Haced una prueba: cuando estéis viendo un partido de fútbol: contad las veces que cuando el juego está parado (faltas, saques de banda, lesiones o simplemente que la pelota se ha ido fuera), aparece un futbolista en primer plano escupiendo sin ningún rubor.
Yo, que soy un experto jugador de «sillonball», he visto infinidad de partidos de baloncesto, rugby, tenis, fútbol sala e incluso de petanca por parejas, y en ninguno que recuerde, he visto a los jugadores escupiendo a diestro y siniestro cada dos por tres. Y entonces, ¿por qué lo hacen?
No hay que buscar complicadas explicaciones médicas ni cosas por el estilo. La razón de esta práctica tan «educada» creo que es bastante sencilla: simplemente está de moda. Aunque creo que lo de Helguera y Víctor Valdes sí que va a ser un problema a tratarse.
Y es que el fútbol está lleno de potenciales «modelos». Si uno se pone una cinta para sujetarse el pelo, aparecerán veinte más que se la pondrán igual o más cantosa, para que se note que la lleva. Si otro se tatúa el brazo o la espalda, empezaremos a ver compañeros suyos y rivales con distinto tatuaje pero en el mismo sitio (normalmente estilo «Yakuza japonés»).
A otros les da por no ponerse las medias que les proporciona Adidas o Nike, sino las de Marie Claire (por cierto, fijarlos el dominio que tiene) o La Perla que las llevan subidas hasta mucho más arriba de las rodillas, llegando casi al esperpento.
Ya tiende a desaparecer, pero hasta hace poco, quien no llevara una tirita que le abriera la nariz o los calentadores negros hasta la altura de la rodilla, no estaba en la pomada.
Aunque la más estúpida que recuerdo era la de Anelka, el polémico jugador francés del Real Madrid, de llevar una pernera del chandal subida y la otra bajada. No tuvo mucho éxito, pero alguno sí le imitó.
Bar Deportes | Normativa contra el fútbol moderno
2 de mayo de 2006 a las 19:35
No dejan de ser niñatos forrados de pasta y generalmente analfabetos. Ademas deben aburrirse un monton entre partido y partido
10 de mayo de 2006 a las 11:03
Que hecatombe… el fútbol y yo digo.
Lo cierto es que solo lo disfruto con mis amigos, de pequeño sí que vi algún que otro partido para otorgarle a mi padre la satisfacción de tener un hijo al que le gusta el fútbol (auto imposición que rompí por desgracia).
Como mero espectador creo que tengo la objetividad de la tercera persona que soy para él y puedo corroborar que de finas costumbres el fútbol tiene poco… pero en fin, ahí está la masa, cuanto más espectadores más llanas son las acciones.
El baloncesto lo sigue menos gente y no hay tanto escándalo ni tendencias internas, el tenis igual, aun más finos si cabe.
En fin, creo que esa puede ser la clave, nunca veremos a un jugador de villar o ping pong escupir ni comportarse de manera grosera (al menos eso espero).
Saludos de un simple lector de blogs.