PAULA GONZALO es periodista y cofundadora-codirectora de Periodismociudadano.com«.
Café con gafas
Pues aceptando la invitación de Chiqui, yo me tomaría un café con gafas, o con un poco de perspectiva. La verdad es que no deja de sorprenderme lo a menudo que se oye hablar de la “crisis de los medios”, sobre todo porque nunca habíamos disfrutado de un ecosistema informativo tan rico, tan plural y accesible como hoy en día.
Periodismo tradicional, periodismo ciudadano, blogs, periodismo de bases de datos, periodismo de investigación, mapas de información geolocalizada, crowsourcing, infografías… Todas estas nuevas propuestas están modelando uno de los momentos más plurales de la comunicación, aunque tal vez, por esa costumbre de considerar que sólo son noticias las malas noticias, perdemos la perspectiva y nos enfocamos demasiado en lo negativo. Algo así sucede con el periodismo ciudadano, un fenómeno del que, con demasiada frecuencia, oímos hablar para convertirlo en un rival o incluso en un sustituto del periodismo tradicional, cuando realmente este no es, ni ha sido nunca, su objetivo.
La democratización de las herramientas digitales ha permitido que la ciudadanía pueda adoptar un papel activo convirtiéndose en informadores y dando un giro lleno de posibilidades a los medios, tal y como los conocíamos hasta ahora.
Howard Rheingold, crítico, ensayista, escritor y profesor de la Universidad de Stanford, destaca en el prólogo del libro: “Periodismo ciudadano. Evolución positiva de la comunicación”:
“Los medios digitales, en manos de miles de millones de personas, están cambiando las instituciones y la práctica profesional del periodismo y por tanto, también la propia naturaleza de la democracia.”
Desde que me puse a observar de cerca el fenómeno del periodismo ciudadano no he dejado de asombrarme por la infinidad de posibilidades que facilita. Cientos de proyectos distintos se ponen en marcha en el mundo con apenas recursos, permitiendo a todo tipo de personas hacer oír su voz.
Pequeñas propuestas como Question Box y Avaaj Otalo, basadas en información ciudadana en formato “Audio”, permiten la subsistencia de los dialectos locales, preservando así la diversidad cultural.
Fredom Fone es otra interesante iniciativa que mezcla las radios con la telefonía móvil para ofrecer información a las comunidades menos favorecidas en África que no disponen de una conexión a Internet.
Los mapas de información geolocalizada se han convertido en un nuevo formato participativo desde el que acceder a una gran cantidad de información en tiempo real. Este tipo de información fue especialmente útil durante los terremotos que asolaron Haití y Chile en 2010.
Pero si tuviese que destacar un periodo especialmente importante en la historia del periodismo ciudadano sin duda me quedaría con las revueltas de la primavera árabe.
Quién podría imaginar la caída de Hosni Mubarak tras las protestas populares de los tunecinos unidos a través de las redes sociales. Nunca hubiese pensado que los ciudadanos podrían usar la tecnología para compartir sus ideas, difundir sus mensajes y unir sus fuerzas para conseguir un fin común con tanta eficacia.
Al igual que en Túnez, Egipto o Siria, los ciudadanos ejercen ahora una nueva labor social como vigilantes de los medios así como de sus gobernantes, reivindicando una mayor transparencia.
La semilla de la primavera árabe continúa expandiéndose y ya ha dejado a su paso las protestas estadounidenses tras el movimiento “Ocuppy”, el 15M y más recientemente la “Primavera Valenciana”. Pero sin duda la primavera árabe ha dejado algo más importante a su paso y es la interacción entre medios sociales, medios tradicionales y periodistas ciudadanos, unidos para hacer frente a regímenes represivos. Así lo destacaba Joel Simon, director ejecutivo del Comité para la Protección de Periodistas, en el informe anual, Attacks on the Press, (Ataques contra la prensa): «la combinación de medios de comunicación social, información tradicional y periodismo ciudadano están planteando una grave amenaza para los regímenes opresivos».
Esa es precisamente la grandeza del periodismo ciudadano, amplificar la voz de la ciudadanía a través de todos los canales posibles para mantener viva la esperanza de vivir en un mundo mejor.
Por todas estas cuestiones me atrevería a decir que la crisis de los medios, no es más que una cuestión de perspectiva. El único problema es que la empresa informativa no ha encontrado todavía su modelo de negocio pero sin duda, juntos, tardaremos mucho menos en encontrarlo.
20 de marzo de 2012 a las 17:41
Me ha encantado este café. Qué cierto es: no perder la perspectiva de vivir en un mundo mejor… Y de tantas otras cosas que están en peligro de extinción. Un mensaje solidario con un trasfondo sólido y esperanzador. Bravo!!