Vuelvo del cine dispuesta a plantear un ultimátum, pero de los buenos, al responsable de riesgos laborales de Chiquiworld: o voy protegida a los próximos estrenos semanales para evitar daños a mi fragil estructura visual, o va a cubrir estos eventos Rita la Cantaora.
Y en medio de tanta decisión, leo la crítica que El País le dedica a la película y me empiezo a desinflar. Pedazo de obra maestra, director británico brillante con magistral manejo de la cámara que reinventa las películas de acción, y bla, y bla, y… pero es que el EP3 la coloca como segunda película recomendada después de, nada menos, que Zodiac. Contengo la respiración: «Tormi, de ésta te echan como te pongas flamenca. Van a pensar que el título de crítica cinematográfica te lo has sacado en un videoclub de barrio. Bueno, hago una crítica pelota y lo de la queja ya lo dejo para otro día».
<empieza crítica> El ultimátum de Bourne, tercera parte de la saga de un agente secreto que no es agente ni es secreto, sino un asesino en busca de la identidad perdida, está magistralmente dirigida por Paul Greengrass, el de United 93, que usa el plano corto para conversación profunda con la cámara en mano, consiguiendo aportar a la conversación «tu hermana ha muerto» un singular baile de San Vito; el mismo que incorpora a todo el metraje, en un remedo personal de la movimiento Dogma fundada por Lars von Trier. Gracias a esta genial técnica, se consigue tener la impresión de estar enmedio del choque de coches y ensaladas de puñetazos de una manera tan convincente que hay que ser un Delta Force para no perderse y seguir el argumento.
Tras un inspirado comienzo en el que se nos representa de manera cruenta el seguimiento electrónico que efectúa la NSA junto con las técnicas de la CIA de contención y eliminación de riesgos potenciales (sin duda lo mejor de la película), nos embarcamos en un salto de ciudad en ciudad llegando a Tanger. Esta escena es, sin duda, el culmen de la película: es tan larga, tan inexpresiva la compañera de Bourne y salta tanto Matt de ventana en ventana a lo Spiderman, de una manera tan convincente, que uno se pregunta que habría sido de la película si se hubiera eliminado del metraje ¿mejor tal vez?.
Cuando de nuevo volvemos a centrar la película en las escenas de inteligencia y espionaje, y paramos la epilepsia de la cámara 1, la película se deja ver con interés.
Se echan de menos los tiempos en que, la limitación de presupuesto, hacia que los directores rodaran lo justo para contar la historia en hora y media. De lo que el pobre Greengrass no tiene la culpa </fin de la crítica>
No sé, no sé. No me ha quedado lo suficientemente pelota. De ésta me echan.
19 de agosto de 2007 a las 10:43
Flipante la apariencia de normalidad de los ¿tangerinos-tangerianos-tangeriseses…? contemplando impasibles y despreocupados las persecuciones de agentes secretos por los pasillos de sus casas tras colarse por unas ventanas que curiosamente siempre están abiertas de par en par…
Aquí tenemos la costumbre de dejarlas abiertas sólo para los Reyes Magos porque Sta. Claus tiene la puñetera manía de entrar por la chimenea…
Otra explicación sería la que apunta Tormento, el bajo presupuesto no da ni para luego llamar al cristalero…
En fin, como viene siendo cada vez más habitual, lo mejor, las palomitas dulces de colores…
19 de agosto de 2007 a las 10:55
Mmm, sólo por el Damon ya como que molaría verla.
19 de agosto de 2007 a las 11:06
Hay pelis que no merecen ni el ancho de banda ocupado en la santa mula. Me da que una de ellas es esta. Si segundas partes nunca fueron buenas, las terceras…
19 de agosto de 2007 a las 12:29
A mí me gustó, Tormento. Eso sí, como tú dices, las escenas de acción son para los niños del futuro, esos que jugarán a la Play5. Irvin Keshner decía que para hacer una peli que trate temas desagradables no hace falta ser desagradable y pienso yo que para hacer una escena movida, no hace falta meter la cámara en la centrifugadora.
Y lo de que la cámara se menee en el diálogo… bueno, ya sabes que algunos llaman a eso «estilo documental» y les pirra a los gafapastosos de tus compis del EP3.
19 de agosto de 2007 a las 13:15
Por poco la veo, al final me decidi por otra, porque hice un flashback mental y me acorde de la primen y la segun, la primen me la trage sin mas, y al final me preguntaba: y Bourne quien era? (se movia tanto…)
Las escenas de accion si estan originales, pero bueno…
En la dos me quede friti, pero cuando desperte, 20 minutillos despues, vi que iba casi por el mismo sitio. asi que cuando volvi de la regresión, me dije, la tres: esperare que la egtrenen en er plus.
Yo estoy de acuerdo con javier que muchas veces las segundas partes y mucho mas las terces, no fueron buenas, pero hay excepciones, por ejemplo : Indiana jones, esta bien en las tres (pronto la cuarta).
Tres colores: Azul, Blanco, rojo: me encantaron,las tres, aunque esta es mas una misma historia larga, contada en tres cortes, aunque cambien los personajes.
pasa lo mismo con E.S.D.L.A. que bueno, idem, es la historia contada en tres veces.
Star Wars: que yo la habria dejado solo en tres (las primeras, que en realidad eran las ultimas) pero claro, yo no soy, ni el lucas, ni na.
El padrino: esta bien como está.
Pero claro, el sentido que se le da hoy a las segundas y terceras, no tiene nada que ver, con lo que eran antes.
Y pocas mas.
Si escucharais mi risa, cada vez que leo una critica de Tormento!.
Tomento, tu sigue ahi, al pie de las taquillas, que el sine te nesesita! . 🙂
Saludos a tod@s!
20 de agosto de 2007 a las 0:55
Podría decir muchas cosas como por ejemplo que la estructura narrativa está tan requetevista que podías seguir los planos uno por uno con un 99% de acierto. Ahora viene una carrera, fijo. Ahora, la conversación profunda chico – chica. Ahora el malo hablará por teléfono con el mismo plano desde atrás que usaba el malo del Inspector Gadget. Hay escenas en las que habría vomitado todas las palomitas si hubiera comido palomitas, como el sicario que baja la pistola porque no le mató cuando pudo haberle matado. Dios Santo. No voy a hurgar en la herida de los saltos de ventana en ventana o del nivel de seguridad de la CIA, que al parecer es el lugar menos seguro del planeta para guardar algo.
Lo que se merece un principio de cólico nefrítico en el guionista es la absoluta intrascendencia del GS (el Gran Secreto). Todas estas películas (de Mercury Rising a El informe pelícano) se basan en un secreto inconfesable, un secreto muy secreto, que si sale a la luz se hunde el Golden Gate. Y cuando el guionista llegó a esta parte o bien le habían sentado muy mal los berberechos del aperitivo o bien su mujer se había fugado con el vecino, porque es imposible hacer un GS tan sumamente estúpido. Casi mejor sería decir que el GS son las actas que Rajoy pidió a Zapatero.
Pero el momento más irreal de la película, el más inverosímil, es cuando Bourne llama a la policía española y se presenta en menos de dos minutos. Anda ya
20 de agosto de 2007 a las 13:33
Bah, Donaire. Lo del GS es el McGuffin de la peli, hombre. ¿A quién le importa? ¡Ja ja ja ja ja!
21 de agosto de 2007 a las 12:14
Yo creo que los McGuffin funcionan si se construye una trama alternativa. Marian Crane había robado y la maleta era su McG, porque después la trama se desvía hacia otro camino. Y al final de la película, ya no recuerdas que todo embezó con un robo.
Pero éste es un género donde el GS sí importa. Imagínate que al final del Código da Vinci, descubrimos que todo ha sido un sueño. O el Sexto sentido nos dicen que el niño es un loco que se ha escapado de la planta sexta del psiquiátrico… Si toda la trama gira en torno a lo importante que es el GS y resulta que es lo que es, es para quemar el cine. Y no tiene pérdida el formato del documento de marras, que eso daría para otra pataleta.
23 de agosto de 2007 a las 5:17
Yo tengo curiosidad. A ver si la veo un día de estos…
23 de agosto de 2007 a las 13:32
Este comentario ha sido eliminado.
23 de agosto de 2007 a las 14:46
Estimada «LA» Omega:
En esta casa no se admiten este tipo de comentarios. Para insultar ya hay otros sitios en internet más adecuados que éste.
Si respetas las normas básicas de educación, tus comentarios se publicarán como los de todos los demás.
Un saludo.
23 de agosto de 2007 a las 18:49
Hola de nuevo desde OjO de buey.
Como dices, El ultimátum de Bourne sólo es una entretenida película de persecuciones que cumple con solvencia las espectativas del espectador de tarde de verano que busca refrescarse con estos productos de acción.
Cierra la trilogía, la persecución en Tánger es de infarto, Damon sigue demostrando no tener un solo músculo en la cara,… En fin, una buena cinta para un espectador que busca lo que el traíler promocional muestra.
Pese a su buscada identidad de cine de verano, El ultimátum de Bourne me ha sugerido más reflexiones que os dejo en OjO de buey:
http://elhilodepenelope.blogspot.com/2007/08/el-ultimtum-de-bourne.html
Un saludo y que disfrutéis del resto de verano…
26 de agosto de 2007 a las 10:04
[…] más, no soy objetiva. Así que, castigada por haberme quejado de las condiciones laborales en mi anterior crítica y estando el panorama carteleril de lo más perjudicado, acudí a mi proveedor subsahariano y, ante […]
23 de noviembre de 2008 a las 13:43
[…] con coches, repetitivas y nada originales, por tejados de Siena, sacada de la de Tanger del Sr. Bourne. Hasta el acostamiento es soso, inexplicable y sin […]