Archivos del 13 de enero de 2008

Publicado por Tormento el 13 de enero de 2008

REC / Promesas del esteYa sabéis que los puentes y fiestas varias me hacen activar el modo cocooning: me entra el síndrome de Stendhal pero al revés (el del «horror estético») y no piso la calle a no ser que se incendie mi casa. Pero no me tengáis pena, el resto de la semana le doy al zancajo que es un gusto.

En estos momentos de recogimiento, además de trabajar que es uno de mis vicios, quemo la biblioteca de lecturas inacabadas y le doy al «dividí» de pelis que me quitaron antes de que pudiera ir a ver o que ponen en cines cultos en los que no me dejan rumiar palomitas. Digresión: ya sé que tener alguien al lado dándole al crunch-crunch y al requetesorbo de la cola light es un coñazo, pero es que yo tengo una técnica depurada de reducción de la palomita sin ruido y sin revolver en la caja que hace las delicias de mis compañeros de fila.

A lo que iba. Es estos días navideños me he visto en el megaplasma de Chiqui dos pelis, una por la que no daba un boniato, [REC], y la otra por la que tenía sentimientos encontrados, Promesas del Este. No en vano esta última es de David Cronenberg, capaz de hacer gran cine y estruendosos tostones casi a partes iguales.

Si uno no tiene vértigo periférico y aguanta estoicamente las películas Dogma, [REC] es una peli de miedo de las de acojonar. Es un poco pesadito que últimamente en este género haya que tirar de los zombies rabiosos, pero el estilo cámara en mano no profesional -que puede cargar a muchos- hace que te olvides de este mal menor y que te concentres en pasar angustia claustrofóbica de la buena. Me retracto pues de lo dicho: mejor me hubiera ido entrando a ver [REC] que no los dibujines de Beowulf.

Hay que ver Promesas del Este aunque sólo sea para ver el cuerpo tatuado y pelín ajado del mejor Vigo Mortensen de todos los tiempos. Está inmenso en el papel de gangster ruso del modelo contenido, del tipo trapense que es el más peligroso. La historia pone en relación dos realidades paralelas que están llamadas a no encontrarse jamás y que se ven mezcladas por eventos menores que acaban siendo los trascendentes. Esta sí que es una película buena, buena de gángsters sin pasteladas ni trucos. No os la perdáis.

Bueno, pues me voy que no llego a las segundas rebajas.

 

    Prensa

    Radio

    Televisión

    Internacional

    Bitácoras

    Recursos