¿Cuánto tiempo hace que no recibes una carta en el buzón de tu casa?
Sí, claro, pero ésas no valen. Las compañías de seguros, los bancos, promociones varias y «menús» del chino del barrio no te envían una carta a ti. Se la envían a un cliente y eso no cuenta.
Me refiero a esa postal que te manda un amigo desde el extranjero o a la carta de algún familiar que tienes a cientos de kilómetros. Ésas que están escritas a mano, tienen un sello de verdad pegado arriba a la derecha y te hacen ilusión abrir.
Ahora ya todo es electrónico. El e-mail está arrinconando al que no tiene «e» al principio, y Flickr y YouTube a las tradicionales postales que llegaban a la semana de regresar de vacaciones.
Claro está, éso tiene una explicación. Nosotros hemos sido los primeros en cambiar el bolígrafo y el papel por el teclado y el monitor, porque… ¿hace cuánto tiempo que no escribes tú una carta de las de antes?
Además, con tanto corrector ortográfico, SMS y más gaitas que supuestamente te hacen la vida más facil, más de uno lo pasaría mal teniendo que escribir dos párrafos seguidos de su puño y letra.
La única época del año donde el correo electrónico tiene un poco de competencia es en Navidad. La cercanía y calidez que proporciona mandar o recibir un christma no lo tiene la tinta electrónica.
Y entonces… ¿qué pasa con Correos? Pues mal que bien se han ido adaptando a los nuevos tiempos. Ahora, además de seguir atendiendo el cada vez más escaso negocio tradicional, se encarga de todo aquello a lo que no puede llegar lo digital o no está todavía no muy extendido: el burofax, todo tipo de paquetería, giros…
Pues eso, más BIC y menos «Bloq Mayús» que todo es compatible en esta vida.