Archivos del 5 de diciembre de 2008

Publicado por Tormento el 5 de diciembre de 2008

La gente se tronchaba en el teatro Alcázar de Madrid, empezando por Luis Merlo (hermano del productor) y acabando por el señor que tenía al lado que estaba medio descoyuntao de tanto «de reirse».

Los únicos que no nos partíamos la caja éramos Pepe Coronado (irreconocible la cara, pero que pedazo de planta de tío bueno ¡Señor, señor…!) y una servidora. O sólo una servidora, si Pepe se da de baja del sector esaborío de los que no le vimos la más mínima gracia a la obra de la temporada, «Un dios salvaje«.

Los puestos sabrán que esta es una adaptación de la obra de Yasmina Reza, autora de «Arte» y parisina de pro, en la que unos padres quedan para discutir educadamente la agresión del hijo de los unos contra el de los otros, y acaban como el rosario de la aurora… relativamente.

El problema de que esta obra no me haga la más mínima gracia es que me parece de una falsedad insoportable, sacada de contexto e impensable en esta España nuestra tan poco dada a la conversacón de salón y tan cercana al «me-cago-en». Es una obra que o se adapta tan inteligente y libremente como hizo Flotats con Arte, o se mantiene su ubicación y personajes en Francia, para que así no suene tan rara.

No vemos en la obra unos Pacos o unas Marías viendo a ver quien es el que tiene el hijo más animal, sino unos parisinos de los que aquí no se huelen, que en lugar de la clasica agarrada española, comienzan con una disertación en la Academia Francesa, llena de pompa intelectualoide, para acabar en vómitos innecesarios e inexplicable para la trama y para una servidora, discusiones de parejas y rollos afrancesados que aquí ni se dan ni se les espera.

Cualquier español sabe que ni los padres se habrían reunido y, de hacerlo, se habrían mandado a la mierda en el segundo 12 de la primera parte.

Si esto se le añade un Pere Ponce que cree que para ser ejecutivo hay que estar ronco y una Aitana Sánchez-Gijón tan histriónica como de costumbre, la hora y media de la obra y las risas histéricas del respetable, se hacen largas, muy largas.

Pero no me hagáis mucho caso. En la encuesta que he hecho, 9 de cada 10 dentistas la recomienda.

Foto Bernardo Pérez

 

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