Los medios de comunicación tienen ante si un reto vital para su propia supervivencia: «monetizar» su presencia en internet y hacer que sea un negocio que dé dinero (o que por lo menos no lo pierda).
Aparte de ideas revolucionarias y novedosas (y no, cobrar a los usuarios por contenidos no es nuevo ni revolucionario), la publicidad -la de toda la vida adaptada a la red- sigue siendo la alternativa más razonable para que a final de mes los números no sean rojos.
Pues bien, los anunciantes, que pueden ser de todo menos tontos, saben que por lo general cuantas más visitas tenga la web de un medio, más posibilidades tendrán de llegar a un público más amplio y así rentabilizar mejor su inversión.
Los medios analógicos utilizan sistemas para acreditar el número de oyentes, lectores o televidentes que tiene cada una. Eso hace que quien quiera promocionar su marca tenga claro donde pone sus cuartos.
Pues bien, en el mundo digital, que permite obtener datos «casi» fiables y mensurables y no depender de los ignotos audímetros, todo es confusión. Cada uno utiliza el sistema y lee los datos según les vaya.
A lo mejor es que hay que no hay que dispararse en el pie y dejar de echar la culpa al empredrado y a la recurrente crisis del descenso de la inversión publicitaria y ofrecer más seriedad y garantías a los señores que se gastan la pasta confiando en nuestros medios.
Quién sabe si por ahí empieza la recuperación…
22 de abril de 2009 a las 16:28
Y esperemos que se den cuenta de que aqui vale casi tanto el «quien» que el «cuanto»…
Y si no, que se preparen.
Carpe Diem