En el pasado, he tenido la oportunidad de conocer Japón un par de veces antes que terremotos, centrales nucleares y tsunamis lo asolasen. Y el Japón que yo recuerdo está lleno de gente, vitalidad, tecnología, tradición, sacrificio, vergüenza, amabilidad, humildad, cultura, educación…
Y mi Japón está lleno de japoneses educados y amables, esos mismos que en cuanto se repongan del golpe, bajaran la cabeza, fruncirán el ceño y se pondrán a trabajar duro para reconstruir su país sin una queja y pensando en el bien común.
Este es el Japón que Tormento me enseñó y el que quiero recordar.