Archivos de la categoría ‘Café con…’
Publicado por Chiqui el 6 de junio de 2006
FERNANDO GARCÍA MONGAY es periodista, escribe en Ciberpaís y Quo y dirige el Congreso Nacional de Periodismo Digital que se celebra en Huesca desde el año 2000.
Periodismo de lapicero
Internet, los ordenadores portátiles, las PDA, las cámaras fotográficas digitales, los teléfonos móviles y los teléfonos satélite son algunas de las herramientas que más han cambiado el trabajo de los periodistas en los últimos años. Hoy, un periodista con un equipo, que se puede comprar por alrededor de 3.000 euros y pesa menos de 3 kilogramos, puede enviar sus crónicas, fotografías y vídeos desde cualquier punto del planeta a su redacción en unos pocos minutos.
El maestro Kapuscinski, ha declarado sin ambages su aversión a móviles e Internet. El periodista polaco se queja de la falta de libertad de los corresponsales para trabajar con la llegada de Internet y los teléfonos móviles. “El desarrollo de las técnicas de comunicación –sobre todo la telefonía móvil y el correo electrónico- cambiaron radicalmente las relaciones entre los trabajadores de los medios y sus jefes. Antes el corresponsal de un diario, de una agencia de prensa o de una emisora disponía de una gran libertad y podía desarrollar su iniciativa personal: él buscaba la información, la seleccionaba y la elaboraba. Actualmente, y cada vez en mayor proporción, esos enviados se han convertido en simples peones, cuyos jefes mueven a través del mundo desde una central que puede estar en el otro extremo del planeta», explica en el libro Los cinco sentidos del periodista.
La tecnología ha hecho que el planeta sea más pequeño. O, al menos, que todo parezca que está más cerca. Pero lo cierto es que aún hay límites que pueden pasar inadvertidos para quienes disfrutamos de las comodidades urbanas. Por ejemplo, para trabajar en el Polo Norte, el periodista del New York Times Andrew C. Revkin recomienda emplear warmers, unos calentadores de manos y pies cuyo efecto dura unas pocas horas, para evitar la congelación de baterías de cámaras de fotos y ordenadores. En la bolsa del periodista que trabaja en el Polo tampoco debe faltar la cinta aislante, que será de gran utilidad para arreglar los desperfectos eléctricos y, de paso, servirá para sujetar los warmers a la parte posterior de la cámara de fotos o al botón de encendido del portátil.
Decía Josep Pla que «el periodismo en el mundo siempre se ha hecho con lápiz». Si se trata de trabajar bajo cero, la herramienta de escritura, que tanto valoraba Pla, sigue siendo muy útil. Revkin recomienda llevarlos al Polo Norte porque no hay que olvidar que si se practica el periodismo a 15 grados bajo cero, la tinta se congela y sólo funcionan los elementales lapiceros.
Publicado por Chiqui el 3 de junio de 2006

DAVID READMAN es periodista. Ha trabajado en medios como Cinco días y Antena 3, entre otros. En la actualidad, dirige la agencia de comunicación DoctorPress. Y en sus ratos libres, escribe en su blog +Música.
Televisión a la carta
El fenómeno YouTube es sólo una muestra más de lo que permite Internet en la actualidad. Es la televisión a la carta hecha realidad.
Ya no son suficientes los veintitantos canales que promete la TDT, la televisión digital terrestre. Se acabó esperar a que llegue el día o la hora de nuestra serie favorita. Adiós a los cada vez más odiosos, por frecuentes y largos, cortes publicitarios. Los aficionados a las series estadounidenses más actuales (Perdidos, 24, Mujeres desesperadas o Friends, por poner algunos ejemplos) pueden ver los nuevos capítulos el día y a la hora deseada. Y sin anuncios. Incluso en versión original y hasta con subtítulos.
Basta con usar eMule o Torrent, dos de los programas de descargas de archivos más populares. Allí podemos encontrar temporadas completas de cualquiera de estas series o de otras deseadas. La afición colectiva ha llegado a tal punto que al día siguiente de emitirse un episodio en EE.UU. podemos encontrarlo en estas redes. Y perfectamente grabados en formato de alta definición. Para verlos incluso mejor que en la tele convencional española. Y si el idioma es un problema, a las 24 horas también hay quien dedica su tiempo y generosidad para publicar los subtítulos en español de cada nuevo episodio.
De esta forma, no hace falta esperar a que el canal de turno, ya sea la Fox o TVE, decida emitir los episodios de nuestra serie favorita.
Qué importan los compromisos televisivos de estas cadenas, sus problemas de agenda o sus cambios habituales de horarios. Con este formato, el espectador es quien decide el día y la hora de emisión.
Sin duda, una revolución que tendrá prontas consecuencias. Porque si el panorama es así ahora, ¿qué nos deparará cuando la banda ancha sea ancha de verdad y esté en la mayoría de los hogares?
Publicado por Chiqui el 8 de mayo de 2006

TOÑO FRAGUAS es redactor de 20minutos elpais.com y el autor de la bitácora La Fragua

La llegada del ‘newshunter’
La Red contiene noticias, es noticia y genera noticias.
1. Contiene noticias porque se vuelcan ediciones impresas de periódicos, porque hay radios, televisiones y diarios digitales.
2. Es noticia. Las informaciones sobre anchos de banda, tipos de conexión, control y propiedad de contenidos y dominios, por ejemplo, cada vez interesan a más y afectan en la vida cotidiana de mayor número de personas. Las noticias sobre Internet aparecen constantemente en otros medios de comunicación.
3. Genera noticias porque, al igual que ocurre fuera de la Red, en Internet interactúan individuos, empresas, países.
La figura del ‘newshunter’
En el mundo virtual de Internet hay elementos clásicos del periodismo: fuentes, confidentes, documentos, herramientas de verificación…
Los medios digitales, al ser parte de Internet, contienen noticias, son noticia y generan noticias. Tienen muchas características propias (o mejor: carecen de las características tradicionales de otros medios).
Los medios digitales deben prestar una atención especial a las noticias que genera Internet (como las de los ejemplos de Google y Kelifinder). Es en ese tipo de informaciones donde deben ejercitar sus reflejos al máximo.
Se está prefigurando la figura del reportero digital, que «hace calle» a golpe de clic. Los anglosajones lo llaman newshunter (cazador de noticias). Las redacciones digitales, que todavía siguen sin dar con el modelo adecuado (éste es otro debate) deberían empezar a pensar en contar con un newshunter. Encontrará muchas noticias banales (otras no tanto), pero cuyo interés crece exponencialmente.
Lo local es global, y viceversa
Internet está muy cerca de cada vez un mayor número de gente. La Red es el espacio virtual en el que viven millones de personas. Todo lo que pase en la Red es una noticia cercana, muy cercana, al lector. En la Red no hay distancias. Todas las noticias que genera Internet, son noticias «locales» para el lector, y el newshunter debe concentrarse en ellas.
En España no está perfilada la figura del cazador de noticias de Internet. Ya va siendo hora.
Publicado por Chiqui el 3 de abril de 2006
PERE RUSIÑOL es redactor de Internacional Redactor jefe de Sociedad de Diario El País

Globalización, NBA e iPod
Pocas cosas reflejan mejor la globalización bajo la hegemonía estadounidense que la NBA, la liga de baloncesto profesional de Estados Unidos: es una competición verdaderamente planetaria –sus seguidores somos legión también en España-, radicada en EE. UU. y todo gran jugador que se precie debe jugar allí. Al mismo tiempo, como la geopolítica, tiene su reverso: los extranjeros aprenden tanto que los estadounidenses se arriesgan incluso a dejar de ser la superpotencia que siempre han sido.
Muchos de los grandes nombres de la Liga son hoy extranjeros: Yao Ming (China), Pau Gasol (España), Manu Ginobilli (Argentina), Dirk Nowitzki (Alemania), Tony Parker (Francia), Pedja Stojakovic (Serbia y Montenegro) y un larguísimo etcétera. Los últimos “dream team” que EEUU ha presentado en los Mundiales han sido humillados hasta el punto de que ahora tratan de encuadrar de nuevo a la crème de la crème. Sí, la NBA se ha globalizado y al mismo tiempo EE. UU. ha dejado de ser la superpotencia única. Valga el ejemplo español para ilustrar la paradoja: hace 20 años, nuestra estrella nacional –Fernando Martín— no llegó siquiera a un punto de promedio en la NBA y la mejor selección española de la historia (Los Angeles, 1984) fue pulverizada en la final de la Olimpiada por un equipazo estadounidense… de universitarios. En cambio, el actual ídolo español, Pau Gasol, se codea con los mejores en la NBA —20 puntos y 10 rebotes de media y ya es All Star— y nadie se sorprende en exceso si España le gana al Dream Team VI (o lo que sea), formado por afamados profesionales, llenos de anillos y de All Stars.
El salto cualitativo en la metáfora globalizadora de la NBA lo ha dado el iPod. Los partidos de la Conferencia Oeste acaban a las 6 de la mañana nuestra y cuando salgo de la ducha, digamos que a esto de las 10, ya tengo un resumen completo de la jornada cargada en el iPod, completamente gratis. El largo viaje en metro hacia Miguel Yuste (donde está la redacción de El País) ha dejado incluso de ser tediosa: con suerte, uno se sienta y sigue tranquilamente el “Estudio Estadio” de la jornada recién finalizada de la NBA con una calidad de imagen impresionante y al mismo tiempo hace unas prácticas estupendas de inglés… Me parece una revolución que va a afectar a todos, incluidos, claro está, los periódicos.
El case study de la NBA como paradigma de la globalización que vivimos, impulsada por las nuevas tecnologías y con hegemonía estadounidense (¿con pies de barro?), cumple también con otra de las características que los teóricos juzgan clave: lo global da nuevo brío a lo local. Llevo años participando con los amigos de mi pueblo –Artés, al lado de Manresa— en una de las ligas privadas que permite construir Yahoo!. Somos 18 amigos –¡fui compañero de parvulario de muchos de ellos!—que estamos más en contacto que nunca gracias a la NBA y a las nuevas redes que facilita Internet. Cada uno gestiona un equipo nutrido de jugadores de la NBA y las actuaciones reales de cada estrella determina la suerte de nuestra organización virtual, de octubre a abril. Hay millones de personas en todo el mundo participando en ligas “Fantasy” como ésta. Gracias al animado chat estoy enterado al minuto de la última noticia del pueblo o de la última ocurrencia de mis amigos de toda la vida. La única pega es que después de cuatro años aún no he logrado clasificarme nunca para los play-offs. Tengo que reconocer que en Artés (5.000 habitantes), donde se avista Montserrat en cualquier día despejado, hay mucha gente que sabe más de la NBA que yo, pese a que me creo informado al minuto con “NBA al Día” o newsletters diarios como Hoopshype y RealGM… ¡Mi consuelo es que también saben más que la mayoría de los aficionados que acuden al Madison Square Garden de Nueva York o al Staples Center de Los Angeles!
Publicado por Chiqui el 27 de marzo de 2006
MCARMEN HERNÁNDEZ es profesora titular de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid
Un ordenador realmente personal
Trabajo en una universidad y soy usuaria habitual de ordenadores y de la web. Creía que lo que tenía que hacer era proteger el ordenador de los virus utilizando un antivirus actualizado. Ésto, en mi universidad no es problema porque todos los ordenadores están conectados a una red local y desde ella funciona el OfficeScan.
Mi ordenador empezó a ir cada vez más lento. Pasaba el antivirus y no detectaba nada. Me instalaron entonces el Ad-Aware SE Personal (que se puede obtener libre de cargas) y detectó varios “elementos indeseables” que me apresuré a empaquetar y borrar sin enterarme de qué eran.
Posteriormente ejecuté el CWShredder.exe y encontré, y borré, más cookies (archivos que se envían al usuario cuando éste visita una página web. Contienen información del usuario).
Por último, como el ordenador seguía lento, aparecían páginas web que no había cargado, la mayoría de las veces pornográficas, y empecé a recibir spams de remitentes con nombre parecido a los míos usuales me conecté a Panda y ejecute el Panda ActiveScan (se escanea el ordenador on-line). Mi sorpresa es que encontró 1 virus (Sasser, que desinfectó) y 26 archivos entre Spyware y Dialer que tuve que eliminar a mano. Son programas que llegan al ordenador por la red enviados por gente con intereses diversos.
Spyware es un programa que facilita al intruso información del ordenador: IP, contraseña, páginas web visitadas, software instalado, número de teléfono de la conexión, etcétera. Además de molesto, puede ser peligroso si, por ejemplo, haces compras on line porque pueden capturar el numero de la tarjeta de crédito.
Dialer es un programa que redirige la llamada desde tu teléfono de conexión a otros números, normalmente de tarifa especial, con lo que se incrementa la factura telefónica “inexplicablemente”.
Mi ordenador ahora, después de limpieza general, va rápido y periódicamente paso los antivirus, antispyware y antidialers que he citado más arriba. Trabajo más segura y tengo la sensación de que mi ordenador es realmente personal.
Publicado por Chiqui el 24 de febrero de 2006
CHEMA LAPUENTE es periodista, director y presentador del programa de la Cadena SER «Ser digital»

¿A quien le interesa la tecnología?
En el último disco de Madonna (Hung up) la megaestrella del pop entra en un salón de esos que se usan para dar clases de baile. Lleva un enorme estéreo encima. Sí, hombre, uno de esos que suelen llevar los raperos americanos por la calle. Madonna coloca el estéreo en el suelo, empieza a sonar la música y se pone a bailar y a cantar. El vídeo está servido. Pero en esta puesta en escena, el enorme estéreo interesa sólo y exclusivamente porque tiene unas luces intermitentes escandalosamente llamativas y porque suena con la potencia suficiente para que la cantante cuarentona (pero bien conservada) se ponga a pegar saltitos.
A nadie le importa la tecnología que usa el equipo. Si funciona con cintas de casete, con SuperAudioCD o con un single de vinilo con el más puro sonido analógico. Lo único que importa es que tiene un aspecto imponente (el equipo, claro) y que, cuando Madonna aprieta el botón, la máquina cumple con su función al instante.
Y lo del aspecto imponente no es cosa banal, porque, aprovechando lo pintón del equipo, Madonna, en una escena del vídeo, se pone a montarlo como si fuera un toro indómito en un rodeo del Medio-Oeste americano. La cantante, en pleno paroxismo musical y al estilo de Fiebre del sábado-noche se coloca el estéreo entre las piernas y se contonea de forma sugerente. Una escena a medio camino entre el baile discotequero de una gogó afroamericana y el ritual de apareamiento de una cowgirl a punto de copular en una cama de agua. Otro buen uso de la tecnología (sin lugar a dudas).
Y yo me pregunto… ¿Para esto sirve la tecnología? Y me contesta mi propio sentido común: exactamente para eso. Salvo a unos cuantos ingenieros electrónicos y otros tantos periodistas retroalimentados como yo, a nadie le interesa la tecnología si no es para usarla y para disfrutarla.
Lo que realmente nos interesa a todos los humanos son las ventajas que nos proporciona la tecnología. ¿Para que quiero un ordenador con procesador “Dual Core”, varios Gigas de memoria RAM, un sistema operativo de 64 bits y un disco duro Serial ATA de un TeraByte? Un pedazo de animal informático como éste, sólo tiene sentido cuando lo usamos para guardar nuestra música, nuestras fotos y nuestras películas. Es útil si nos permite editar rápidamente y sin problemas el último vídeo familiar. Y tiene interés para nosotros cuando sirve, por ejemplo, para hacer llamadas por Internet o para grabar un programa de TV.
Pero hay dos puntos más que nos interesa a la hora de elegir un equipo tecnológico: Buscamos algo fácil y que sea bonito.
Ya lo decía la conocida dirigente socialista Trinidad Jiménez: “Me gustan las agendas electrónicas. Son muy pequeñas, pero nos permiten hacer muchas cosas. Lo que no entiendo es porqué, siendo tan pequeñas, llevan un libro de instrucciones tan grande”. La realidad es que vivimos en la prehistoria de la tecnología. Los humanos hemos conseguido concentrar cientos de funciones en pequeños equipos electrónicos. Lo que todavía no hemos conseguido es que estos equipos aprendan a entendernos. Somos nosotros los que tenemos que estudiar su sistema de funcionamiento a través de interminables libros de instrucciones.
En cuanto a la belleza exterior de los equipos es algo que han aprendido muy bien los chicos de Apple. Incluso, se podría decir que son los auténticos inventores del equipo de diseño. Y el iPod sólo es la punta del iceberg. El lanzamiento del iMac (Apple) rompió moldes en el mercado informático el año 1998. Por primera vez, un ordenador combinaba la funcionalidad con la estética apostando por las formas redondeadas y los materiales transparentes. Entonces, el éxito de esta máquina renovó las expectativas de Apple; pero, sobre todo, sacudió definitivamente el mercado informático añadiendo a los conceptos de potencia y capacidad, el de diseño. Desde entonces, los fabricantes de ordenadores compatibles han aprendido la lección y ahora construyen equipos potentes por dentro y atractivos por fuera. Y, siguiendo la estela de los ordenadores han ido el resto de los equipos electrónicos. Unos equipos que, hoy, sólo interesan cuando también seducen.
Cadena SER | SER Digital
PD. Chiqui, te has metido en una aventura que requiere mucha energía, mucha capacidad, muchos conocimientos y constancia. Menos mal que de todo eso tienes para dar y tomar.
Publicado por Chiqui el 19 de febrero de 2006
Gorka Lejarcegui es fotógrafo del Diario El País y Premio Ortega y Gasset en 2001.

El reality show de Abu Ghraib
La tecnología digital ha permitido a cada persona sentirse más fotógrafo. Ahora no hace falta esperar para ver las fotos y, si no nos gustan, se borran y se repiten. La posibilidad del ensayo, error y corrección inmediatos ha puesto punto final a los complejos de los aficionados sobre el resultado de sus fotografías.
Así, empieza a ser rara la situación o acontecimiento personal-familiar del que alguien no tenga algún recuerdo en imágenes, mientras que hasta hace poco tiempo era necesario contratar a un profesional para asegurarnos una colección de fotografías que “fueran a salir”.
Una pequeña cámara digital y alguien de confianza son suficientes ahora para que cualquier momento quede registrado de forma satisfactoria. Y los álbumes, tanto los de cartón como los digitales, se llenan de fotografías de las más variadas situaciones, incluso íntimas ya que los sentimientos de pudor y vergüenza desaparecen al no ser necesaria la participación de “extraños” en el acto fotográfico.
Es la era del “reality show personal” en la que todo es susceptible de ser fotografiado y es cada individuo quien decide lo que se fotografía o no de su vida. Posa ante sí mismo o ante alguien en quien confía tal como es, complaciente y cómplice, teniendo la seguridad (que no tenía en otro tiempo) de que las fotos saldrán. Y el control es total porque el individuo es, además, quien decide lo que se conserva, lo que se elimina y lo que comparte. Cuando la parte íntima del proceso, el propio acto fotográfico, haya finalizado, recurrirá probablemente al e-mail para distribuir las imágenes entre sus allegados.
Las fotografías de los soldados americanos en Abu Ghraib se enmarcan en este contexto de imágenes “privadas” y “domésticas” registradas por personas del entorno y de la confianza de los protagonistas. Se trata de imágenes que jamás podría captar un fotógrafo profesional cuyos servicios se requirieran para fotografiar la guerra.
Desde que Roger Fenton fuera enviado en 1855 para documentar la guerra de Crimea han sido numerosos los conflictos que han sido fotografiados. Pero Fenton, contratado por el gobierno británico, fue enviado a Crimea con unas directrices claras y concisas acerca del tipo de fotografías que se esperaban de él. Ya el primer reportero de guerra tuvo, pues, un acceso limitado y condicionado a los hechos. Sus imágenes no mostraron ningún horror ni sufrimiento.
Haciendo un ejercicio de memoria y buscando fotografías de guerra que muestren el dolor de las víctimas, podríamos recurrir a las imágenes de los judíos que el nazi Mengele utilizaba para sus experimentos o a las clásicas de la guerra de Vietnam donde los soldados americanos escoltan a un grupo de niños víctimas de un bombardeo con napalm o la escalofriante foto de Eddie Adams en la que el jefe de la policía nacional de Vietnam del Sur ejecuta a un sospechoso del Vietcong. Más recientes son las imágenes de los heridos en actos de violencia en Oriente Próximo o las víctimas de los atentados en Irak.
Pero en ninguno de estos casos aparecen los ejecutores junto a las víctimas posando sonrientes, como si se tratase de un cazador que posa junto al ciervo que ha abatido o de un pescador que ha logrado capturar al mayor de los salmones. Y en el caso de las fotos de Abu Ghraib, los soldados sí lo hacen. Se muestran orgullosos junto a los reclusos iraquíes exhibiéndolos en algunos casos como trofeos de caza y en otros como animales salvajes que han domesticado y sometido a sus deseos.
Son, sin duda, fotografías distintas a las que conocíamos hasta ahora sobre cualquier conflicto bélico. No se trata de fotografías de guerra. Son imágenes de la propia condición humana. Es el discurso fotográfico del reality show que no está sujeto a los filtros burocráticos del organizador de un acto público ni a los filtros estéticos o compositivos. Es un discurso fotográfico directo. En él, la alegría se transmite como alegría, la tristeza como tristeza y el dolor únicamente como dolor. No hay lugar para las ambigüedades, ni dudas acerca de segundas intenciones o lecturas.
Las imágenes de sufrimiento, terror, sometimiento, castigo, horror y humillación en la cárcel de Abu Ghraib o el vídeo de los soldados británicos en Basora, fueron captadas con el total beneplácito y la complicidad de los actores que posan ante la cámara. Se trata de imágenes que fueron tomadas, a priori, con la única intención de ser “recuerdos privados” de los momentos victoriosos y triunfales de unos soldados. La crudeza que desprende tanta desinhibición se convierte en el mejor de los acicates para revolver nuestras conciencias y rechazar de la manera más enérgica los actos que muestran.
Publicado por Chiqui el 11 de febrero de 2006
ALICIA RIVERA es periodista del área de ciencia del Diario El País

Camino de Plutón, un año después del descenso en el suelo de Titán
Una nave espacial automática, de media tonelada de masa, ha partido de la Tierra hace poco (el 19 de enero) y se dirige ya hacia Plutón. Tardará diez años en llegar al único planeta oficial del Sistema Solar que no ha recibido una visita en sus proximidades de los artefactos terrícolas. La nave, New Horizons, pasará cerca de Plutón (a unos 10.000 kilómetros) tomando datos, pero no descenderá allí, ni siquiera se pondrá en órbita. Ésas son maniobras que exigen desarrollos que la NASA no ha puesto en esta misión, pero seguro que New Horizons aportará conocimientos nuevos sobre extraño mundo helado. La que sí descendió en la superficie de un cuerpo lejano y desconocido, la luna Titán de Saturno, fue la sonda Huygens, de la Agencia Europea del Espacio (ESA). Fue hace un año, el 14 de enero de 2005. Viajó hasta las proximidades del planeta de los anillos, durante algo más de siete años años, enganchada a la nave Cassini de la NASA. Luego se soltó, cumplió en solitario el final del viaje hasta Titán y cayó por la atmósfera hasta el suelo allí, tomando datos y haciendo fotos. Para asombro de todos funcionó un buen rato en la superficie, una hora y diez minutos.
Plutón está, de media, a una distancia de casi 6.000 millones de kilómetros del Sol, Saturno (y Titán) a 1.430 millones de kilómetros de nuestra estrella, y la Tierra, a 150 millones de kilómetros. La luz tarda ocho minutos en viajar del Sol a la Tierra, cuatro o cinco horas en alcanzar Plutón y cuatro años en llegar a la estrella más cercana al Sol, Alfa Centauro. Lo recuerdo para tener una idea de lo enorme que es el universo. Lo más lejos que llegan los astronautas ahora es a unos 400 o 500 kilómetros de la superficie terrestre (altura de la Estación Espacial Internacional) y el record siguen siendo los viajes a la Luna, a 380.000 kilómetros, o 1,2 segundos-luz.
Me contó el director del centro de control de vuelos de la ESA, ESOC, en Alemania, que el día de la llegada de Huygens a Titán, la tensión y las lágrimas afloraron en la sala de control, pese a tanta historia y experiencia de misiones espaciales acumuladas por sus expertos. Se emocionaron.
Las primeras fotos del paisaje de Titán, allí en Darmstad, me produjeron alegría, asombro y fascinación. Pero incluso más que las imágenes, me conmovió el sonido, el ruido grabado por un micrófono de la Huygens durante su descenso vertiginoso por la atmósfera de ese mundo. Creo que es la primera vez que se ha registrado algo así. Las grabaciones, las fotos y mucha información sobre la misión están en internet.
Con la ciencia ficción, los videojuegos o el mucho más clásico recurso de soñar, es decir, con la imaginación, uno va a cualquier galaxia, explora planetas y viaja por el tiempo más o menos cómodamente a través de agujeros de gusano. Así que esto de ir a Plutón o posarse en una luna de Saturno, parece una vulgaridad, pura rutina. Pero hay una diferencia importante: estos viajes son reales. Y es muy difícil hacerlos. Exigen ingeniería, ciencia, dinero, y también sueños e imaginación, por supuesto. La hazaña de la sonda Huigens es un hito histórico que se recordará con asombro durante décadas; la misión a Plutón es una aventura única, por ahora. Y estamos viviendo todo esto en directo…
Misión New Horizons | Web oficial
Cassini-Huygens | Web oficial
NASA | Web oficial
Agencia Espacial Europea | Web oficial
Publicado por Chiqui el 5 de febrero de 2006
JOSÉ YOLDI es redactor de Nacional de Diario El País

ADAPTARSE O MORIR. DE CÓMO LOS TERRORISTAS UTILIZAN INTERNET
La evolución del terrorismo es, como la de la humanidad, una cuestión de adaptación. Así ha sido a través de los tiempos. La tradición cristiana recoge que el ataque de Caín a su hermano Abel con una quijada de burro fue el primer asesinato conocido. Evidentemente no es cierto, aunque es probable que esté basado en hechos reales habida cuenta la naturaleza humana. En todo caso, desde la famosa quijada a las bombas nucleares y a las armas de destrucción masiva ha llovido mucho.
La técnica ha permitido grandes avances en la persecución de los terroristas, especialmente en lo referido a su identificación —huellas dactilares, ADN, fotografía—, pero también ha supuesto que los terroristas puedan eludir mejor su detención, que puedan amplificar su propaganda y sus mensajes a la sociedad y ha mejorado sus comunicaciones internas y externas, así como sus sistemas de almacenamiento de datos, que ahora encriptan y, en muchos casos, sitúan en servidores de países remotos.
Los papeles incautados a los dirigentes etarras Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros, a José María Dorronsoro Malaxetxebarria, o a Ibon Fernández Iradi, Susper, permitieron en su momento la desarticulación de varios comandos y la detención de numerosos terroristas. Todos hemos leído que en el momento de ser detenido algún etarra intentó deshacerse de papeles, e incluso comérselos.
Los documentos del sumario 18/98, instruido por el juez Baltasar Garzón demuestran que los etarras confían cada vez menos en el papel, que emplean archivos encriptados y protegidos por contraseñas para ocultar sus datos y que utilizan internet para comunicarse, por ejemplo, con la dirección del diario Egin. Ello no quiere decir que no utilicen procedimientos tradicionales, como los anuncios por palabras de los periódicos afines para concertar sus citas, sino que han ampliado sus posibilidades.
Si el terrorismo doméstico progresa moderadamente a través de la red, el internacional marcha a pasos agigantados. La estructura piramidal de ETA y el mayor contacto físico entre sus miembros seguramente no hace a la organización tan dependiente de internet como a Al Qaeda. Los islamistas han encontrado un filón en colgar de determinadas páginas los secuestros de ciudadanos occidentales en Irak y, mejor todavía, los vídeos de sus ejecuciones. Si en cuanto a repercusión internacional y propaganda, se consigue el efecto deseado, el método además tiene poco riesgo o muy limitado. Los terroristas pueden seguir en sus países de origen sin que por su actuación en internet suponga que se estreche el cerco contra ellos.
Por otro lado, la estructura de Al Qaeda no es piramidal como la de ETA, sino muy horizontal. Un par de dirigentes, generalmente Bin Laden o Al Zawahiri, explican públicamente sus objetivos en vídeos de los que se suelen hacer eco todas las televisiones árabes y occidentales y la célula que esté mejor situada tiene la obligación de ejecutarla. Es cierto que la precisión no es su fuerte, pero este tipo de terrorismo no busca la precisión en los ataques, sino efectos brutales y devastadores, como en los atentados del metro de Londres, los de las Torres Gemelas y el Pentágono o los trenes de cercanías de Madrid.
En cuanto a las comunicaciones personales entre los terroristas, también se ha aguzado el ingenio. Por ejemplo, el método utilizado por Hassan El Haski, uno de los principales dirigentes islamistas que ideó y organizó los atentados de 11-M resultaba muy difícil de interceptar. Según explicó Attila Turk en una comisión rogatoria francesa incorporada al Sumario del 11-M, los comunicados no viajan de una cuenta de correo a otra, sino que los dos interlocutores utilizan la misma cuenta de correo electrónico, para la que se ha facilitado previamente el nombre y la contraseña para abrirla. La comunicación se establece cuando el primero de los usuarios deja su mensaje en el apartado «borrador», mientras que el segundo le contesta dejando el suyo en el apartado «grabar». Con ello se evita la salida del mensaje de la cuenta y que, al no haber correo electrónico, la transmisión del mismo pueda ser interceptada por la policía.
Lo dicho, como en la naturaleza, adaptarse o morir.
Publicado por Chiqui el 4 de febrero de 2006
MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ (MAM) es redactor jefe de la revista Connect y colaborador del programa de la Cadena SER «SER Digital»
ATENTA LA COMPANÍA
He leído en los suburbios de la red que McAfee, Symantec, Trend Micro, ISCA Labs y Thompson Cyber Security Lab -vamos esos que hacen dinero con los antivirus y que siempre tendrán sobre su cabeza el fantasma de que ellos mismos los crean- han unido fuerzas contra el spyware. Me parece de p.m. Lo que hace falta es que de verdad las empresas lo hagan y que esto no sea un paso más hacia la fusión de todas ellas, para que después de unos años llegue Bill y se lo quede todo. Vale, suena a coña, pero es que esto es como la noticia del patrocinio de Vodafone en la F1, que eso no era lo importante, sino el piloto que iba detrás. Es decir, Fernando Alonso. Pues aquí atentos…
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