¿Qué pasaría si mañana en la portada de El País o El Mundo apareciera a cinco columnas la exclusiva de que Rubalcaba va a abandonar el PSOE para afiliarse al Partido Popular?, ¿o que Angel Acebes piensa reconvertirse al islamismo y en breve pasará a llamarse Mohamed Abdul Acebeera?
De ser cierto, sería el scoop del año. Pero si sólo se tratase de un bulo, el escándalo sería mayúsculo, las demandas volarían, rodarían cabezas y la rectificación sería inmediata.
Pues bien, eso (bulos y más bulos) se publican todos los días en la prensa deportiva -a menor escala, por supuesto- y no pasa nada de nada.
Los cuatro diarios deportivos más importantes de España (Marca, As, Sport y El Mundo Deportivo) y, por ende, casi todos los demás, abren casi diariamente (y más cuando no hay competición de por medio) con fichajes imposibles, acuerdos prácticamente cerrados y rumores «confidenciales».
Que se confirman (una ínfima parte de ellos), estupendo. Al dia siguiente, la coletilla de rigor: «Como ya anunció …………… (póngase en la línea de puntos el nombre del periódico)». Que no se produce, oye, pues nada, se inventan otro más grande aún si cabe que tapa al anterior y a otra cosa. De tantos como sueltan, alguno aciertan.
El rigor brilla por su ausencia, el rumor se convierte en noticia automáticamente y todo vale con tener una portada más impactante que el contrario. Las opiniones están siempre condicionadas por el color de la camiseta de sus lectores.
Lo curioso es que la mayoría de sus lectores no penalizan este tipo de comportamiento. Los siguen comprando como si fueran el Oráculo de Delfos creyendo a pies juntillas lo que les dicen. Y claro, los editores encantados.
Tema aparte merece el fomento de la violencia, el forofismo y la rivalidad malsana que estas publicaciones hacen diariamente. Ejemplos de todos los colores se pueden ver a patadas en la imprescindible Libreta de Van Gaal, azote de este tipo de periodismo tan dañino para aquellos que sólo ven la realidad a través de sus páginas.
El deporte no se merece eso…
ACTUALIZACIÓN 24/06/07: Gracias a Cavalleto, se puede ver un ejemplo de lo antes expuesto de forma mucho más gráfíca.