Archivos de la categoría ‘Crítica libros / cine’

Publicado por Tormento el 9 de noviembre de 2008

No esperéis mucho de mí este domingo. Después de todo lo que se ha escrito sobre Obama estos últimos días ¿a quien le importa la periclitada «era Bush» y su espionaje del mundo mundial, y de  Oriente Medio en particular, que cuenta Red de mentiras?

Ahora todos somos felices. Gracias a Obama, las privaciones que se avecinan en España son menos malas porque se va a reunir con nosotros ¡que ilu! Si hasta mi Zapatero ha conseguido que Sarko le ceda una silla de tijera que le sobraba para sentarse a su ladito en el G-20 (por cierto, sembrados los del The Economist en la descripción de esta gestión de «invítame a tu cumple, jo,jo, jo» tan bochornosamente pública).

En este nuevo mundo de Oz, ¿a quién le importa que la jefa de casting de esta peli sea daltónica y elija a DiCaprio para hacer de espía que se hace pasar por árabe en pleno Oriente Medio con la sola colocación de una barba de barraca? ¿Qué más dará que Russel esté chotuno perdío y que no se le desacople el pinganillo ni para darle a los Kellogs a las 6 de la mañana?, ¿Y a quien le importa que no haya diferencia horaria entre Washington y Riad? Si total hemos venido a comer palomitas, a caer en el tópico del americano que no entiende la cultura de a quien invade y no respeta a sus mayores (a no ser que sea su madre y además ciudadana americana), ni a hablar de una fuera-de-lugar novelita rosa entre Di Caprio y una iraní residente en Ammán.

Para colmo de males, me tocó al lado el perturbao de la peli Sunshine y se pasó toda la santa tarde animando a los torturadores al grito de «dale fuerte» leyendo los cartelicos «Ammán, Jordanía» y llamando tía buena con voz babosa a la novia de Di Caprio.

Luego me lo encontré delante de una tienda de objetos religiosos a la espalda de la Puerta del Sol ¡Cómo se ponen las cabezas con tanta palomita de maíz!

Publicado por Tormento el 2 de noviembre de 2008

Soy un ser perverso: no me gustan los niños ni los perros. Prefiero a los malos que a los tontos militantes, con los que no sólo carezco de paciencia sino de piedad. Siempre me han puesto mucho, pero mucho, los cínicos, raza desaparecida y producida ahora en China en forma de «pedante-inelectualoide-retorno-a-brideshead-del-H&M».

Esta confesión tan inadecuada viene desde la exasperación de aguantar los ladridos histéricos del perro del vecino, que para que él tenga vida social (el vecino, no el perro) los fines de semana los demás nos tenemos que joder. Una apaga la tele para disfrutar de la quietud y de la lectura y comienza la sonatina. Tiene huevos que me tenga que poner un programa basura para calmarme los nervios.

Ya lo advierto antes de que venga alguien a decírmelo: constato de nuevo que estoy muy abuela. A esta entrada le están faltando expresiones tales como «gente de orden» o «casa decente» para parecerse a las peroratas de mi padre cuando vivía Franco. Pero así son los años, que acabas pareciéndote a tu padre y a la gente de orden. Además, si la Reina de todos los españoles, gays incluídos, anda completamente desaforá opinando como la carca ultracatólica que es y por edad le corresponde, ¿qué se puede esperar de una republicana madurita que ya por estas dos razones tiene más que justificado el desafuero?

Así que enganchada al iPod en random (una mezcla de Hendell, bossa nova, Sade y clases de japonés) intento cumplir con el encargo del jefe de ahorraros unas pesetillas mientras a mí se me queda el culo de cartón piedra en el estreno de la semana. Tenía preparado un dos por uno, la obra de Yasmina Reza tan de moda, y la última de Díaz Yanez, pero el jefe me dice que ahorre pa cuando no haya y que os cuente lo bueno que está Pepe Coronado en persona la semana que viene (que sí, que lo sé, que no trabaja en la obra, que estaba entre el público..).

Ya os adelanto que muy mal tiene que estar la cosa para que vaya tres viernes seguidos a ver una peli española: éste ha tocado «Sólo quiero caminar«, que, a pesar del espanto en el que Victoria Abril se ha convertido a base de injertarse de todo en la jeta, de que la Pérez de Ayala siga haciendo de Juana la Loca, y de que Ariadna Gil esté en un estado de inexpresividad exagerado incluso para el personaje que representa, se deja ver y se deja ver con interés. El guión tiene lagunas y la Gil va en camiseta y sin bolso por todas partes, algo absurdo en cualquier mujer por muy absurda que sea: unos pesos pa un café siempre lleva una encima. Pero la cinta se aguanta por el lado mexicano, por los actores masculinos y sus personajes, que son lo que de verdad da hilazón y confiere un cierto interés a esta peli. Y no sigo en este plan que parezco Boyero.

Resumiendo: que se deja ver y que si estais hartos de dialogar con parejas y/o amigos (esfuerzo que no vale para nada, como una amiga mantiene con acierto) ésta es una excusa más que decente para conseguir un poco de soledad en compañía y no tener que hablar. Esto seguro que animará a todos los tíos que conozco a ir, empezando por el jefe.

Advierto: como no se calle el perro, aparte de subir con una sierra eléctrica a hacer de Dexter con él y con su dueño, un día de estos convoco una de quedada de «Estreñidas En Acción» en el Parque del Retiro, al estilo de esas quedadas reivindicativas de teta lactante al aire que están de moda. Si la gente quiere tenerlo todo, perro, vida social, opinión y teta a ver por qué yo no me puedo cagar en todo lo que se menea, al más puro estilo Cuéntame. A ver.

Publicado por Chiqui el 27 de octubre de 2008

Todos lo medios hacen rankings. Todos quieren saber cual es la mejor «película-partido-belleza-empresa» o lo que sea del mundo mundial. Pues bien, ahora es la revista inglesa sobre el mundo del cine Empire la que ha elaborado su particular lista sobre las 500 mejores películas de la historia.

Este hit parade ha sido confeccionado con la opinión de 10.000 lectores, 150 personas de la industria y 50 críticos. Las películas americanas literalmente arrasan. Además, la media de edad de sus lectores no debe ser muy elevada: cuanto más antiguas son las cintas, menos valoradas están.

Así, por ejemplo, choca que en los puestos más bajos de la clasificación (del 500 al 400) junto a películas como «Regreso al futuro II» o «Scream» estén otras como «Ben-Hur» o «Tener y no tener».

Los votantes han elegido como mejor película de la historia «El padrino» de Francis Ford Coppola. Acompañan a Marlon Brando en este podio virtual «En busca del arca perdida» y «El imperio contraataca» (curiosamente «La guerra de las galaxias» ocupa el puesto 22).

Películas míticas para casi todos se pierden en escondidas posiciones: «Psicosis» (45), «Lo que el viento se llevo» (31), «Casablanca» (18)… y en cuanto a producción nacional, sólo he podido encontrar dos de Buñuel: «Un perro andaluz (354) y «Viridiana» en un muy discreto puesto, el 169.

¿Cuál falta?… ¿Cuál sobra?…

Publicado por Tormento el 26 de octubre de 2008

Cuando uno ha pasado la adolescencia viendo yonkis con leggings de licra, ya le puede venir Marc Jacobs a venderle la moto de lo superfashion que es tener pinta de drogata anoréxica, que no  cuela. Hay mucho horror estético por exceso y por defecto en el mundo legging. Por eso, y a pesar de que al crítico de El País (hombre él) le haya parecido Los años desnudos un alegato feminista revenido, a mí, a pesar de encontrarla algunos defectos, me emocionó.

Los directores de «Perdona bonita…» superan la estética Paco Clavel y clavan la época de los 70-80, con casa con piscina en el salón y boites psicodélicas de Esteso y Pajares. Impecables títulos de crédito, estupenda escenografía, nostálgica elección musical y tres actrices, Mar Flores mediante, que hacen tres dignos papeles. Goya Toledo está inmensa en su papel de loca transformada en heavy yonqui con leggings de licra y Candela Peña hace dignamente de ella misma, como siempre. Y para los cotillas y los morbosos (que somos muchos) adelanto que Mar Flores está perfecta en el papel que le han adjudicado. No sé cuánto le ha costado a su millonario marido las clases de interpretación que lleva encima pero, hay que ser justos, si no fuera Mar Flores no habría nada que objetar a su trabajo en esta cinta. Así que no objetemos.

Es una peli de mucho cutrelux, de guiones políticos que siempren exigían despelotarse, de  maricones de cabaré que cocinan como una madre y de una época sin internet en la que se fumaba Lola. En fin, muy Almodovar,  de mujeres, sobre mujeres y para mujeres, llena de nostagia del Bocaccio y de tránsito a los años de movida.

Regreso al pasado hasta en la sala, llena de señores torvos de bigotito de ex-gobernador civil a los que nadie les ha contado que ahora los pajilleros se quedan en casa enganchados al USB.

Tan nostálgica me he puesto que llevo todo el finde enganchá a Daddy Cool de los Boney M ¡con Rafaella Carrá! No me digais que no es supergay.

Publicado por Tormento el 19 de octubre de 2008

Me voy a evitar el espinoso tema de Opus (o casi) y voy a hablar de lo realmente importante de Camino: ¡Sale mi cole! Sale la capilla donde hice mi primera comunión y donde hablé por primera y no última vez a mi público, ese que tanto me ama; salen los bancos al lado del despacho de la directora, donde una vez me esperara un psicólogo para hacer un estudio con la más lista y la más tonta del colegio (ya veo a alguno diciendo que yo era la tonta, ya); sale la cancha de baloncesto donde nunca me pasaban la pelota; salen las gradas del patio de donde nos desalojaba Sor Francisca a golpe de castañuela, que tanto valía para llamar al rosario de los viernes como para arrearnos con ella en la cabeza en caso de insumisión; salen las clases en donde me ponían de pie castigada por rajar con mi compañera de pupitre; y sale la escalera de entrada con la clase en formación de foto, de esas que tengo una por curso con la sola ausencia de las dos monjas-cancerbero a cada lado.

Y yo, que nunca fui feliz en el colegio, me sentí nostálgica en medio de esta película dirigida por un chico de mi generación, llena de referentes propios de los que hemos ido a los mismos colegios y a las mismas consultas de médicos indocumentados del barrio de salamanca, de sillones de cuero con chinchetas y mesas castellanas y de diagnósticos errados.

A la protagonista de la película uno de ellos le cuesta un tratamiento tardío que la lleva a la muerte; a mí un indocumentado similar me tuvo un año con los dolores de cabeza más horripilantes que nadie pueda imaginar por no mirar donde debía con un aparato que cualquiera de su especialidad debía de tener en su consulta en lugar de un Lladró. Supongo que de esa época me viene el odio por tan internacional compañía española.

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Publicado por Tormento el 12 de octubre de 2008

Queridos amigos, en el coñazo del día de mi cabra Curri y de mi Legión, vuelvo a la vida del cine comercial, para acreditar que no hay donde poner los cada vez más escasos euros de mi paga.

A veces, en el cine, pasa como en los toros: que el espectáculo está en el tendido. Pues en Quemar después de leer, lo más entretenido estaba en el regreso de mi Paqui con la voz de Paco Umbral. Apoteósico comentario me hizo en un momento, con su voz grave y al volumen de una sesión de rave,  sobre El niño con el pijama de rayas. Se lo dirigía a su amiga Maruchi pero en realidad era un mensaje a toda la muchachada de entre 70 y la muerte que estaba en la sala. Mi primera reacción fue echarla del cine, como a su amiga Loli a la que, contó, la echaron del Real Cinema por llorar mucho en El Pianista. Pero rápidamente me convencí de que era lo más entretenido que me iba a pasar esa tarde con diferencia.

Así pues, coincidiendo con Boyero, porque ya sólo me mido con los consagraos, este filme es un coñazo rajoniano al que uno va para cumplir. Los Coen, a costa de los ahorros de algún fondo de pensiones de paquis estadounidenses con viserilla rosa, han dado de comer a sus amigos y se han pasado unas risas en el set imaginando una trama tontorrona en la que la CIA hace el ridi por culpa de una panda de frikis, a los que bocetan y sueltan al mundo fílmico para hacer el lerdo sin gracia. Una vez que te dan las grandes líneas de cada personaje, no sabes muy bien porque son vigoréxicos, lelos, borracho ni en que ayuda todo esto a la trama. Sólo me reí en la escena del bricolage de Clooney que, por otra parte, no sabes a que santo viene más allá de hacer el gag.

En fin, todo esto os lo cuento porque soy como la amiga no presente de mi Paqui, como la Mari Cruz, que  está imposibilitada de las piernas, pero el día que le falte el pico ya veremos…

Publicado por Tormento el 5 de octubre de 2008

Como bien pronosticó nuestro crítico anónimo in itinere, a la peli «El caballo de dos piernas» le dieron el premio especial del jurado en el festival de San Sebastián.

No es que me extrañe, el número de gafapastas intensos en esos saraos unido a la retroalimentación de idioteces que se producen en estos caldos de cultivo intelectualoides, lleva a tomar estas decisiones basadas en el famoso principio de «si no entiendo un pijo, es lenta, me aburro y lo dirige un director/a de culto -vaya usted a saber cómo y por qué ha llegado a tener esa consideración- es una obra maestra».

¡Cuánto daño ha hecho Cahiers du Cinema y esa generación de críticos sufrientes! ¡Cuánto intelectual de izquierdas trasnochado ha follado gratis poniéndose misterioso e inaccesible a base de loar obras tan malas como ésta! Un poco más de sentido del humor, pero no de Chiquito de la Calzada (que también) sino del wit inglés no les vendría mal.

En mi reciente viaje a Londres (esto va por el descreido de Santi-Chan) estuve en el reestreno de la obra del nobel Harold Pinter, «No man’s land«. Obra durita (y más con cuatro acentos diferentes) y amarga en la que te ries de lo lindo con el ingenio absoluto de sus diálogos. Esto demuestra que lo bueno no puede ir nunca desalojado de lo inteligentemente ingenioso, y que de intelectualoides venidos a más, que esconden su mediocridad y explotan la nuestra a base de tiburones en formol o lentorrez afgana, habría que mandarlos a galeras.

Mientras espero tener un momento en Chipre (sí, el Tormento’s World Tour continúa la semana que viene en esta isla) para echarme a la cara la tan comercial y alagada Tropic Thunder, cumplo con la misioncilla que tenía pendiente con Los Limoneros, que se presentó en la Sección Zabaltegui de San Sebastián y cuyo estreno este viernes ha tenido agarrotá perdía a esta crítica inconveniente desde hace más de tres semanas.

A que engañarnos, Los Limoneros es una película pequeña, con una gran actriz al frente, Hiam Abbass, que es quien transmite solidez y dignidad a la película, por momentos llena de humor surrealista: ese guardían israelí que oye cintas para pasar vaya-usted-a-saber qué examen con indicaciones como las del título de esta entrada; ese tarugo de marido muerto que escruta el más acá desde una foto colgada en el saloncito de la casa de la protagonista; esa delegación nórdica de apoyo al limonar y su dueña, con la bandera española al fondo.

A pesar de estos momentos, que por supuesto no justifican una película, la película defiende dignamente una historia basada en muchos estereotipos clásicos, lineal y con moraleja, como hay que hacer las películas de toda la vida si no eres Bergman. La película habla de solidaridad entre mujeres de distinta religión y procedencia; de la victoria agridulce de David sobre Goliat, representados aquí por el Ministro de Defensa isralí que pretende cargarse el limonar centenario de una viuda palestina, Salma, sólo porque ha colocado su nuevo chalete (bastante de piojo puesto en limpio, por cierto) colindante con ese vergonzoso muro con el que pretenden arrinconar a los palestinos; de amores imposible entre mujer madura y jovenzuelo; y de  orgullo gandhiano ante una vida de las de no tirar cohetes.

Si no sales amando al estado de Israel, es cierto que al menos tiene tribunales. Bastante peores aparecen esos hombres palestinos que van a advertirle a Salma que ojito con faltar la memoria de su marido, el unicejo. Uno acaba temiendo que sean éstos y no los israelies con sus órdenes por escrito los que le prendan fuego al limonar.

Un mundo en el que todos pierden, aunque unos más que otros.

Publicado por Tormento el 21 de septiembre de 2008

Sé que me salto el compromiso adquirido con Raza Becaria, que espero que no me mantee, pero observo con preocupación los efectos colaterales que nuestro silencio genera en devotos bloggers que, eso sí, están acreditados en el Festival fetén de San Sebastián y no en el periférico, como nosotras. Leo, pues, con remordimientos múltiples como el pobre Jordi Minguell, quien se sienta en la inauguración al lado de la directora del bodrío «El caballo de dos piernas«, se manifiesta emocionado ante la posibilidad de ver esta infumable película.

Si me atrevo a transgredir el voto de silencio es porque compruebo que la película ya se ha proyectado en el Festival y que Boyero se ha pronunciado sobre ella, y me he dicho, ¿Si Boyero puede, por qué no yo? .

Si amiguitos, la  directora Samira Makhmalbaf, hermana de la autora de otro tostón archipremiado para intensos llamado «Buda explotó por vergüenza«, fue la que reafirmó en mí la burricie el viernes pasado, la que me recordó que volver al «mundo popcorn» era la única opción digna cuando a un director/a se le va la cabeza y decide torturar al mundo con la «poesía de su cine».

En cuanto a la cinta, me da igual que la directora sea hija de Mohsen Makhmalbaf, icono del cine iraní y director de Kandahar; me da igual que sea hermana de Hana Makhmalbaf, la del buda explotado; me da igual que el guión lo firme el archifamoso padre y que a la directora el represor gobierno de Irán le prohibiera rodar la cinta y se la tuviera que llevar a Afganistán. Me da igual. Nada más empezar la película supe, presentí, sentí, que era absoutamente fatua, intelectualoide, flatulenta e innecesaria. Sólo con leer la nota de prensa uno se da cuenta de a qué genero de impostura nos enfrentamos:

«La directora desgrana un violento y amargo relato centrado en la relación entre un joven campesino y un niño al que una mina le voló las piernas. El primero encuentra trabajo transportando al segundo, hecho que sirve a Makhmalbaf como metáfora de «la metamorfosis del ser humano en animal en una sociedad construida a partir del abuso y el consumo, donde impera la darwiniana ley del más fuerte.»

Aunque Boyero coincide con que la película es un tostón, le da 20 minutos de gracia y le perdona la vida, al usar un tono menos radical. Me temo que los críticos que salieron echando pestes del cine como nosotras evitarán mi tono descarnado y descarado, y se irán por los cerros de Úbeda para evitar que les den de baja en la lista de críticos a invitar.

Por eso, imagino, los bloggers somos la peste de las agencias de comunicación, una panda de indocumentados incontrolados que dicen lo que piensan sin miedo a las consecuencias. Así que, con grave riesgo de excomunión y de no ser nunca jamás invitada a un estreno, me solidarizo con el gobierno iraní en su más que acertada decisión de no permitir estos 96 minutos eternos de tortura inane.

Por cierto, mantengo el pacto con respecto a la otra película «Los limoneros» una más que digna cinta con momentos memorables, a la que le daremos un sitio en este pequeño mundo el 3 de octubre.

Publicado por Tormento el 14 de septiembre de 2008

Tras el episodio I, que era ya para que me mandaran a casa a descansar, me llama el jefe para saber que había de lo suyo. Le digo, «pues podrías preguntar que tal estoy, porque Ana, un encanto, pero lo de la tarde, de pedir un aumento». «Bueno, del aumento ya hablaremos, que hay mucha crisis -¡coño con la crisis! pensé- pero rapidito a la redacción que te tienes que hacer la crítica de éso que me dices que has visto». «Pero ¿tú me escuchas cuando te hablo? ¡que no puedo contar nada hasta el 3 de octubre!». «3 de octubreeeee…., ya te estás metiendo en un cine a ver un estreno, que hay que hacer la crítica del domingo».

Lo que viene después, pues me lo ahorro. Y casi que me ahorraría también hacer la critica de Wanted si habéis visto Guardianes del Día, ya que comparten director y buena parte de su estética alcohólico-lisérgica. Como desde el viernes estoy en plan «Pollyanna, Wanted me ha parecido una película que da menos vergüencita que Gaurdianes … y que entretiene bastante más: no hay lesbianas ucranianas (lo siento chicos), aunque la Jolie sale desnuda toda tatuada (no sé si son los suyos o son prestados); tiene un guión normalito y previsible al que se sujeta sin muchas incongruencias, lo que se agradece si has sufrido el de Guardianes; sale Morgan Freeman que, por muy mal que lo haga, siempre está sobrio y decente; y la estética del telar binario es del mejor cine, a lo Ju Dou pero en blanco nuclear. El principio recuerda al Club de la Lucha, con sus mesas de Ikea y su canesú, aunque Wanted está muy lejos de ser tan buena.

El director sigue enganchado al vodka y a sus pasillos telescópicos, sus coches que se montan en sitios inverosímiles, sus camaras lentas y sus hermandades milenarias con misión.

En circunstancias normales os diría que la peli es de 7 en Popcorn, que no está mal. Bajo el influjo «two-legs» sólo puedo decir ¡viva la madre que los parió!

Publicado por Tormento el 14 de septiembre de 2008

Ana, a.k.a. Raza Becaria, la única persona que no reside en un geriátrico a la que le gusta Imperio Argentina, se apiada de esta pobre gacetillera comprometida hasta el tuétano con el «mundo canapé» pero sin medio oficial que la ampare, y me invita al pase de prensa previo a San Sebastián de una distribuidora de «todo en  pakistaní».

Dos películas, dos, nos tragamos el viernes como una jabatas, mientras curtidos críticos se desnucaban en el asiento, entraban en fase REM, o consultaban el móvil con la esperanza de que una catástrofe nuclear les permitiera huir sin quedar mal con la amable jefe de prensa que les había invitado.

Nos hemos comprometido a no revelar nada hasta el 3 de octubre que es el estreno, aunque me temo que el 18 de septiembre serán los periodistas pata negra que estén en San Sebastián los que os lo cuenten con entrevista a actores y directores incluidas.

Nosotras nos tragamos a palo seco, y yo con un rugido de estómago avergonzante, las dos películas (mañana y tarde)  y os puedo adelantar que una de ellas ha sido, sin duda, una de mis peores experiencias cinematográficas. El viernes fue un antes y un después de la crítica de cine en Chiquiworld. Ya nunca más diré que una película es un coñazo, ya que esta palabra, como pasada por el acelerador de partículas que es esta película innombrable, gana una nueva dimensión que te adentra en la angustia existencial y el cabreo sobrehumano.

A la salida era tal el general estupor que se hizo un cineforum in itinere en el que unas comentaban «cómo se atreven a proyectar esto» y otros, mientras trotaban calle abajo nos contestaban «y, encima, le darán algo».

Por eso, amiguitos, desconfiad de los premios de los festivales como hago yo desde hace tiempo, ese tiempo en el que me harté de ser intensa y dejé las salas de versión original en las que te abroncan por sacar unas juanolas. Sólo me daban disgustos. Os confieso que, gracias a esta película secreta, soy una crítica nueva: pido perdón a todos a los que dañé diciendo que El Caballero Oscuro era una mierda ¡pedazo de obra maestra, hombre-por-dios!

NB: Gracias a esta cinta, junto con el índice Popcorn, se incorporará a las críticas el «Two-Legs» que indicará cuanto por encima del coñazo absoluto está la película en cuestión, ya que no preveo que ninguna pueda estar por debajo, es decir, ser más insoportable. Este índice es por gentileza de Raza Becaria, en una creación espontánea en medio del desahogo Gran Vía arriba.

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