Estados Unidos es, por antonomasia, el país del marketing, el entertainment y la desmesura. Cualquier acontecimiento, por pequeño que sea, se lo rodea de un halo de grandiosidad que mirado objetivamente no tiene. Fuegos artificiales, pantallas gigantes, confettis a raudales….
Y junto a todo ello, el patriotismo. No hay espectáculo que se precie que no tenga a una figura de renombre cantando La bandera de estrellas centelleantes, un montón de barras y estrellas por todos lados, águilas con las alas extendidas y todos aquellos símbolos que reflejan la unidad en torno al sentimiento patriótico.
En la parte gráfica todos estos preceptos se cumplen a rajatabla. Además, en todos los órdenes de la vida publica norteamericana. Prueba de ellos es el logotipo de campaña de los aspirantes a la Casa Blanca.
Parece ser que en este pequeño espacio donde el candidato lanza su mensaje electoral a los futuros votantes hay una serie de reglas inamovibles. Una de las más significativas es la de respetar los colores de la bandera. Toda composición que se precie ha de llevar por fuerza el azul, el rojo y el blanco como colores predominantes, si no únicos. Las estrellas tampoco pueden faltar, ya sean juntas o separadas, y al menos una tiene que estar presente para dar lustre a la creatividad. En muy pocos casos estos mandamientos han sido transgredidos, y sólo Jimmy Carter en 1.976 ganó con un diseño «alternativo».
En 4president.org se puede ver una extensa retrospectiva de lo que ha sido y será (en 2.008) los logotipos de campaña utilizados por los diferentes aspirantes a ocupar el despacho oval los siguientes cuatro años. También se pueden ver los banners de publicidad que desde 1.996 se utilizaron para que los presidenciables se dieran a conocer en ese incipiente medio que era internet.
Por cierto, y para quien esté interesado, un tal Don Tancredo, de nombre Tom y más rancio que toda la familia Bush junta, se presenta a la carrera por la presidencia en las próximas elecciones. Republicano tenía que ser…
16 de agosto de 2007 a las 11:05
Lo que más gracia me hace es que, en la distribución de colores por partidos, van al revés que en Europa: Los rojos son los republicanos y los azules, los demócratas…
16 de agosto de 2007 a las 17:20
Un profesor me dijo una vez que ‘todo significa’. Es sencillo, pero no por ello menos cierto e importante. Todo significa, y echarle un vistazo a la imagen que utilizan los que pretenden ser los gobernantes de la potencia más importante del mundo, es más que interesante. Dice mucho de lo que valoran a sus votantes, y yo diría que poco. Se aferran a una estética patriótica y repetitiva.
Como grafista, me fijo, me gusta escuchar esa comunicación sorda que intercambian los que pueden hablar con los que creen escuchar. A menudo no se entiende nada. Es un poco como los mítines, no? Los políticos no se arriesgan nada. Llenan sus bocas de tópicos, de palabras vacias, de manera que no pueden meter la pata. Llevan trajes correctos, corbatas aburridas, tienes esposas o maridos perfectos, hijos modélicos… es que acaso eso es posible? se lo puede creer alguien? La victoria está a menudo en manos del más cobarde, del que no se arriesga, y por ello no pierde -que es diferente a ganar-.
Menudo rollo estoy soltando (será que necesito unas vacaciones). Lo que quiero decir es que yo prefiero gente que se arriesga aunque se equivoque. También en lo gráfico, que a menudo tiene que ver con todo lo demás.
Además, para terminar, la imagen del señor Tancredo, no es que sea aburrida, que lo es, es que está mal hecha y tiene muy poco interés.
Qué miedo da que el señor que quiere gobernar el mundo de ésta imagen de si mismo!
16 de agosto de 2007 a las 19:14
Baguette, si para ser elegido hay que ser un inmovilista que arriesga poco no se vaya a salir de la foto (y coincido, por tanto, en tu reflexión) no me digas que no tiene su guasa que uno de los candidatos se llame Tancredo de apellido.
Leo que «Don Tancredo recibía a los toros subido en un pedestal. Todo el mundo lo llamaba el rey del valor, pero la verdad es que Don Tancredo no se movía, cuanto más quieto se quedara, mejor salía parado. A la gente le gustaba porque era cómico.» Hay que ver que sabia es la genealogía 😉
16 de agosto de 2007 a las 20:20
A mi, el Sr. Tancreo, esta Tanpeinado(comotodos en la politica) y tiene esa carilla de soberbia con los ventanillos nasales tan abiertos, que me ha recordado mas a esos oradores televisivos de religion que dan la murga en la television americana a horas de la madrugada con anuncios (entre coloquio y saquemeelespiritudemisentretelas), de la Restform, que me da cangelillo.
Interesante post chiqui! (yo, que de politica apenas me entero nunca de casi nada, he aprendido detalles que desconcia).
16 de agosto de 2007 a las 21:31
Muy interesante, no conocía que Jimmy Carter, alias el manisero, hubiera transgredido esa regla.