Cubo de Rubik para ciegos
Vía | Señorita Puri
Domótica vía Twitter
Vía | Blogueando
Convertidor lata-botella
Vía | Sí, lo sé
Lechugas «Ubuntu»
Vía | Entre tuxes y pepinos
«ZapatoPie»
Vía | Ffffound! (en inglés)
«iPhone» para niños
Vía | Engadget Spanish
Patatas fritas con cafeina
Vía | Estado Geek
Teclado de emoticonos
Vía | No puedo creer…
«Fabricador» de donuts
Vía | TRFJ (en inglés)
«Traductor» de cola de perro
Vía | Coolest Gadgets (en inglés)
Archivos de mayo de 2008
Normalmente, cuando tenemos que hacer un viaje en avión, lo único que no vemos es… el avión, o por lo menos su carrocería. A saber… Hasta que llegamos al aeropuerto ya echamos un rato. Luego, tras pasar los miles de controles, otras cuantas horas muertas en la sala de embarque, y cuando ya realmente empieza el trayecto nos meten dentro de la aeronave a través de un finger con lo que el aspecto externo del avión ni lo catamos.
Aunque eso sí, tampoco hay mucho que ver. En el caso de Iberia, los aviones son los mismos modelos de hace décadas (los 131 que componen la flota son Airbus, menos 11 viejos MD-88) y hace más de 30 años que renovó su imagen.
Al final solamente los vemos en internet, en revistas, como soportes publicitarios o en películas tremendistas. Aunque también podemos verlos por otros motivos…
Por eso, En MAP (Fotos de aviones comerciales modificadas) sus usuarios han decidido diseñarlos a su gusto. Miles de aviones «tuneados» y en la mayoría de los casos, mucho más adaptados a los tiempos que corren. Aunque, eso sí, algunos no los hubiera diseñado ni el mismísimo Dalí…
MAP | Modified Airliner Photos
Los publicistas se estrujan constantemente la cabeza intentando sorprender al público y conseguir así el mayor efecto mediático posible para los productos que venden. Las fórmulas tradicionales parecen ya un tanto agotadas y se buscan golpes de efecto en cualquier lugar y con cualquier cosa.
En el mundo de la prensa no iba a ser diferente. A imagen y semejanza del nuevo soporte que es internet y sus banners, la publicidad en un periódico empieza a innovar y ya no está encasillada en módulos estandarizados y aparece donde menos se espera.
Y es que la acuciante necesidad de las empresas periódisticas por conseguir más ingresos a costa de los anuncios hace que se busquen soluciones «arriesgadas». Ahora, medios y agencias discuten composiciones de las que antes ni se hablaba y los publicistas aprovechan para «colar» su mensaje en espacios no tan convencionales. Ejemplos hay muchos como el que nos muestra Paco Oca, éste otro visto en LaCreación_06 o el ataque del donut gigante que comenta Ana Martín.
Incluso las portadas, único reducto antes inmaculado salvo algún pequeño espacio, empiezan a ser lugares subastados y algunos medios la han utilizado para engordar sus arcas. Y algunas son realmente horrososas.
El problema es que estos nuevos formatos difuminan peligrosamente la frontera entre lo puramente informativo y lo publicitario. En muchos casos, conscientemente o no, que yo diría que sí, se asocian marcas a noticias, llegándose a mezclar y no sabiendo donde empieza lo uno y acaba lo otro.
Además, tampoco sale bien parado el diseño. Los maquetadores tienen que hacer demasiadas filigranas para que eso no sea un batiburrillo sin sentido. Aunque en esto del diseño ya se han dado pasos mucho más arriesgados, como dejar que Ágatha Ruiz de la Prada sea la directora de arte por un día (empleo éste ya desempeñado por Philippe Stark para Libération o Bono en The Independent).
Como se pregunta Borja… ¿Se atrevería su marido, Pedro Jota, a dejarle «su juguete» por un día?
Selección personal de artículos, anotaciones y comentarios sobre el mundo de la prensa y la comunicación encontrados en la red que aunque no sean necesariamente actuales, sí son de actualidad.
- E. Meneses, A. Delgado, J. Mezo y S. Rodríguez en Rosa J.C.
- Are print newspapers alive and well in Spain? en eCuaderno
- La culpa no es de internet. Ni de los jóvenes en The N. Blog Times
- Cómo se hace Clarín.com día a día en Pensamientos despeinados
- Telediario precario octava edición en Sin Futuro y Sin Un Duro
- «Blogs y medios» de J. M. Noguera en Blogpocket 7.0
- Esposas pixeladas en Francia en Guerra y Paz
Estaba yo sentadita como la niña estudiosa y autista que he sido siempre, preparando aplicada un post sobre un libro muy bonito que me había leído yo, cuando cometo el error de encender la tele y caigo fascinada por un espectáculo de luz y sonido, lleno de medios, donde hablán en inglés y sale gente cantando a cuello vuelto.
¡Dios mío, si es el Festival de Eurovisión! Y, de súbito, me entra un apuro tremendo al pensar el ridi que vamos a hacer. Una cosa es que tenga un agradecimiento personal a los del Terrat por haber recuperado uno de los insultos favorito de mi abuelo, chiquilicuatre, -también usaba mucho pisaverdes- y otra cosa es el coñazo en que la gracia se ha convertido. Me veo hipnotizada el concurso entero, que me transporta a mi infacia de Un, Dos, Tres, UHF, transformador y blanco y negro.
Parece que aquí sólo participan ex-repúblicas soviéticas y trozos de paises de los que no se ni donde está ni como se llama su capital, representados por jamonas con faja, botox y flecos. Los países de los que conozco la capital llevan representantes casi tan impresentables como nosotros.
La gala la presenta un Uribarri salidorro «persiguiendo suecas» con estilo de comentarista del NODO. Adelanta el horror que vamos a contemplar y se troncha de su capacidad de vidente durante la votación: «es que no me fallan las estadísticas, si no, no estaría aquí». Ya comprendo que ser un especialista en votaciones de Eurovisión capacita a cualquiera para ser presidente del Fondo Monetario Internacional. Este hombre, ya fuera de sí y olvidándose de que lleva puesto el micro, se pasa las votaciones haciendo comentarios como si estuviera en el salón de su casa.
Hago un ejercicio dadaista de pensamiento automático y éste es el resultado, aunque seguro que olvido alguno:
Detector de idiotas
Vía | No puedo creer…
Tatuajes electrónicos
Vía | mirá!
Madelman Pajares
Vía | B de Batman
El ataúd futbolero
Vía | Bar Deportes
Tirachinas «digital»
Vía | Trendsnow (en francés)
Biblia 2.0
Vía | wwwhat’s new
El remolque coche
Vía | Paranoias
Calzoncillos «high tech»
Vía | La Tejedora
Wii aceitunero
Vía | Ando nos biosbardos
Bote con dos tapas
Vía | El Ventanuco
Hasta atrás de tortitas con nata de Somosierra, el equipo Chiquiworld toma posiciones en la sala Roxy A de Madrid. Nos preparamos para sortear con habilidad los riesgos de costumbre: spot de pajarito que tira palomitas y habla por el móvil; pareja de sordas solteras de más de 70 que confunden el sillón del cine con el de orejas de su casa y hablan a voces; tía alta,cabezona y enfadada con su churri que ocupa la pantalla entera… en fin, los elementos necesarios para hacer que la percepción de la película sea horripilante.
Chiqui se cambia de sitio. Yo me aferro a las palomitas. Comienza, pero, ¿que es ese bicho que sale nada más empezar? No debe ser la peli sino un anuncio de Ice Age quinta parte. Ah, pues no, comienzan los títulos de crédito ¡Pero que birria de títulos de crédito!
Y mi sorda de cabecera comienza su letanía: «Ay, Paqui, ¡pero que mayor está este hombre!». Si el principio no me gusta, los comentarios de la amiga de Paqui no ayudan. Me empiezo a temer lo peor: mala poco creíble, protagonista artrítico y sin gracia, cielo de cartón piedra a lo Douglas Sirk… Como siga así esto me levanto, arreo a Paqui (alguna vez lo acabaré haciendo) y me voy. Y de pronto ¡Boooooommmmmm! el momento nevera y vuelve Indi.
ADVERTENCIA: Chiqui me ha prohibido terminantemente jorobaros la película, así que a partir de ahora hablaré en clave.
El jovencito que me parecía un espanto en el trailer, es algo menos apestoso de lo pronosticado, aunque espero muy sinceramente que no le asciendan en la quinta parte. La ambientación es estupenda, excepto un travelling de una maqueta de quinto de EGB (es que soy del plan antiguo) y alguna que otra pelea a la que se le ve el cartón.
En cuanto a Harrison, el alma de Indiana, ha perdido mucho con los años pero ha sido capaz de mantener una digna socarronería que, de nuevo a la vista de la plaxta de trailer, creía que se había dejado en el mismo sitio que sus piños naturales. Porque, no nos engañemos, la gracia de Indi es la desvergüenza del mejor Han Solo con sombrero y látigo, y ésa, querido Harrison, la perdiste hace mucho tiempo. Coincido con la amiga de Paqui en que este hombre ha envejecido fatal. Sin embargo, recupera en esta película una frescura que hacía años había perdido haciendo de poli lerdo o de marido psicópata.
Y gruta por aquí, y momento confesión por allá, y rollo esotérico por acullá. Alguna que otra referencia involuntaria a Star Trek y final que ya hemos visto en chorrocentas pelis pero sin Indi. A Chiqui le parece poco creíble ¡cómo si toda la saga estuviera basada el teorema de Fermat! Si todos los puñetazos que soporta Indi fueran reales, ya le habrían retirado el seguro médico.
Resumiendo: mejor que la segunda (nunca me ha gustado un pito) y peor que la tercera. Con la primera ni la comparo, que es delito.
Hablar de los tiempos en los que Infovía era casi nuestra única ventana a la red es, para los internautas con cierta edad como es mi caso, como cuando nuestros padres nos hablaban del hambre que se pasaba en la postguerra y nosotros les llamábamos exagerados.
Y es que ésos eran tiempos de penurias. De módems arcaicos con ruiditos insoportables (sobre todo por las noches), de velocidades de descarga de vértigo (llegando incluso a los 5 o 6 kb/s), de utilización de programas para controlar el gasto del teléfono (Cuentapasos…), de continuas desconexiones, de gifs animados en todas las páginas web y sobre todo de los tan temidos «¡niño, termina ya que tu padre tiene que llamar!»
Por esa época, Google empezaba a dar sus primeros pasos. Altavista era la web de referencia para búsquedas y nosotros, los cuatro gatos que éramos, nos conectábamos a través de Infovía. En aquellos años quien más quien menos tenía una páginita personal en Geocities y nos movilizábamos por la tan ansiada tarifa plana,
Nos comunicábamos por IRC, guardábamos tres y cuatro programas en un disquete y editábamos las tablas html con Aracnophilia. La extinta «El jamón y ei vino» era nuestra web de cabecera y la SGAE todavía no se había convertido en la multinacional que es hoy…
El ADSL era un «palabro» que usaban los americanos y la RDSI era la Fórmula 1 de la navegación asequible sólo para unos pocos.
Si de esto no han pasado ni diez años, que será de nosotros dentro de, por ejemplo, dos décadas…