Publicado por Tormento el 22 de junio de 2008

El increíble HulkVisto que los comentarios de las películas gafapastas no tienen tirón y de que yo quiero retirarme a un palacete en Lucerna con lo que me dé el mundo de la escritura, me meto a ver «El increíble Hulk«.

La decisión de este viernes ha sido muy difícil, pues tan increíble me resulta esa superheroína niuyorkina que siendo mileurista compra zapatos al ritmo de Imelda Marcos, como este superhéroe color de moco que me retrotrae al Blandyblub y al Hulk en blanco y negro con prota repeinado que ponían en la Televisión Española de mi infancia. Este tipo siempre me resultó tan cansino como El Fugitivo y Kung Fu. Yo soy más de señores bien vestidos tipo El Santo.

A favor de la pelicula, Edward Norton -a pesar de que le critiquen por intenso-; la productora de Iron Man, la Marvel, que mejora el producto al mostrar algo más de interés en la persona que en el supermoco; unos planos aéreos de favelas brasileñas, que en momentos recuerdan a Blade Runner; Liv Tyler que, gracias a Dios, ha decidido no seguir el camino de la anorexia; y un calorazo en la calle de los que no dan tregua a la elección.

En contra, media hora final de pelea de godzillas «mu» holliwodiense de ésas que acaban con la paciencia del Santo Job; un sustituto de mi Paqui en forma de garrulo aullador que se dedicaba a soltar estertores de vaca parda en cada escena de amor; y que está muy lejos de ser tan buena como Iron Man. Al principio apunta maneras, pero cuando el moco verde se hace con la pantalla, la cosa pierde.

Por cierto, no salgáis trotando del cine. Os podéis perder lo mejor. Escala Pop corn: 6’75.


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