Un suponer: acabáis de llegar a casa «deslomaos» después de un largo día de trabajo. Os quitáis la ropa, os ponéis cómodos, preparáis la insfraestructura propia de cada uno (acostar a los niños o hacer la cena o recoger la casa…) y una vez relajados, os tumbáis con un cafetito en el sofá a ver un rato la caja tonta para descansar.
Según enciendes la tele, aparece tu compañero de trabajo y un jefe fiscalizando las veces que vas a la máquina de café o las horas que pasas conectado a la red a lo largo del día. También, se dan detalles de tu nómina o de las amistades más o menos cercanas que mantienes en el trabajo. Al final, entre ellos y unos cuantos más, deciden que eres la persona idónea para irse a la puta calle (en lugar de ellos, lógicamente).
Aunque parezca ciencia-ficción, no lo es. Se trata de un nuevo programa de televisión que atiende al bonito nombre de «Someone’s gotta go« (Alguien tiene que irse) y que se estrenará en Estados Unidos en breve con lo que cruzará el charco rápidamente.
El argumento es sencillo: trabajadores de una misma empresa encerrados en una sala decidiendo quien de ellos es el que firma el finiquito. Y todo ello delante de unas cámaras de televisión. Así ya no solo lo sufrirá el recién parado, si no que podrá compartirlo en directo con todos sus familiares y amigos.
Morbo en estado puro. Éxito asegurado