Mi madre que es fuente infinita de sabiduría, a excepción hecha de los móviles y los mandos a distancia, mantiene que en caso de catástrofe climática canicular como la de estos días, hay que acudir a los refugios de emergencia, a saber, el cine o el Corte Inglés.
Unidos otra vez cansancio y calor me metí en el cine con la sana intención de roncar de nuevo. Agua. Entré a ver «Vier Minuten» y me gustó.
«Cuatro minutos» es la otra película alemana de la temporada con un argumento que ya ha sido bastante sobado por los americanos. La diferencia, como todo, está en el tratamiento y el resultado: una funcionaria de prisiones pianista se empeña en continuar siendo la estricta alemana que se ha impuesto ser, haciendo que su vida gire alrededor de la música. Se empeña en dar clases de piano en la cárcel en donde encuentra a Jenny, un ser superdotado para el piano y la burricie.
Aquí, el director americano nos contaría una edulcorada historia de superación personal en la que, tras alguna recaída de la mala bestia, ésta acabaría ganando el concurso de piano, mientras la profesora carcelera, viuda pero decente, escribiría sus memorias y con los derechos para el cine montaría la Filarmónica de Berlín en el patio de la cárcel.
Así que me alegré mucho de que el director fuera alemán y no quisiese rodar Sister Act, si no una película en la que la música de piano, la herencia nazi, el amor lésbico (y no entre la presa y la carcelera, que habría sido demasiado previsible) y la imperfección de los genios lo es todo. No es tan buena como La vida de los otros, pero es la mar de recomendable.
Si no que se lo pregunten a las marujas que tenía delante que no se dieron cuenta de que se había desplazado el foco hacia arriba y veíamos medio telón negro y a la pianista sin cabeza. Cuando me percaté de que ni los del cine ni los espectadores iban a hacer nada al respecto, salí, pedí que lo arreglaran y que echaran cinco minutos atrás la película. Cuando encendieron la luz para arreglar el desaguisado y rebobinar, una de ellas dijo «¿pero qué pasa? ¿por qué encienden la luz con lo bonita que era la película?». Talmente como Sarita Montiel.
29 de julio de 2007 a las 10:21
Siento curiosidad por conocer la sala dónde sueles ir al cine… 🙂
A mi me gustó pero con distancia. Los secundarios están tan poco perfilados y resultan tan poco creíbles (estoy pensando, por ejemplo, en el padre de la convicta que ni muestra remordimientos, ni arrepentimientos, que va a verla a la final y se marcha cuando su hija lo manda al carajo ¿qué esperaba?) que desmerecen mucho la película.
29 de julio de 2007 a las 12:23
Se ve interesante, no la conocia hasta, aunque claro, aqui solo suelen venir los top 10, y se les pasan muchos estrenos que pueden ser mas interesantes, pero bueno, mejor me callo por si por si.
El cartel me encanta.
A mi me encanta el piano, me relaja mucho, creo que es mi instrumento favorito en el sentido del relax y tranquilidad, y admiro mucho a los que tienen la suerte de poseer el talento para tocarlo, digo esto porque anoche vi en otro blog un spot sobre Ludovico Einaudi que me dejó flipendo(uy me salio un hechizo)al que no conocia.
Es esta la direcciòn : http://www.marcvidal.cat/pindoles/2007/07/ya-me-puedo-mor.html
Espero que no le importe que haya puesto su dirección.
Eah! pues ya está, feliz domingo a tod@s y que no os desidrateis! .
29 de julio de 2007 a las 21:39
josemari, estoy contigo en que dista mucho de ser una película redonda, pero es que ¡hay tanto bodrio! ¡Y la música está elegida con tanto gusto!
En cuanto a las salas, comprendo que preguntes 😀 Voy a varias, pero casi siempre repito el mismo rito: sesión de las cuatro, en un cine del centro (me horripilan los multicines de centro comercial y los centros comerciales) y fila 13 pasillo. Que le voy a hacer si los de la sesión de 4 somos un poco freakies 😉
Henry, interesante referencia, muy new age. Aunque prefiero a Bach tocado por Glenn Gould 😉
31 de julio de 2007 a las 17:08
Puaj, las Goldberg de Glenn Gould son efectistas y punto. Su virtuosismo es pintón, pero poco más.
31 de julio de 2007 a las 17:48
A cual te refieres… ¿A las de 1955 o a las del ’81?
¿A quien nos recomiendas?