Una película no debería basar su éxito en la capacidad de sus productores para cerrar calles de Manhattan al tráfico o pagar a unos chicos para que diseñen vampiros-zombies practicantes parcour. Una película puede ser profunda, liviana, con ritmo lento, rápido o medio pensionista, pero debería, al menos, tener la capacidad de mantener tu atención el tiempo de su metraje.
Decir de Soy leyenda que lo mejor de la peli es Emma Thomson que sale de refilón al principio (si vas pillado de tiempo por la cola de las palomitas ni la ves), no deja al Principe de Bel-Air en muy buen lugar. Sobre todo porque es el prota absoluto, junto con un pastor alemán y los vampi-zombies digitales.
Si es que es una penita. Entro en el cine y vivo un día de la marmota permanente, siempre viendo la misma película: que si para vestir a un santo infectamos a toda la humanidad; que si los infectados se convierten en zombies rabiosos comedores de carne humana (ummm… a que me suena esto); que si cerramos una ciudad y la dejamos vacía para que se vea que tenemos muchos medios (ummm… ¿a qué peli con zobies rabiosos y caníbales me recuerda esto?. ¡Amenábar, cuanto daño hiciste cerrando la Gran Vía en Abre los ojos); que si gracias a Dios y a sus enviados nos salvamos, panda de descreidos que se os deja el Quimicefa y hay que ver la que montáis.
Por si la falta de originalidad de esta adaptación no fuera de por si suficiente, encima la película tiene pretensiones: para demostrarnos lo triste que es estar solo en el mundo el director nos aburre hasta la extenuación.
Pobres niños los de hoy en día que les enchufan estos bodrios apocalípticos en Navidad. Nosotros al menos nos aburríamos con «La familia y uno más» y «Qué bello es vivir» ¡Vaya diferencia!.
27 de diciembre de 2007 a las 9:59
Mierda me he perdido lo mejor de la peli, la proxima vez no compro palomitas
28 de diciembre de 2007 a las 22:35
Hombre… si lo vemos desde el punto de vista de la acción absoluta a la que nos tiene acostumbrada will Smith, la verdad que no, no tiene mucho sentido…
Pero en esta película, siendo una vuelta de rosca más al tema de la infección mega mundial de la muerte, creo que tiene varios mensajes entre líneas que son interesantes.
No es sólo lo solo que se encuentra, sino como reotca el mundo, como «no acepta» su situación y crea un mundo de maniquies que roza la locura. Es precisamente ese toque tan bizarro, tan absurdo y tan humano lo que da el cotnraste.
El menos precio a la raza inferior, que no sólo es itneligente, sino que tiene sentimientos.
La personalización del perro.
La remontada de la naturaleza sobre la gran ciudad.
Esas son las cosas que hacen de esta película algo diferente. Creo que no hay que demonizarla, sé que no es el peliculón de las navidades, pero por lo menos es entretenida.
Feliz Navidad, que hace mucho que no hablamos.
29 de diciembre de 2007 a las 15:51
Perdón por los «Hoygan» y las faltas de ortografía…. las prisas, son muy malas consejeras de mis dedos.
29 de diciembre de 2007 a las 18:47
Hola Tormi! la vi, la vi laviiiiiii yo no buscaba nadaaa y la vi!.
A mi me gustó la primera parte de la peli, despues hubo unas cuantas cosas que creo metieron la pata, pero al final muy entretenida, me gustó ver N.Y. vacia, porque, como ya habia visto london…
Todavia me da pavor la versión de Charlton Heston, fué otras de las razones que me empujaron a ir a verla, y además de la actuación sopresa de Emma T. en el Teledirario, no me digas que el perro no hace un papelón!.
A mi me divirtió, después salias a la calle y lo veiamos todo tan lleno, que daban ganas de volver a entrar.
Besotes!!.
8 de febrero de 2008 a las 16:03
es de las peores pèlikulas ke e visto en mi vida!!!
y eso si.-.. la mejor aktuacion es la de samanthaaa
ai kasi lloro al verla kasi muertaaa… aahhh y revivio 🙁 para despues konvertirse en uno de esos perros mounstruos!! :'(
malisima pelikula!
20 de febrero de 2008 a las 17:21
Hola a todos… vi esta película y me pareció horrible, terminó para el orto, en fin, una cagada.
5 de agosto de 2008 a las 9:52
[…] es una película de amor, sin “necesidad de tener que decir nunca lo siento“; de la rutina post-apocaliptica, sin necesidad de tener un pastor aleman y un laboratorio biogenético en el sótano; de la obesa […]