Publicado por Chiqui el 18 de octubre de 2013

… Viene de Las miniguías de Albert. Brasil [I]

Estado de Minas Gerais

Desde Río de Janeiro hay que tomar un avión con destino a Belo Horizonte capital del Estado. Para visitar con mayor rapidez las diferentes poblaciones es muy conveniente, si no imprescindible, alquilar un coche.

Para los que en algún momento hemos sido coleccionistas de minerales, el nombre de Minas Gerais es lo máximo. El principal atractivo son las ciudades coloniales y, en especial, Ouro Preto, Mariana, Lavras Novas, Sabará, Tiradentes, Sao Joao del Rei, o la más alejada Diamantina.

Ouro Preto

Situada a una altitud de 1179 metros, esta bella población es de obligada visita. Sus 23 iglesias desperdigadas por la ladera de la montaña, sus empinadas callejuelas y sus edificios coloniales son algunos de sus encantos. Cualquier rincón es digno de ser fotografiado.

Y así, hay que visitar la Igreja de Sao Francisco de Assis una de las obras maestras de Aleijadinho, El Museu da Inconfidencia en la Plaza Tiradentes (centro neurálgico de la ciudad), la Igreja de NS do Carmo, la Igreja do Rosário o la Matriz NS da Conceiçao de Antonio Dias que son los lugares más destacados de la zona. Otros sitios interesantes son La Casa dos Contos, el Museo de Ciencia y Técnica de la Escuela de Minas o la Mina de Chico Rei. También, desde la Igreja de Sao Francisco de Paula hay una magnífica panorámica de la ciudad.

En época de Semana Santa, las procesiones son espectaculares y una de las celebraciones más relevantes de Ouro Preto.

Hay numerosas pousadas para alojarse. La Casa do Ouvidor es un buen restaurante para degustar la tipica cocina mineira. Para lo más golosos, otro lugar recomendable es Chocolates Ouro Preto. También, y por todos lados hay joyerías con una infinidad de piedras preciosas, el topacio imperial es la piedra de Ouro Preto.

Ya en la carretera que va a Mariana podremos visitar la antigua mina de oro de Passagem, pero si prefiere el tren pueden tomar el Trem da Vale que hace el recorido de Ouro Preto a Mariana y viceversa.

Lavras Novas

Situada a 17 kilómetros de Ouro Petro, la empedrada calle principal flanqueada por casas bajas pintadas de colores vivos y la Igreja NS dos Prazeres son los dos lugares más interesantes.

Mariana

Situada a 14 kilómetros de Ouro Preto es otra de las poblaciones que hay que ver. Por todo el casco antiguo hay numerosos talleres, entre los que destaca el teatro de marionetas de Catin Nardi. La Catedral Basílica da Sé, la Igreja Sao Francisco de Assis, la de NS do Carmo o la de Nossa Senhora do Rosario son algunas de las numerosas Iglesias que hay en los alrededores. En la rua Directa y en la plaza Minas Gerais también hay bellos edificios históricos.

Si disponéis de más días se puede visitar Tiradentes y Sao Joao del Rei dos poblaciones de la ruta de la ciudades coloniales.

Regresaremos a Belo Horizonte para tomar el autobús de la compañía Pássaro Verde (central de autobuses) con dirección a Diamantina, nuestro próximo destino. Los fines de semana hay un vuelo desde Belo Horizonte con la compañía Trip Airlines.

Diamantina

Después de un viaje de algo más de 5 horas, llegamos a Diamantina. Es una de las ciudades coloniales más interesantes y menos visitada. Fue la población minera más remota y el punto de inicio del Caminho dos Escravos que se puede visitar un tramo a las afueras de la ciudad (a unos 5 kilómetros).

En esta ciudad nació el presidente de Brasil Juscelino Kubitschek, conocido como JK, que fue el fundador de Brasilia.

Hay numerosos puntos de interés. Uno de ellos es la Casa da Glória, con su puente de madera y que en la actualidad alberga el Instituto de Geología. También recomendables son el Mercado Velho, la Casa de Chica da Silva, la Casa de Juscelino o el Museo del Diamante.

Asímismo, la Igreja de NS do Carmo tiene unas bellas tallas doradas. Algunos sábados entre marzo y octubre se celebra la Vesperata, donde músicos locales desfilan por las calles y al final dan un concierto desde los balcones de las mansiones.

A 9 kilómetros de allí, está la Gruta do Salitre. Un buen lugar para alojarse allí es la Pousada Relíquias do Tempo y para comer, el restaurante O Garimpo.

SI alguien quiere, también se puede visitar un Garimpo en activo. Al tratarse de una excursión organizada hay que reservar. Y si tenemos tiempo podemos acercarnos al pintoresco pueblo de Biribiri, a 14 km. de Diamantina.

Regresaremos a Belo Horizonte para tomar el vuelo con destino a Salvador de Bahía.

Salvador

Es una ciudad que tiene un sabor especial, la música, la capoeira o el acarajé impregnan la ajetreada vida de esta ciudad costera. El ambiente afro-brasileño se encuentra por todos los rincones, desde la comida a la forma de vestir de las mujeres bahianas.

La zona más interesante se encuentra en la “Ciudad Alta”, el Pelourinho, barrio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Hay que pasear por sus empedradas calles para contemplar la bella arquitectura de sus edificios de los siglos XVII y XVIII. Hay numerosos centros culturales y escuelas de música, danza y capoeira.

Allí está la impresionante Igreja barroca e Convento de Sao Francisco (1723). La lámpara de araña central de plata, tallas de madera recubiertas de pan de oro y un patio revestido de azulejos pintados a mano son algunos de sus encantos. Los esclavos, artesanos africanos a los que se les prohibía practicar su religión, alteraron de forma premeditada los cuerpos de los querubines (algunos de ellos están embarazados, tienen órganos sexuales enormes o sus rostros están alterados). Los sacristanes intentaron disimular la creatividad de los esclavos, pero dejaron algunos que podemos contemplar.

El Terreiro de Jesús, en la actualidad Plaza 15 de Novembro, es el lugar de las celebraciones religiosas de la ciudad. Es uno de los centros de la ajetreada vida de Bahia, en donde siempre hay grupos de capoeira o de percusión. La Catedral el Museo Afro-Brasileño y el edificio de la Facultad de Medicina se encuentran en esta plaza. Junto a ella, encontramos la Praça da Sé.

Otro de los lugares interesantes del Pelourinho es el Largo do Pelourinho, donde se situaba el pelourinho (lugar dónde se subastaba a los esclavos). En uno de sus lados se encuentra el Museu da Cidade, la Igreja NS do Rosario Dos Pretos y la Casa de Jorge Amado.

Desde el Largo do Pelourinho ascenderemos por la empinada calle Ladeira do Carmo hasta llegar a las Escadas do Carmo (escenario en 1962 de la película O Pagador de Promesas). Algunos días de la semana se celebran conciertos nocturnos. En lo alto de la escalinata se encuentra la Igreja do Santísimo Sacramento do Passo. Y al final de la Ladeira do Carmo encontramos la Igreja da Orden Terceira do Carmo que se encuentra semi derruida.

Desde la “Ciudad Alta” se puede bajar a la “Cidade Baixa” mediante elevadores, como el elevador Lacerda (Pelourinho) o el plano inclinado do Pilar (Carmo).

Uno de los edificios más emblemáticos de esta zona de la ciudad es el Mercado Modelo (1861), antigua aduana. En la actualidad es un mercado pensado para el turismo. Justo enfrente encontramos la Terminal marítima.

En la costa norte podemos ir a las playas de la Barra, Ondina, Rio Vermelho, Amaralina… Es una zona muy turística pero con poco interés y sus playas no son nada atractivas, aunque hay numerosos autobuses que hacen el trayecto desde la ciudad alta.

En Salvador hay una buena selección de alojamientos y restaurantes como el hotel-boutique Casa do Amarelindo, el selecto hotel Villa Bahía, la pensión Studio do Carmo, o el lujoso Pestana Convento do Carmo. También hay numerosos alojamientos en la zona costera del norte.

Para comer apuntad: en el Jardim das Delicias hacen una exquisita Moqueca, el Maria Mata Mouro es otro restaurante muy recomendable en el Pelourinho. Para tomar algo rápido la Cantina da Lua o el Odoyá. En la zona de la costa norte en la Barra el restaurante Caranguejo de Sergipe o el Barravento, y en Río Vermelho hay numerosos restaurantes, chiringuitos al borde de la playa, y los puestos típicos que venden el acarajé. Los de Dinha y Cira son los más famosos.

Para los que quieran asistir a un terreiros, ceremonia de candomblé pueden acceder a Salvador Central para obtener más información.

Por último, allí el Carnaval de Salvador es una de las fiestas más importantes con casi dos millones de participantes y sus famosas bandas de música.

Lençois (Chapada Diamantina)

Desde Salvador hay que tomar el ómnibus de la compañía Real Expresso (duración 6 horas).

Es una localidad muy turística y su encanto radica en ser el punto de partida para excursiones y aventura en el parque nacional de Chapada Diamantina. Hay numerosas agencias que organizan rutas por el parque, Associaçao dos Condutores de Visitantes de Lençois, Chapada Adventure, Adrenalina Trekk, Lentur, Zentur…

Aquí, la Oficina do Garimpeiro, el edificio el Viceconsulado Francés, la Prefeitura Municipal o la casa de Afranio Peixoto son algunos de los puntos de interés.

Comer y dormir: La Pousada Canto das Águas, el Hotel de Lençois, Vila Serrano, o la Pousada dos Duendes son algunos de los numerosos alojamientos. La rua das Pedras y la de Baderna están repletas de restaurantes, pizzerías y tiendas de artesanía.

Pantanal

Desde Salvador hay que tomar (otro) un avión con destino a Cuiabá (Mato Grosso). Esta sofocante ciudad es el punto de partida para visitar el Pantanal.

Se trata de uno de los mejores lugares para observar fauna salvaje. El jaguar, la capibara, el caimán, la anaconda o la gran variedad de aves pueden contemplarse con bastante facilidad. Es habitual encontrar equipos de TV de todo el mundo grabando reportajes o fotógrafos utilizando sus mejores objetivos. El Pantanal también es un excelente lugar para los amantes de la pesca deportiva.

Recomiendo contratar una empresa especializada que nos facilitará alojamiento (pousadas, fazendas, barco, o tiendas de campaña), transporte y guías especializados. Hay numerosas empresas, Pantanal Nature, Pantanal Jaguar Expeditions, Pantanal Explorer…

La mejor época para visitarlo es la temporada seca, de abril a septiembre. Para avistar con mayor facilidad los jaguares se recomienda los meses de junio a agosto. Pero que nadie se crea que se ven con facilidad, hay que estar en el sitio y en el momento oportuno. Vamos, todo una lotería.

Divisar un jaguar es una experiencia única e inolvidable. Una buena zona es alojarse cerca de Porto Jofre, final de la carretera transpantaneria. Las expediciones pensadas para divisar el jaguar duran varios días. En Porto Jofre cada mañana (a las siete) se toma una lancha a motor que nos permitirá navegar por los canales y afluentes del rio Sao Lourenço. Se regresa a Porto Jofre alrededor de las seis de la tarde.

Lo que sí es seguro es que hay muchos mosquitos. Es imprescindible llevar un buen repelente, mosquitera,  sombrero, crema protectora para el sol y buen calzado. Al ser un lugar remoto las comodidades son las básicas.

Hay gran cantidad y se divisan fácilmente caimanes, capibaras, nutrias gigantes y gran cantidad de aves y monos. Para divisar jaguares y la anacondas hay que tener mucha, muchas más paciencia.

El paisaje es único, pero al estar muchos días se vuelve un poco monótono. Todas las excursiones se hacen en barco y se desciende a tierra únicamente para almorzar y siempre en lugares seguros. Si se aloja en alguna pousada o fazenda de las numerosas que hay a lo largo de la transpantaneira, se pueden realizar excursiones a pie y a caballo ya que no es habitual la presencia del jaguar.

Desde Cuiabá hay varios vuelos diarios a Río de Janeiro y Sao Paulo. Estos aeropuertos son los habituales para los vuelos intercontinentales.

Un viaje apasionante a un país que hay mucho por descubrir, ¡hasta pronto Brasil!

Viaje realizado en agosto de 2012


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