Como hoy nace el Niño Jesús, anteayer me pusieron en la tele Ratatouille (¡pero que película más buena!) y me he comprado un bolso amarillo, el quincuagésimo, que-me-hacía-mucha-falta, estoy suave como un guante de cabritilla tirada al monte. No puedo ser mala.
Planet 51 es una monada, una pocholada, una cucada, una película en la que ser española es un detalle sin importancia. Que cumpla con todo el ritual de película de niño-adolescente que encuentra alien (aunque el alien sea el astronauta) no la desmerece, como no lo hace que el guión sea previsible: se han currado el diseño de las casas-ovni años cincuenta, está llena de pequeños guiños al género intergaláctico y, en general, te produce una ternurilla de andar por casa que «casi» sales dispuesta del cine a comprarte todo merchandising de la peli.
Muy pero que muy mono el robot, mezcla de Wall-e y R2D2, y, lo más, los perros locales: el monstruo de alien con correa y pis corrosivo. Nunca pensé que me reiría tanto viendo uno de los cabezones de Giger. Quiero uno ¡ya! que algunos ya se van mereciendo una buena meada clorhidrica.
24 de diciembre de 2009 a las 10:08
¡Vaya! ¡Tienes corazón! No siempre destrozas las películas en plan asesino con motosierra. ¿Te reblandece la Navidad?
Felices fiestas, Tormento. Y lo mismo a Chiqui.
24 de diciembre de 2009 a las 10:58
¿Una crítica buena? O_o
No puede ser… estoy soñando…
24 de diciembre de 2009 a las 11:22
Joer, a mí tb me gustó. Y es que prefiero estas pelis a las super-anunciadas q has destripado antes…
25 de diciembre de 2009 a las 20:06
A mí también me encantó el robot. ¡Feliz navidad!