables del vuelo pueden indicar al Discovery que dé una vuelta más a la Tierra y que intente el descenso, por tanto, aproximadamente una hora y media más tarde. Si fuera imposible el aterrizaje en Florida, el transbordador puede aterrizar en el desierto de Mojave (California) en la base Edwards. En ese caso, luego se coloca en la grupa de un Boeing 747 (Jumbo) especial y se lleva a Cabo Cañaveral.
A bordo del Discovery, tras una misión de 13 días, regresan seis astronautas de los siete que partieron el 4 de julio. Uno de ellos, el alemán Thomas Reiter, de la Agencia Europea del Espacio (ESA) se queda en la ISS para una misión prolongada de seis meses. La ISS está en órbita a casi 400 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre.
ACTUALIZACIÓN: Tal como estaba previsto, el Discovery aterrizó con éxito a la hora prevista y sin complicaciones. Todo felices.
ALICIA RIVERA
Los astronautas del transbordador espacial Discovery Piers Sellers y Michael Fossum están esta tarde trabajando fuera de la Estación Espacial Internacional (ISS) a la que está atracada la nave (en órbita a 395 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre). Han comenzado el paseo espacial a las 14.14, hora peninsular y estarán unas siete horas trabajando fuera.
La tarea en este segundo paseo espacial (actividad extravehicular, o EVA en sus siglas inglesas) de la misión, es sustituir un cable que se cortó inadvertidamente durante un paseo espacial hace unos meses y que es necesario para utilizar una estructura de transporte en la estación útil para hacer montajes en órbita. A Seller y Fossum se les ha encargado también instalar una bomba del sistema de control térmico en el exterior de la ISS.
En la televisión de la NASA se puede seguir en directo (imagen y sonido) el paseo espacial, que están en este momento transmitiendo los astronautas desde el Discovery y las conversaciones entre los dos astronautas que están fuera, las responsables de manejar el brazo robótico de la estación (Lisa Nowak y Stephanie Wilson) que sirve como plataforma de trabajo, y el centro de control. Como la ISS da una vuelta completa a la Tierra cada hora y media (orbitan a unos 28.000 kilómetros por hora), anochece y amanece más de una vez a lo largo del paseo espacial, de manera que a ratos se ve a los astronautas trabajando de noche, pero uno despega la vista del ordenador un rato y cuando vuelve al paseo espacial es de día. La NASA combina su transmisión con esquemas explicativos de lo que sus astronautas están haciendo.Para que los responsables de control de la operación puedan distinguir a los astronautas durante las EVAs, cada uno lleva un distintivo o ausencia de él en su escafandra. En esta ocasión, Sellers lleva rayas rojas y Fossum no lleva distintivo.
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