Mi gururesa de cabecera en temas taurinos, Rosa, me propone una tarde de toros en Ávila. Yo en esto del viaje y la organización de eventos tengo dos posiciones: la de organizadora-GPS-empollona que todo se lo sabe, o la de cesto alelado y canturreante que va encantada donde la lleven.
En el caso de autos, iba en la posición número dos. A las diez y media, «allí estaré», «es que hay que llegar a la conferencia de prensa que viene Sanchez-Dragó«, «a pos bueno», «pos vale», «pos d’acuerdo», «pues la-la-la que buenas las madres redentoras que nos llevan de excursión», «hay que pasar a por Moeh y por Carmen», «me meo toa pero no pares, que cada vez que quedo contigo siempre estoy igual», indasec parriba indasec pabajo como el día del Orgullo. Y así hasta que llegamos a Ávila, concretamente al Convento de San Francisco. Era la hora del vermú y tocaba escuchar a unos intelectuales intelectualizar sobre los toros. Aquí ya debería de haberme enterado de que repetía «Orgullo» con Rosa, pero esta vez de ser taurino. Pero la verdad es que en mi posición cesto aceporrado me senté a escuchar aquello como la niña disciplinada de colegio de monjas que nunca dejé de ser.
Y allí que me aparece Boadella y allí que me saca las tablas de la ley en formato estampita con la intención y el consecuente acto de enchufarnos su decálogo de amor taurino. Me entra una duda: ¿será posible un país que no se divida entre los intensos y el Koala? Mi duda fue contestada de inmediato. Llega tarde un provinciano pijo con esposa teñidita que coloca su tonsurado torrado justo en mi linea de disparo. Pensará que nos hemos sentado al tresbolillo para dejarle el sitio a él y que nos bloquee la visión a placer. Mientras Boadella hace la bromita fácil de los antitaurinos. El provinciano se troncha.
En esto, llega el filósofo imprescindible en cualquier mesa de debate, un tal Víctor Gómez-Pin. Debe ser que Sádaba tenía la agenda ocupada. Parece ser un erudito de lo taurino y, no sabemos muy bien cómo, se pone a hablar de los castrati. Que mal ejemplo, pienso, hablar de cojones cortados en aras del arte en una conferencia pro-taurina. Pero ahí no queda la cosa y empieza el festival de citas y autobombo: que si Marcel Proust, que si cita a Céline en un francés pronunciado con acento getafeño, que si Wozzeck en París, que si Ordoñez no-sé-qué mientras glosa las fondas y critica la deconstrucción. Tras una disgresión irreproducible, deja claro vía anécdota que habla inglés.
Y llega Sanchez-Dragó y, aunque caiga gordo, es el único escuchable, mediático y estructurado. Me saca del gargoris y abidis taurino un pijo de manual portador de almohadillas de diseño en bolsa de Roberto Verino. Quedan 7 horas para la corrida. Me lo encuentro después a la entrada de la plaza con la misma bolsita y el mismo blazer. Moeh me fotografía los zapatos. Se aburre «mucho».
Comemos de tapas y compramos yemas de Santa Teresa que se habrán hecho en China como todo, y nos damos una jartá a andar hasta encontrar la plaza que parece sacada de las construcciones made in Gil en Los Angeles de San Rafael. Allí nos esperan la Pataki, el Marichalar, el Acebes, y la Duquesa de Alba. Vamos, el todo Hola. No hemos cogido almohadillas y me agarro una ciática preñada de incredulidad e incomprensión. Hemos venido a celebrar lo taurino y los toros vienen afeitados de casa. La banda sólo se sabe un pasodoble y mientras guarda silencio en la faena de José Tomás, al pobre Juli le tuestan la oreja con el chundarata repetido. El presidente parecía un ex-gobernador civil de Franco sacado de una viñeta de Forges encalomado en una terraza de piso de protección oficial. La devolución de un toro fue digna de un gag de Benny Hill. Y no comento la faena, porque soy una ignorante y coincido pelotilmente con lo comentado por mi gururesa de cabecera.
A la salida nos quedaba atravesar el Sinaí, pero tuvimos suerte y asaltamos el autobús cinco que iba a las murallas. El paisanaje no salía de su asombro: Carmen al estilo showgirls se contoneaba al ritmo del transistor del conductor agarrada a una barra y cantándole al boton de «parar». De traca. Al bajarnos, les dió las gracias por tratar tan bien a los «forasteros».
Pues eso, que si queréis organizar algún evento de enaltecimiento y orgullo de lo que sea, nos llamáis. Frente a las hordas de intransigentes, Rosa y Tormi al rescateeeee!!!
26 de julio de 2007 a las 10:15
Entonces, ¿te apuntas a la próxima? 8)
26 de julio de 2007 a las 10:41
Glo-rio-so
P. A ver si nos prodigamos más en esto de la escritura…
26 de julio de 2007 a las 10:47
Llamé por teléfono para ver qué tal estaba la pandilla en su regreso a los madriles y me salió el camarote de los hermanos Marx.
26 de julio de 2007 a las 11:08
Jo… Tormento, te curras unas crónicas de lo que sea, que da gusto leer, aunque me lloren los ojitos de concentrarme en la pantalla, que anoche cené con una amiga irlandesa y hoy he venido a trabajar un poco perjudicada.
Me encanta como escribes, y hasta dan ganas de apuntarse a lo taurino, si no fuese porque me parece algo retrogrado y rancio… yo soy de esas! qué le vamos a hacer…
26 de julio de 2007 a las 11:37
Enrique, salió de todo, hasta tus «Encarna», era para vernos. Porque iba al momento, que si no, lo grabo.
26 de julio de 2007 a las 20:03
Rosa, ya deberías de saber que por muy perjudicada que me encuentre me apunto a un bombardeo. Allí donde tu me lleves ireeeeé (me ha quedado un momento bolero, no?).
Cesar, Baguette, gracias, gracias y mil gracias…. Si sabéis de alguien que retire a la gente para la glosa de chorradas varias, no os olvidéis de hablarle de mi.
Meneses, pues haberte incorporado, que todavía había sitio al lado de Harpo. Y tú Rosa, no te me angusties por grabarlo todo que había que priorizar, o conducir o grabar a Carmen poniéndose el móvil por el lado de la tapa de la batería.
27 de julio de 2007 a las 0:42
Petezin, Tormi, sois las Thelma & Louise cañís…
27 de julio de 2007 a las 1:07
Mientras no nos encontremos con un Brad Pitt dispuesto a la escena del secador vamos bien. 👿
29 de julio de 2007 a las 19:13
Chiqui, la próxima te tienes que venir…te hubieran encantado «los intensos» de la conferencia…
¡¡¡Os debo unas fotos!!!