Viene de Las miniguías de Albert. Bután I
Nuestro viaje empezó en el aeropuerto. Después de todo el trámite de visados, nos encontramos con Nima, la persona que nos iba a acompañar a lo largo de nuestro viaje. Se trataba de una persona joven con la que pasamos momentos muy divertidos, especialmente cuando intentaba comprender mis discursos en mi penoso inglés. La primera sorpresa es que usaba Gho, el traje típico de los hombres. Por su parte, las mujeres utilizan la Kira.
Nuestra primera etapa fue en Paro, una pequeña población. En ella, hay que visitar el Paro Dzong con su tradicional puente de madera cubierto (Nyamai Zam), que es uno de los más espectaculares de Bhutan. No hay que dejar de ver el Museo Nacional (Ta Dzong). Ya por los alrededores, podemos encontrar Drukgyal Dzong y en especial el Monasterio Taktsang Dzong o Tiger’s Nest (destruido por el fuego en 1998 y ahora reconstruido). Está situado a 3.300 metros de altura y tiene un desnivel de 900 metros que en unas dos horas se puede ascender. Los turistas no pueden acceder al interior del monasterio, pero las vistas de todo el valle son inigualables.
En Timbu, que es la capital administrativa de Bhutan, se puede empezar por el Mercado, el Trashi Chhoe Dzong (que actualmente es la Asamblea Nacional y las oficinas reales), el templo de la Memoria (construido en 1974 en memoria del Rey Jigme Dorji Wangchuck). Después, hay que perderse por la Escuela de Artes y Oficios, el Instituto Nacional de Medicina tradicional o el estadio Changlimithang en donde podréis contemplar las demostraciones de tiro con arco (deporte nacional).
Camino a Punakha, a 77 kms de Timbu (unas tres horas en coche), se llega al puerto Dochu La, situado a 3.150 metros. Desde este punto se pueden divisar algunas de las montañas más altas del Himalaya. Antes de llegar allí, podemos detenernos en el monasterio Chimi Lhakhang, al que se accede atravesando arrozales y pequeños grupos de casas. También hay que hacer un alto en el Punakha Dzong, situado en la confluencia de los rios Pochu and Mochu, un grandioso edificio muy decorado pero para mi gusto demasiado restaurado.
Más allá, Wangdue Phodrang es una pequeña población situada en un promontorio sobre el rio Punak, y se la reconoce por las casas tienda que hay en el centro. Allí también es destacable el Dzong local.
Trongsa es visita obligada, aunque el viaje es algo pesado desde Wangdue (aproximadamente 4 horas aunque estaban realizando obras de mejora). Por el camino se ha de pasar el collado de La Pele situado a 3.400 metros de altura. La llegada a Trongsa es espectacular, esta pequeña población y su Dzong se encuentran situados en medio de la naturaleza. El Trongsa Dzong es el más espectacular de Bhutan. Destaca por los magníficos trabajos de arquitectura, los elaborados decorados y las esculturas de madera. Se inició su construcción en 1644. Realmente, vale la pena dedicar dos días del viaje para visitar esta zona del centro de Bhutan.
Nuestro viaje terminó regresando a Timbu, y el día siguiente, por una serpenteante carretera (aproximadamente durante 5 horas), descender hasta Phuentsholing (frontera con la India).
Bután es uno de los pocos rincones que he visitado en el mundo en que puedes tocar la felicidad y solamente pido a los viajeros que hagamos un esfuerzo para mantener intactos estos lugares.
Os recomiendo que contactéis con la agencia local, Himalayan Adventures, que en el año 2003 era una empresa muy joven que estaba empezando y tenían un gran ilusión, muchas ideas y hasta querían adquirir motos KTM para organizar travesías por el Himalaya. Hoy es una realidad. Por ello, quiero felicitar a Kinley Tshering por haberlo logrado.
Ya por último y como curiosidad, Bután es considerado un paraíso para los amantes de la filatelia. No dejar de visitar la Post Office de Timbu.
Más información en la web Kingdom of Bhutan.
Viaje realizado en julio/agosto de 2003
Esta “mini guía” está dedicada a mi amigo Chiqui, alma de este magnífico blog, que permite publicar a una persona como yo sus experiencias viajeras. Casi siempre que nos vemos me recuerda este viaje, espero que cuando lea estas líneas entienda mi pasión por este diminuto país del Himalaya, y que si puedo volveré a visitar para pasar una larga temporada.
29 de mayo de 2007 a las 1:15
albert
te felicito por la forma que cuentas tus experiencias y nos das informacion de un pais tan especial….nos podrias contar «sobre el producto nacional bruto» de butan,que segun tengo entendido no se mide en dinero sino en felicidad….lo cual es un concepto increible y de avanzada en un planeta como el nuestro…..a ver que me cuentas….un saludo y gracias jorge
13 de julio de 2007 a las 16:48
Amigo Jorge, no sabia esto que cuentas, pero con toda seguridad si en algún país del mundo, de los que conozco, se puede medir la felicidad es en Bután. Seguro que tendrán problemas, pero no como los que vivimos en la sociedad occidental, o en la mal dicha «sociedad del bienestar».
Cuando los políticios y los «gurus» de la economía hablan de la «sociedad del bienestar», ¿que es bienestar…………..?, tener una vivienda….. un coche….. un apartamento en la costa……. poder pagarse un viaje……. Hay paises, como puede ser Bután que se toca la tranquilidad, se respeta la naturaleza a las personas, en conclusión un lugar para perderse.
23 de abril de 2009 a las 20:24
Hola Albert
Acabo de llegar de Bhutan y queria comentarte que ahora si dejan a los turistas vistar el Tiger Nest, con lo que además de las maravillosas vistas también puedes participar en algunas de las ceremonias que realizan los monjes.
Jorge tiene razón es lo que se llama el indice «Felicidad interio bruta» y la verdad es que se puede apreciar en la gente. Un paraiso totalmente recomendable
3 de septiembre de 2011 a las 14:25
Hola, muy ilustrativa tu entrada.
Quería preguntarte si el visado para entrar en el país os lo consiguió la empresa q mencionas o si lo obtuvisteis por vuestra cuenta.
Mi duda principal es si dejar todo en manos de la empresa o usarla solo para cosas puntuales. Tú qué hiciste?
Gracias y un saludo