Archivos de la categoría ‘Crítica libros / cine’

Publicado por Tormento el 10 de febrero de 2008

No es país para viejosAndo desganada y desgarbada, dubitativa y medio lela, vamos, en mi estado natural cuando recibo una llamada de mi madre:

– Hija, ¡no se nada de ti!
– Ya mami, es que ando muy liada ¿qué habeis visto en el cine?
– Un tostón, hija, esa que sale Jerry Lewis
– ¿Jerry Lewis?
– ¿He dicho Jerry Lewis? hay como estoy de despistada, no, hemos visto la de Tommy…

Antes de que me dijera Hilfiger la he cortado
– Sí, Tommy Lee Jones, la del valle ese
– No hija, la del Bardem con un pelucón como el príncipe de Beckelar, dura menos de dos horas y creí que no se acababa nunca. Una señora de mi lado que llevaba a un marido, por cierto, bastante perjudicado -es aquí cuando me imagino al marido como hinchable y con un asa en la cabeza- se ha levantado y se ha ido. Y tu padre, venga a refunfuñar, que si le picaba el culo, que como fueras tú quien había recomendado la pelicula te ibas a enterar y, claro, nos han mandado callar.
– Claro, madre, es que no se puede estar en el cine como en el salón de tu casa.
– Es lo que le he dicho a tu padre a la salida, que no hay manera con él.
– Pero y la peli, ¿qué tal?
– Pues como te decía, un tostón, un tostón… que ya no se puede ir al cine ni a ninguna parte. Bardem es un asesino porque le da la gana y se queda tan pancho, y entra en una tienda y se carga al tendero porque le sale cruz. Y así toda la película.
– Es un simbolismo de la gratuidad de la violencia, una crítica de la sociedad americana…
– Pero ¿tú la has visto?
– Pues no, pero…
– Pues no sean tan redicha y cuando la veas ya me dirás si tengo razón, que siempre has sido muy redicha, que todavía me acuerdo de cuando volviste de vivir en Nueva York y me preguntaste señalando una escoba que como se llamaba eso en español.
– Vale mamá, que no os ha gustado, vaya.

Pensaba encalomaros otro llanto por la oportunidad perdida a cuento de Expiación, pero es que no daba más que para una frase: ya no veo más pelis de ingleses con casa grande si no las dirige James Ivory. A falta de tiempo de ver nada más y de una crítica propia de No es país para viejos, mi madre me ha cedido la suya y de paso ha aprovechado para llamarme redicha y mala hija.

Si es que madre no hay más que una y la mía es mucha una.

Publicado por Tormento el 3 de febrero de 2008

MonstruosoEntre los gritos y aspavientos de la loca que me tocó detrás, salida directamente del público del programa de Ana Rosa ¡esa gran escritora!, me zampé los diez minutos de los títulos de crédito de «Monstruoso«. Con musica de alaridos tipo Mars Attack nos cuentan cuantísima gente hace falta para hacer un film de escasos 75 minutos pretendidamente espontáneo y subjetivo sobre un ataque indeterminado contra Nueva York.

Después de ver esta peli quiero haceros llegar mi preocupación: vivimos de milagro y nuestros políticos no se quieren enterar de que en cualquier momento resucita Kublai Khan y nos pasa a cuchillo a todos. Por eso, y a la vista de que las autoridades se dejan mi paxta en eventos cursis y chuflainadas verbeneras en lugar de darnos un curso de cómo sobrevivir a todo tipo de tragedias, desde tsunamis hasta monstruos marinos pasando por hundimientos y roturas de uña, he pensado que los siguientes consejos pueden cambiar vuestras vidas:

1. Si Abrams y Balagueró usan la cámara casera subjetiva de grabá-y-colgá-en-el-«yutube» para hacer una peli, es que esto de andar dando la matraca con la camarita exaltando lo imbécil debe de estar ya superado. Esto es para mi motivo de alegría y satisfacción. 

2. Por muy estupenda que estés y por muy bien que te siente la minifalda, no te libras de que se te caiga encima la cabeza de la estatua de la libertad. Así que dale al bollo industrial de chocolate que en cualquier momento te ponen la Cibeles de peineta.

3. No te creas el rey del universo porque te hayan nombrado Vicepresidente de algo y te manden al Japón. Tu calle se puede convertir de golpe en un barrio de Beirut ¡Quítate la tontería!

4. Si oyes pisadas de retumbarte la ingle, no te subas a la azotea. Deja el cotilleo para un día que no tengas que salvar la vida.

5. ¡Qué bonito es el amor y qué peligroso es vivir en una gran urbe! Para sobrevivir a cualquiera de los doscientos apocalipsis reales o inventados que vemos por semana propongo «Bollullos de la Mitación-Ciudad de Vacaciones».

6. Si ves que el ejército pierde y sale echando virutas ¡huye! Seguro que te quedan 10 segundos para que te rocien con napalm.

En fin, milenarismo gotzillero breve y entretenido. Un 7 en la escala popcorn.

Publicado por Tormento el 29 de enero de 2008

Una novela de barrioSi todas las grandes ciudades tienen su lumpen, en Barcelona el señor botiguer de bigote repeinado y puta de siempre conviven con el diseño y la modernidad glamourosa. O así al menos lo retrata Francisco González Ledesma en «Una novela de barrio«, novela noire que mantiene la atención y el interés a pesar de saber desde el principio quien es el asesino.

Los quasi-monólogos del policía Méndez con el dueño del Bar La Adelantada, regados con un licor ecológico capaz de desmontar el motor de un cuatro por cuatro, resumen de manera descarnada pero atinada la cantidad de tontería de esta sociedad nuestra, llena a partes iguales de ignorancia y horterez. Y que decir de las reuniones del delincuente Erasmus con el abogado Escolano, al que ya no le llega ni para estar al día con la cuota del Colegio de Abogados. Filosofía de la buena sobre la economía aplicada a la técnica delictiva.

Para mi ha sido uno de los antídotos menos caros de estas pasadas fiestas navideñas tan entrañables.

Publicado por Tormento el 27 de enero de 2008

4 meses, tres semanas y dos díasEstoy en pleno debate interno, como si fuera un partido político unipersonal. Me pregunto si es bueno leer sobre las películas antes de ir a verlas. Hay un sector intectualizante que mantiene que la información ayuda a disfrutar más de la obra, a entenderla en sus matices; el sector unicejo manifiesta que tanta información se carga la sorpresa, la emoción nueva que la pelicula puede transmitirte, que no vale nada más que para ponerse intenso y justificar un coñazo de película en lugar de levantarse y pirarse. Como véis se trata de dos sectores irreconciliables.

Sólo debido a sendos y excelentes artículos de Guillermo Altares sobre Cuatro meses… y la situación de las mujeres rumanas que abortaban durante la dictadura de Ceausescu, me decidí a ir a ver una película que, a priori, tenía una pinta de coñazo de mucho cuidado. Rumana, de la dictadura, palma de oro en Cannes.. uy, uy, uyyyyy, yo ya no tengo edad para estas cosas. Pero había tenido hace poco un momento «La Clave» con amigos rumanos y me picaba la curiosidad.

Con todo este bagaje me planté en el cine, evité la tentación palomitil (el licuado requiere que parte de mi atención se dedique al proceso y quería todos mis sentidos alerta) y me senté dispuesta a tener la mejor opinión posible de la cinta. Mi sector gafapasta se pasó la película entera identificando los elementos que había procesado en la etapa pre-peli, disfrutando de su precisión, como si de un reloj lo más importante fuera su maquinaria y no que diese la hora. Mi otro sector, el boina a rosca, se preguntaba si esos silencios, esa cámara fija en la cena familiar, ese trotar por la noche en busca de donde tirar el feto que no se acababa nunca, serían soportables sin la tesis doctoral que me había encalomado antes de entrar. Vamos, que si me habría tragado ese tostón de primeras dadas. La conclusión es que no lo sé.

Cuatro meses … es una película menor en la historia del cine, aunque sea importante en la historia reciente de Rumanía. No le quito esa virtud, ni la calidad de los detalles, ni la valentía del tema, aunque, para ser sinceros, a partir de la cena en familia es un pestiño insufrible.

(más…)

Publicado por Tormento el 20 de enero de 2008

En el valle de ElahUn ataque salvaje a las rebajas y un viaje a tierras extranjeras, me mantuvieron una semana alejada del estreno de cartelera de rigor (mortis). Así que este viernes puse la güija encima del periódico en busca de la película de mi vida según cualquiera de los gabinetes de prensa de las productoras cinematográficas. Tenía pendiente una de muchos amores, que me empeño en llamar Redención (es que lo confundo con «Expiación«, será la influencia del momento Rouco y mis años de catecismo Ripalda); una de Alex de la Iglesia, sobre matemáticas, crímenes y Frodos, que no contaba como favorita, porque desde Perdita Durango yo al de la Iglesia le tengo muy poca confianza; y una que se anuncia intensa sobre la guerra de Irak, pero menos, porque, al parecer, tiene estructura de falso thriller. Pues vale, ésta, aunque a mí la que me apetece es la de los amores, pero bueno, la actualidad manda.

Y entro en el cine acabado el «apaguen sus teléfonos móviles» y me siento al lado, ¡mala suerte!, del friki hiperactivo, también conocido por «the drummer«, ese que te pone de los nervios porque no hay elemento que no toquetée ritmicamente ni falange de la mano que no se descoyunte.

Aprovechando que un loco de la fila de delante se cambia a golpe de refunfuño, huyo. Y comienza la película. Podría decir que Boyero la ha visto tres veces emocionado, que la ponen por las nubes, que Tommy Lee Jones, aparte de arrugado, hace el mejor papel de su carrera, que Charlize Theron está fea… podría, pero para eso ya tenéis los medios de comunicación serios y no a una payasa como yo.

Esta Charlie Rivel que lo es, encontró que donde los demás hablan de prodigiosa contención hay impavidez y sosería; donde afilada crítica de la guerra de Irak, más de lo mismo, de los americanos sin más perspectiva que su ombligo haciendo reflexiones de intelectual de San Francisco (o sea, lo peor); donde una tía fea, un cañón de señora que puede salir con una coleta y sin pintar y ser un bellezón (¡¡ya quisiera yo!!).

En el valle de Elah es una película inhóspita como lo es EE. UU. en su mayor parte, como es la vida de sus habitantes,  como es la capacidad creativa de su director. Cualquiera que haya visto Apocalipsis Now, o cualquiera de las estupendas pelis de la guerra de Vietnam y sus secuelas, sabe que la guerra es caca, que la gente vuelve como una chota de ella y que hay gente que es cruel de manera banal. Unos actúan como funcionarios aplicados, y otros excusan su sadismo por lo duro que es Irak. Crítica simplona de la guerra para autoconsumo antibelicista estadounidense, a los que los irakies simplemente se la sudan.

La cursilada final de la bandera, para disparar al pianista.

Publicado por Tormento el 13 de enero de 2008

REC / Promesas del esteYa sabéis que los puentes y fiestas varias me hacen activar el modo cocooning: me entra el síndrome de Stendhal pero al revés (el del «horror estético») y no piso la calle a no ser que se incendie mi casa. Pero no me tengáis pena, el resto de la semana le doy al zancajo que es un gusto.

En estos momentos de recogimiento, además de trabajar que es uno de mis vicios, quemo la biblioteca de lecturas inacabadas y le doy al «dividí» de pelis que me quitaron antes de que pudiera ir a ver o que ponen en cines cultos en los que no me dejan rumiar palomitas. Digresión: ya sé que tener alguien al lado dándole al crunch-crunch y al requetesorbo de la cola light es un coñazo, pero es que yo tengo una técnica depurada de reducción de la palomita sin ruido y sin revolver en la caja que hace las delicias de mis compañeros de fila.

A lo que iba. Es estos días navideños me he visto en el megaplasma de Chiqui dos pelis, una por la que no daba un boniato, [REC], y la otra por la que tenía sentimientos encontrados, Promesas del Este. No en vano esta última es de David Cronenberg, capaz de hacer gran cine y estruendosos tostones casi a partes iguales.

Si uno no tiene vértigo periférico y aguanta estoicamente las películas Dogma, [REC] es una peli de miedo de las de acojonar. Es un poco pesadito que últimamente en este género haya que tirar de los zombies rabiosos, pero el estilo cámara en mano no profesional -que puede cargar a muchos- hace que te olvides de este mal menor y que te concentres en pasar angustia claustrofóbica de la buena. Me retracto pues de lo dicho: mejor me hubiera ido entrando a ver [REC] que no los dibujines de Beowulf.

Hay que ver Promesas del Este aunque sólo sea para ver el cuerpo tatuado y pelín ajado del mejor Vigo Mortensen de todos los tiempos. Está inmenso en el papel de gangster ruso del modelo contenido, del tipo trapense que es el más peligroso. La historia pone en relación dos realidades paralelas que están llamadas a no encontrarse jamás y que se ven mezcladas por eventos menores que acaban siendo los trascendentes. Esta sí que es una película buena, buena de gángsters sin pasteladas ni trucos. No os la perdáis.

Bueno, pues me voy que no llego a las segundas rebajas.

Publicado por Tormento el 10 de enero de 2008

La búsqueda / OnceAndo atacá y azacaná en este cierre de trimestre, como si me fuera la vida en arrasar con todo lo que me queda en las taquillas, sea bueno o sea un completo hueso de San Expedito. Y hay más de lo segundo que de lo primero.

Me enchufo en vena «La Búsqueda. El diario secreto«, a sabiendas de que nada puede salir de Nicolas Cage cada vez más transmutado en muñeca de Famosa, de las que en vez de ir al portal van en busca de una ciudad perdida (cualquiera, la que más rabia le dé al guionista), llena de tesoros y que encima les quede cerquita a la altura de un parque nacional cualquiera. Tengo pendiente, por cierto, contaros mis pésimas impresiones sobre uno de ellos. Pero me voy de tema, cual abuelilla cebolleta en la que me estoy convirtiendo últimamente.

La película, sin más pretensiones que estafarte con el combo de palomitas a la entrada, se dejaría ver si no fuera porque la cara de latex y el histrionismo de Cage no me deja concentrarme en la trama, que por otro lado se sigue con la neurona sobrante del Espárrago Rock. Mejora la cinta cuando sale Helen Mirren, haciendo de madre de la Nancy. Me pregunto si este fue el rodaje por el que plantó a la reina de Inglaterra. Yo, en su lugar, me hubiera aburrido con la tia Lilybeth y sus perros.

Como me sentía culpable de tanta palomita, me hice una película recomendada e independiente. Me metí a ver Once. Lo digo desde ya: estoy harta del cineasta sin un duro que se hace la película con su amigo cantautor tirando de CinExin. El cine también lo hacen los técnicos y directores de luz, sonido y arte, gracias a los que es posible salir de la sala sin quedarte bizco, ni con un zumbido de oidos propio de la práctica de apnea profesional.

También quiero decirle al mundo que hay una gran diferencia entre un final abierto y no saber como acabar una película. Consejo que doy a John Carney: si no sabes como terminar una película, haz un documental. Lo mejor: la musica y la Irglová, la inmigrante del este, cuya mirada y manera de ser y estar es lo mejor de la película. Lo peor: la música, que no para y es siempre la misma, y el prota cantautor Hansard (¿no era así como llamaba Bush a Aznar?) que es un plaxta al que con sólo imaginártelo sin barba le pierdes el respeto.

Uf, que agobio…

Publicado por Tormento el 6 de enero de 2008

American GangsterRussell Crowe está como un cochinillo segoviano, gordo, sucio y espeso. Denzel Washington saca a pasear al racista anti-blancos que lleva dentro en plan dandy, a base de traje a la medida, penthouse en la Quinta Avenida, esposa ex-miss y madre orgullosa de lo que ha progresado su chico. Mientras, Ridley Scott se cree Scorsese.

American Gangster es una película bien hecha, entretenida, ilustrativa pero está lejos de ser el peliculón que las agencias de publicidad intentan colocarnos. Nos cuenta la historia de un mafioso negro que en los años 70, a base de ropa cara y beneficencia siciliana, logró hacer que todo un barrio y parte del extranjero se convirtiera en Yonkylandia.

Muchas generaciones están en deuda con él por este bonito legado.

Lo que sorprende de esta película, a diferencia de otras como la fantástica «Uno de los nuestros«, es ese mensaje «denzelniano» que coloca a Frank Lucas en la cúspide la pirámide evolutiva de la población negra (perdón, afroamericana) por la vía de importar heroína directamente desde Vietnam . Esto obliga a batirse en retirada a los blancos supermalos que llevaban hasta entonces el cotarro, a saber, policía corrupta de Nueva York y franceses atildados con casa en el campo y tiro al plato.

Se echa de menos la ironía de los Los Soprano o de los «padrinos» de Copola, en la que nos queda claro que los protagonistas no dejan de ser unos hijos de la gran…. En esta película se nos vende el orgullo de ser el primer gangster negro en batir a los blancos sin enseñar la goma del calzoncillo ni ponerse toda la piñata de oro malo.

Tan bueno es Frank Lucas, tanto glamour tiene, que el poli judío guarrete pero honrao que lo mete en prisión, Richie Roberts-Russel Crowe, lo acaba defendiendo. Moraleja: es mejor un traficante de drogas con abrigo de chinchilla que un policía corrupto con los gustos de Starsky y Hutch.

Ranking de palomitas: 7

Publicado por Tormento el 4 de enero de 2008

Deseo, peligroShanghai, 1942. La ciudad está ocupada por los japoneses. Un grupo de mujeres de la alta sociedad china, de la que colabora con los invasores, juegan al Mahjong. Hablan de brillantes grandes como guisantes, de inmigrantes rusas que se arrastran por las calles de la ciudad recogiendo colillas, de que ya no se encuentran medias ni de contrabando. Y aparece Tony Leung, en el papel de un ministro del gobierno títere de los invasores japoneses, feo pero magnético, que queda con su querida con la mirada mientras habla con su mujer de cosas triviales. Las dos están sentadas a la misma mesa.

Y ahí, en esa escena magistral en su sencillez, me enganché a las dos horas y media de metraje de Deseo, peligro que se pasan sin sentir. Bueno, para que no se diga que pierdo la perspectiva, hay un momento a mitad de la película en que la acción decae y que uno piensa «vaya, ya hemos perdido el ritmo», pero se recupera y remonta. Hago esta advertencia para aquellos a los que las peliculas de orientales les dan picor de culo, aunque tenga una doble trama política y de sexo explícito.

Para los que somos asia-mitómanos es la pelicula indicada, en la que disfrutamos de cada detalle, del vestuario, de las tazas de té, de la recreación del barrio japonés de Shanghai del que nada queda, de los cafés regentados por rusos y las joyerías por árabes. De los hombres que cogían el pitillo mientras bajaban la mirada para verte mejor y de las mujeres flotantes que conseguían mantener rectas las costuras de las medias sin dejar de andar airosas. Y eso a pesar de que la protagonista, Tang Wei, finalista de Miss Universo, tiene cara de pan candeal y le queda mucho para tener el atractivo de la magnética Maggie Cheung de «Deseando amar» de Wong Kar-Wai.

Película, pues, más que recomendable aunque los japoneses queden malamente. A mí me ha salvado el último semestre cinematografico del año, que para el resto me he tenido que alimentar con «Zodiac«, «Election 2«, «La vida de los otros» y poquito más ¿Qué me está pasando?

Publicado por Tormento el 26 de diciembre de 2007

Soy leyendaUna película no debería basar su éxito en la capacidad de sus productores para cerrar calles de Manhattan al tráfico o pagar a unos chicos para que diseñen vampiros-zombies practicantes parcour. Una película puede ser profunda, liviana, con ritmo lento, rápido o medio pensionista, pero debería, al menos, tener la capacidad de mantener tu atención el tiempo de su metraje.

Decir de Soy leyenda que lo mejor de la peli es Emma Thomson que sale de refilón al principio (si vas pillado de tiempo por la cola de las palomitas ni la ves), no deja al Principe de Bel-Air en muy buen lugar. Sobre todo porque es el prota absoluto, junto con un pastor alemán y los vampi-zombies digitales.  

Si es que es una penita. Entro en el cine y vivo un día de la marmota permanente, siempre viendo la misma película: que si para vestir a un santo infectamos a toda la humanidad; que si los infectados se convierten en zombies rabiosos comedores de carne humana (ummm… a que me suena esto); que si cerramos una ciudad y la dejamos vacía para que se vea que tenemos muchos medios (ummm… ¿a qué peli con zobies rabiosos y caníbales me recuerda esto?. ¡Amenábar, cuanto daño hiciste cerrando la Gran Vía en Abre los ojos); que si gracias a Dios y a sus enviados nos salvamos, panda de descreidos que se os deja el Quimicefa y hay que ver la que montáis.

Por si la falta de originalidad de esta adaptación no fuera de por si suficiente, encima la película tiene pretensiones: para demostrarnos lo triste que es estar solo en el mundo el director nos aburre hasta la extenuación.

Pobres niños los de hoy en día que les enchufan estos bodrios apocalípticos en Navidad. Nosotros al menos nos aburríamos con «La familia y uno más» y «Qué bello es vivir» ¡Vaya diferencia!.

 

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