Publicado por Chiqui el 1 de noviembre de 2013

[Escapadas fin de semana]

Esta interesante escapada tiene una duración de 4 días intensos y variados. El pasado histórico de las ciudades de Croacia y la belleza de su costa hacen de este viaje de fin de semana largo uno de los más agradables que he realizado. Poder realizar este viaje fuera de la temporada de verano es un lujo, los meses de junio a septiembre hay mucho turismo, se colapsan las carreteras y aumentan los precios de forma considerable. Allá vamos…

Para llegar, Vueling tiene vuelos directos desde Barcelona a Dubrovnik y Croatia Airlines o Iberia lo hacen desde Madrid. Otra opción más engorrosa es volar vía alguna ciudad europea.

Animo a alquilar un coche al llegar para poder tener mayor libertad y así poder visitar los pequeños pueblos de la costa. Aunque la red de carreteras es bastante deficiente, las distancias son reducidas. Eso sí, hay que respetar los limites de velocidad ya que la policía es muy estricta y las multas hay que pagarlas en efectivo. Cruzaremos en varias ocasiones puestos fronterizos de Croacia y Bosnia-Herzegovina por lo que el pasaporte es imprescindible. No suele haber ningún problema.

La comida es excepcional y a precio razonable si salimos de las zonas más turísticas. Hay numerosos alojamientos para todos los bolsillos y además muchas casas particulares alquilan habitaciones (que en croata se llaman Sobe).

Día 1

Al llegar al aeropuerto de Dubrovnik, podemos tomar el autobús o un taxi que nos llevará, por una carretera serpenteante de la costa hasta la espectacular ciudad de Dubrovnik, la perla del Adriático (aproximadamente 22 kilómetros, entre 25 y 45 minutos más o menos). La parte antigua de Dubrovnik está amurallada y no se puede circular en vehículo. Si el alojamiento lo tenéis en esta parte de la ciudad tened presente que el taxi o el bus os dejara en el exterior. No hay que andar mucho pero es incómodo.

Una vez hemos dejado el equipaje en el alojamiento, iniciamos la ruta por la ciudad antigua. Podemos acceder por una de sus dos puertas principales, Pile Gate (parte oeste) o Ploce Gate (lado este y cerca del puerto viejo).

Desde Pile Gate llegaremos directamente a la calle central Placa (Stradum), que va desde Pile Gate hasta el Puerto viejo. A ambos lados de la calle hay infinidad de cafés y tiendas para turistas. Lo primero que nos encontramos es la gran Fuente de Onofrio, construcción circular con numerosos caños.

Desde allí, podemos iniciar el recorrido de las murallas que rodean la ciudad antigua. Es muy recomendable por las vistas sobre la ciudad (tejados) y la costa. Todo este recorrido nos llevará aproximadamente una hora con continuas subidas y bajadas. El punto más alto es el Fuerte Minceta. Procurar evitar las horas de mayor calor.

De vuelta a Placa (Stradum), a mano izquierda encontramos el café Festival, un lugar muy recomendable para reponerse de la excursión por las murallas. Más tarde, seguiremos nuestro paseo por Stradum hasta llegar al final, la Plaza Luza, destaca la columna de Orlando, y la Iglesia de San Blas, patrono de la ciudad. Desde este punto hay que contemplar la Torre del reloj (1506). El Palacio Sponza está en el lado izquierdo de la Torre del reloj y en su interior podemos visitar una sala dedicada a los defensores de la ciudad en la Guerra de los Balcanes.

Aunque la ciudad fue victima de la destrucción en la reciente guerra (el 6 de diciembre de 1991 fue duramente bombardeada), se ha realizado un trabajo enorme de restauración y a aún así pueden verse edificios destruidos en la zona menos céntrica de la ciudad vieja.

Cruzando el arco de la torre del reloj llegaremos al Puerto viejo dónde se pueden contratar excursiones en barco a las islas cercanas. Siguiendo por el el lado derecho del muelle hasta la otra puerta que nos llevará a la Catedral de estilo barroco (1667). Cuenta la leyenda que la Catedral de Dubrovnik fue construida gracias a una donación de Ricardo Corazón de León, en agradecimiento por haber salvado su vida tras haber naufragado frente a las costas de la Isla de Lokrum. En su interior se puede visitar el Tesoro que alberga los restos y reliquias de San Blas y obras de orfebrería de los siglos XI a XVIII.

Justo delante de la Catedral se encuentra el Palacio de los Rectores (1435) que en su tiempo fue la sede del gobierno y del Rector en la época que esta ciudad fue la capital de la República de Ragusa. Fue una república marítima ubicada en la costa adriática de la Dalmacia, que existió desde el siglo XIV hasta 1808, en lo que hoy es el extremo sur de Croacia y una parte pequeña de Montenegro.

Hay numerosos restaurantes para todos los gustos y bolsillos en Dubrovnik (ver sugerencias al final del día 3). Otra opción, y muy recomendable, es ir a la pequeña y encantadora población pesquera de Cavtat (a 20 kilómetros dirección al aeropuerto) y degustar una exquisita cena con vistas al mar, . Muy recomendable por la relación calidad/precio es el Restaurante Kolona.

Día 2

Este día haremos una excursión a la isla y ciudad amurallada de Korcula,. Recomiendo salir de Dubrovnik a eso de las ocho de la mañana. Saldremos de la ciudad en dirección Split. Calcular dos horas y tres cuartos para cubrir los aproximadamente 120 kilómetros. A unos 50 kilómetros nos desviaremos de la carretera principal para seguir dirección Ston-Orebic-Korcula (está muy bien señalizado). Se trata de una carretera más estrecha y sinuosa durante unos 70 kilómetros. Al llegar a Orebic,  seguir dirección al ferry que nos permitirá cruzar hasta la isla de Korcula. Tenemos dos opciones: ir con o sin coche. Ida y vuelta dos personas y un coche cuesta unas 180 Kunas (unos 24 euros al cambio). Lo mejor es consultar los horarios de la compañía Jadrolinija. Hay un barco que hace el trayecto únicamente para pasajeros.

El ferry para personas nos desembarcará en el puerto de la ciudad de Korcula y si vamos con el coche lo haremos en Domince, a escasos 3.000 metros de Korcula. La duración del trayecto no supera los 30 minutos.

La isla tiene una superficie de 276 km2. La ciudad amurallada de Korcula está muy bien conservada y es muy agradable pasear por sus estrechas callejuelas. Se accede a la ciudad antigua por la escalinata del bastión del siglo XIV (Land Gate-Torre Revelin). Al cruzar la puerta nos encontramos con el bello edificio del Ayuntamiento (siglo XVI), destacando el atrio veneciano por sus arcos y el patio interior.

Hay alrededor numerosas iglesias pequeñas entre la que destaca la de San Antonio y la de San Miguel. La Catedral de San Marcos es del siglo XV y en su interior podemos contemplar obras de maestros italianos como Jacopo Tintoretto. Otro lugar para visitar es la casa museo de Marco Polo, el museo de la ciudad o el Palacio Bishop’s.

Restaurantes hay unos cuantos. Yo recomiendo el Arsenal que se encuentra justo en el lado derecho de la Torre Revelin, buen producto y un precio muy razonable frecuentado por lugareños. Otros recomendados son el Adio Mare o el Marinera.

Si tenemos tiempo antes de regresar al ferry, nos podemos acercar a visitar alguna de las pequeñas poblaciones del interior o de la costa de esta isla (Vela Luka; Zrnovo; Racisce; Pupnat o Cara Zavalatica).

Continuará…


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