Resulta paradójico, cuando menos, el diferente trato mediático que se brinda a hechos similares. Mientras el caso de Madeleine McCann, la niña inglesa secuestrada en una pequeña localidad portuguesa, no abandona las portadas de periódicos y revistas ni las aperturas de televisiones y radios, otras desapariciones ocurridas dentro de nuestras fronteras y con pocos días de diferencia, son olvidadas rápidamente pasados los morbosos primeros momentos.
Tal es así que ahora todos nos sabemos el nombre de pila de todos los familiares de la infortunada cría, el nombre del pueblo donde desapareció o los detalles más íntimos que rodean el asunto.
Mientras, las pocas informaciones que llegan sobre Yeremi Vargas, el niño de 8 años que desapareció escasamente dos meses antes en Vecindario, dan escasamente para un breve (y eso que estamos en verano).
Entonces, ¿cúal es la diferencia entre uno y otro? Pues parecen responder a las distintas situaciones socio-económicas de cada una de las familias de los afectados. Y como muestra, un detalle. La familia del chaval canario tiene como portavoz a Milagros, la tía, que aunque hace todo lo humanamente posible por su sobrino, no deja de ser una persona anónima. La capacidad de movilización que tiene esta mujer y su entorno es muy limitada, teniendo repercusión tan sólo a nivel local.
Por su parte, a la familia de Madeleine la representó en un principio Sheree Dodd, funcionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores británico que más tarde fue sustituida por una antigua periodista política de la BBC. Ahora cuentan con un nutrido grupo de asesores, que utilizando todas las «armas sociales» que tienen a su alcance pueden movilizar estrellas mediáticas y personalidades tan importantes como Beckham, Cristiano Ronaldo, J. K. Rowling o el mismísimo Papa.
Asímismo, una campaña de recogida de fondos vía web ha recaudado hasta la fecha unas 947.000 libras (casi millón y medio de euros), lo que ha permitido a los padres de la niña empapelar las calles y recorrer Europa dando luz a la búsqueda.
La entrada en liza de lo más granado del papel couché británico dudando de todo y de todos, ha terminado de poner la guinda a toda esta desgracia convertida en circo mediático y globalizándola más aún si cabe.
La descompensación entre uno y otro caso se hace patente echando un vistazo en YouTube. Mientras de la hija mayor de los McCann podemos encontrar más de 1.600 videos diferentes, de Yeremi tan solo hay nueve.
Y es que hasta para ésto hay que tener contactos…
22 de agosto de 2007 a las 10:20
Y eso que vivimos en un pais socialista.
22 de agosto de 2007 a las 10:47
[…] Desapariciones mediáticas » This Summary is from an article posted at Chiquiworld on Wednesday, August 22, 2007 […]
22 de agosto de 2007 a las 11:39
No te puedes ni imaginar hasta qué punto hay diferente trato… hace no llega a un año, en el mismo lugar que Yeremi desapareció una niña de 14 años, por citar un caso. Aún no la han encontrado. ¿Alguien ha oído hablar algo de ella? Dieron la noticia y a las dos semanas ya se habían olvidado de ella.
¿No es vergonzoso? Para mí, desde luego, que trabajo en los medios de comunicación, lo es.
22 de agosto de 2007 a las 13:14
Hola.
Es cierto, la atención mediática que se presta a estos como a otros tantos sucesos va en relación directa al interés que despiertan y esto, obviamente va ligado a lo primero, o sea la pescadilla que se muerde la cola.
Quizás afecten los medios que se emplean para difundir las notícias o el escalafón social de quien las protagoniza, pero yo estoy más por que el morbo mediático vende mucho (todavía recuerdo el esperpéntico programa de Nieves Herrero el día que descubrieron los cadáveres de las niñas de Alcáser) y de la habilidad de ciertos medios en mantenerlos, están sus ingresos.
Esta semana escribí sobre eso en mi blog, en un artículo titulado «Desaparecidos» y no podemos estar más de acuerdo con lo que planteas.
Salut i €
23 de agosto de 2007 a las 0:26
y aun con ese programa que hizo N.H. y toda la difusión que se dió a partir de ahi, cuando el padre de una de ellas estaba llegando a su fin, de repente, no se volvió a ver mas, incluso le hicieron una campaña en contra de el, que fue tremenda.
Pero no me extrañaria nada que en todo esto se puedan andar mas pasos , teniendo mas «contactos», la prueba esta ahi, en lo que has escrito, bueno, he dicho no me extrañaria, y no, estoy seguro, de que es asi.
23 de agosto de 2007 a las 5:19
Tienes más razón que un santo. Es bochornoso.
4 de septiembre de 2007 a las 14:02
[…] Desapariciones mediáticas – Chiquiworld. […]
19 de julio de 2011 a las 14:44
he seguido el caso desde el principio y me preocupa muchisimo que se quede en el olvido no devemos permitirlo entre todos los canarios y residentes españoles solo se recuerda la fecha de su desaparicion pero el dia a dia tambien tenemos que hacerlo el sentimiento y el profundo dolor sigue existiendo jamas se se olvida a nuestros niños que son privados de su libertad sin derecho ninguno recuerdo muchisimo a todas aquellas victimas indefensas en manos de esos depredadores que no deven existir en el mundo